Expertos revelan los tips para dominar las conversaciones difíciles en empresas familiares
Encarar conversaciones difíciles entre miembros de empresas familiares es un verdadero desafío. Hablar sobre asuntos de negocios con hijos, hermanos o cónyuges puede resultar complicado, dado que la lógica del afecto y el amor familiar puede no coincidir con la lógica empresarial. Sin embargo, Eduardo Press, consultor especializado en empresas familiares, sugiere que, paradójicamente, el amor y las emociones pueden colaboran en que las conversaciones se resuelvan más fácilmente. La clave, dice, es una adecuada preparación.
De chico era fácil decirle que se portara bien si no quería que lo pongan en capilla, pero ahora ¿cómo le explico que su desempeño laboral en la empresa familiar es ineficiente si cuando, como director de la firma, le digo algo que no le gusta se levanta, pega un portazo y se va? Historias así son habituales en las empresas donde conviven hijos, padres, hermanos, primos o matrimonios. Los límites entre las dinámicas familiares y laborales se entrecruzan, generando tensiones.
Conversaciones difíciles y por qué se evitan
Temas como la sucesión, estrategias empresariales, compensaciones, roles y responsabilidades, así como diferencias culturales y generacionales, suelen ser fuente de conflictos y a su vez esenciales para el éxito a largo plazo de la empresa familiar. Sin embargo, evadir estas conversaciones puede agravar la situación, acumulando tensión, como una olla a presión, hasta que explote.
"Muchas veces, por temor al impacto negativo que puedan tener estas conversaciones en el vínculo familiar, suelen eludirse o, peor aún, negarse. Pero evitar la conversación no hace desaparecer el problema, al contrario, lo que hace es potenciar sus efectos negativos", dice a iProfesional Sergio Messing, miembro de la Comisión de Consultores de Empresas Familiares Certificados (C.E.F.C.) del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (I.A.D.E.F.)
Por eso, agrega Messing es crucial que las familias empresarias generen espacios formalizados para conversar. "Es lo que en la bibliografía se llama Órganos de Gobierno, aunque yo prefiero hablar de espacios formales de trabajo donde la familia encuentra el tiempo, las condiciones y el modo de abordar los temas necesarios de conversar de manera controlada, reduciendo la posibilidad de que la complejidad ineludible del tema se torne conflictivo", explica.
Press acuerda con Messing en la importancia de incorporar como práctica las conversaciones interpersonales, ya sea por los canales formales o informales. Sin embargo, cree que institucionalizarlas como práctica puede burocratizarlas y entonces perder sentido. "Las conversaciones se deben generar cuando son necesarias", opina.
Uno de los errores más habituales en la familia empresaria, dice el consultor de I.A.D.E.F., son los sobreentendidos, es decir, creer que por ser parte de una familia que se conoce de siempre, cada uno sabe lo que piensa el otro. "Estos sobreentendidos no dejan de ser prejuicios que cargan subjetivamente a la conversación, desviando los posibles lugares de entendimiento".
Paso a paso cómo afrontar las conversaciones difíciles en la empresa familiar
"Antes de decir nada, hay que tener muy en claro qué es lo que queremos decir y cuál es el objetivo o el resultado que queremos alcanzar. Si son varias cosas y no sabemos muy bien por dónde arrancar, lo mejor es escribirlas para clarificar el pensamiento y establecer prioridades", aconseja Press.
Ni mails, ni mensajes, ni videollamadas, para las conversaciones difíciles, dice Press, hay que agendar una reunión y sentar cara a cara a los protagonistas. "Lo ideal es también establecer un tiempo para la reunión, a modo de título, anunciar los temas a ser tratados y cuando termina, si es posible elaborar un resumen de los que se habló, como ayuda memoria".
La previa
- Defina el objetivo de la conversación. ¿Qué quiere lograr con la conversación?
- Prepare lo que quiere decir. Ordene sus ideas y piense en cómo quiere expresarlas.
- Considere la perspectiva de la otra persona. ¿Qué podría estar pensando o sintiendo?
Durante la conversación
- Empatice registrando qué sentimientos y emociones se producen
- Utilice un lenguaje claro y evite la ambigüedad y la ironía
- Mantenga el foco en el objetivo de la conversación
- Vaya chequeando que aquello que está diciendo se esté comprendiendo
- Dialogue, es una conversación, no un discurso
- No suponga nada, pregunte
- Cambie su punto de vista si considera que su interlocutor le da respuestas razonables
- Sea flexible para llegar a un acuerdo
- Póngale un fin a la conversación para no desgastarla. El fin ideal puede ser con un acuerdo, pero también el plazo que se acordó para conversar.
Después de la conversación
- Resuma los puntos clave y las decisiones tomadas, idealmente por escrito en un mail o un WhatsApp
- Agende nuevas reuniones para conversar los temas que quedaron pendientes o los nuevos que surgieron en la conversación
- Haga un seguimiento para asegurarse de que se están cumpliendo los acuerdos
"Las conversaciones difíciles que no se hacen, son problemas que no se resuelven, problemas que no se resuelven, crecen y generan problemas más grandes. Tengamos presente que ningún problema nace grande. La mayoría de ellos se hubieran podido resolver más rápido y más económicamente con una conversación", reflexiona Press.