Fin de la moratoria previsional: qué puede hacer la empresa si a los 70 te faltan aportes
El régimen de moratoria previsional, que permite a los trabajadores en edad de jubilarse acceder al beneficio sin cumplir con los 30 años de aportes, está llegando a su fin, y la empresa no tiene obligación de mantener el puesto de trabajo a quienes lleguen a los 65 o 70 años, según sean mujeres u hombres. ¿Qué puede hacer?
Esa moratoria vencerá el 23 de marzo de este año y todo indica que no se renovará, lo que representa un desafío significativo tanto para quienes lleguen a la edad de jubilarse como para sus empleadores.
Al final de la moratoria, se suma el proyecto de reforma previsional del Gobierno, que elevaría la edad jubilatoria. Incluso hay versiones según las cuales podría haber un decreto este verano para impulsar este incremento.
Qué pasa a los 70 si no están los años de aporte
Bajo la legislación actual, un empleador puede notificar al empleado para que se retire cuando llega a la edad tope, aunque no tenga los años de aportes y sin obligación de pagarle una indemnización. Ante la imposibilidad de obtener una jubilación, el trabajador accederá a una "PUAM", que representa el 80% del haber previsional mínimo.
La preocupación por la jubilación no solo es un reflejo de la incertidumbre económica, sino que también destaca la necesidad de un enfoque más proactivo por parte de los empleadores en el acompañamiento de sus empleados hacia esta etapa crucial de la vida.
"Para abordar el desafío que representan estos cambios es fundamental que las empresas adopten un enfoque proactivo y apoyen a sus empleados en la transición hacia la jubilación, garantizando que cuenten con la información y el respaldo necesarios en este proceso", explica Dolores Liendo, Wealth Country Business Leader Argentina, Uruguay y Paraguay de Mercer.
"La implementación de políticas inclusivas y flexibles no solo beneficiará a los empleados, sino que también contribuirá a la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de la organización", sostiene.
Cómo se puede prever el retiro a partir de los 65 años
¿Qué pasa cuando un trabajador en relación de dependencia llega a la edad jubilatoria (60 o 65 años, según el sexo), pero no tiene los años de aportes y, por lo tanto, no pueden ser intimados por el empleador a jubilarse?
En el caso de los colaboradores con 60 años (mujeres) y 65 años (hombres); es decir, que llegan a la edad jubilatoria, pero que tienen menos de 30 años de aportes y que optan por continuar trabajando hasta los 70 años, buscando en ese periodo completar años de aportes, las empresas pueden:
- Ofrecer programas de asesoramiento financiero a través de talleres, seminarios y sesiones individuales.
- Coaching previsional que brinde apoyo continuo.
"Es fundamental establecer canales de comunicación claros y accesibles, que permita a los empleados acceder a recursos educativos y programas de asesorías", indica Liendo.
"Estas acciones no solo ayudarán a los empleados a tomar decisiones informadas sobre su jubilación, sino que también promoverán una cultura de bienestar y planificación financiera dentro de la organización", considera.
"Abordar las conversaciones sobre previsión social requiere un enfoque integral que considere las necesidades y preocupaciones de los colaboradores. La jubilación estatal como único instrumento para financiar el retiro es un concepto que está llegando a su fin", subraya Liendo.
Qué pueden aportar las empresas después de los 70
Para aquellos trabajadores que han cumplido los 70 o más años y tampoco completaron aportes a ese momento, los empleadores pueden considerar la posibilidad de reentrenar o reubicarlos en roles que se adapten a sus capacidades si esto fuera necesario.
Esto puede incluir opciones a tiempo parcial y remoto, junto con iniciativas de bienestar que promuevan un estilo de vida activo y proporcionen asesoramiento financiero.
Las empresas también pueden establecer programas de transferencia de conocimientos y un plan de sucesión, para asegurar la continuidad del talento en la organización, beneficiando tanto a los empleados mayores como a la cultura organizacional en su conjunto.
Si estos trabajadores optan por continuar en el mercado laboral, pueden hacerlo sin necesidad de jubilarse, lo que les permite seguir contribuyendo a la empresa y a la sociedad mientras gestionan su situación financiera.
Qué pasa cuando no es posible reentrenar o reubicar
"Para estos casos aconsejamos considerar opciones de salida digna, como programas de Retiro Anticipado, que contemplen condiciones favorables y políticas indemnizatorias que aseguren una compensación justa", plantea Liendo.
"Proporcionar asesoramiento en la transición y campañas de concientización sobre estos programas permitirá a los colaboradores sentirse informados y apoyados, mejorando su calidad de vida y fortaleciendo la cultura organizacional", agrega.
"Los empleados valoran cada vez más las políticas de bienestar y apoyo en la transición hacia la jubilación. Las organizaciones que implementan programas de asesoramiento y flexibilidad laboral no solo mejoran la satisfacción de sus empleados, sino que también fortalecen su reputación como empleadores responsables", puntualiza.
"La clave radica en la anticipación y el análisis demográfico de su fuerza laboral. Prepararse para estos escenarios es fundamental para desarrollar y mantener un talento sostenible a largo plazo, considerando el impacto que tendrá la jubilación de sus colegas en la dinámica organizacional", concluye Liendo.
Qué planes de salida ofrece el Estado
Los cinco planes y moratorias vigentes para aquellos que no cumplen con los requisitos de jubilación ordinaria son los siguientes:
Las empresas pueden asesorar y acompañar el retiro de sus empleados que llegan a la edad jubilatoria, para suplir el fin de la moratoria previsional que termina en marzo.