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Pelea por ley jubilatoria: la Corte criticó la judicialización de la política y pidió división de poderes

En medio de la pelea de la ley jubilatoria, el presidente de la Corte Rosatti criticó la judicialización de la política y pidió por la división de poderes
IMPUESTOS - 17 de Septiembre, 2024

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, se refirió a los altos niveles de judicialización de la sociedad y de la política. Dijo: "Si lo que pasa a la mañana se judicializa a la tarde, todos perdemos", cuando la oposición amenaza con ir al Máximo Tribunal para rechazar el veto de Javier Milei a la ley que aumentaba las jubilaciones.

En un discurso en la cena anual de Poder Ciudadano, Rosatti destacó la importancia de reducir la cantidad de causas que llegan a los tribunales y pidió que se respete la división de poderes del Estado.

En otra parte del discurso, el magistrado apuntó a otra pelea de actualidad: el acceso a la información pública.

Rosatti valoró la importancia de la calidad institucional, reflejada en variables como la división de poderes, la libertad de expresión y el acceso a la información pública, como indicador de desarrollo de una sociedad

Qué opinó Horacio Rosatti sobre la judicialización de la política

Durante la Cena anual de Poder Ciudadano, Rosatti apuntó que "se cuestiona al Poder Judicial por la falta de velocidad de sus sentencias", cuando el principal problema "no está en la salida del proceso productivo, sino en el ingreso".

La Corte dicta cada año cerca de 12.000 sentencias con las que resuelve unas 20.000 causas. En ese marco, señaló que cerca del 65% de las causas que llegan al Máximo Tribunal "provienen del propio Estado que, por ejemplo, en materia previsional, apela para no pagar una sentencia y ganar tiempo, aunque ya sabe cuál será el resultado porque existen precedentes", enfatizó.

En tal sentido, apuntó también contra la judicialización de la política y dijo que "muchas veces, la falta de respuesta de los poderes representativos" deriva en una excesiva litigiosidad y en un "ingreso descontrolado de causas" que, inexorablemente, provoca lentitud y conspira contra la agilidad de los procesos.

"Es muy difícil ser un tribunal de garantías constitucionales cuando todo se judicializa y llega a la última instancia", sostuvo, e instó a recuperar el espíritu de concordia, la vocación de diálogo y los mecanismos de conciliación para que más controversias se diriman por estos medios antes de arribar a los tribunales.

"Si desde la sociedad no se utilizan estas herramientas, si lo que pasa a la mañana se judicializa a la tarde, todos perdemos", afirmó.

Qué cambios en la Corte Suprema destacó su presidente

Rosatti destacó también que en los últimos años "comenzó a forjarse una profunda transformación cultural en el funcionamiento de la Corte", en particular en sus procedimientos decisorios.

Se trata de "un modelo de funcionamiento colegiado, donde las decisiones no se concentran en una sola persona, sino que se toman por mayoría, previa participación y deliberación", tanto en lo referido a la labor jurisdiccional como a las cuestiones administrativas y de superintendencia.

En la misma línea, advirtió que "lo que parecía algo básico, elemental en las reglas de la buena administración, no se cumplía en el Máximo Tribunal: órganos que debían ejercer el control dependían jerárquicamente del órgano a controlar".

A tono con un nuevo paradigma, "esto fue cambiando: hoy hay un sistema de control de legalidad y de gestión que funciona con carácter autónomo, independiente de las funciones y de los órganos controlados", afirmó.

Entre otros temas, Rosatti resaltó la creciente articulación y cooperación entre la Corte y el Consejo de la Magistratura en diversas áreas, aludió a la importancia de promover el lenguaje claro en los textos y comunicaciones jurídicas, y ponderó la transparencia cada vez mayor en todas las instancias de la selección de magistrados, así como en la ejecución presupuestaria y el régimen de contrataciones, reflejadas en los respectivos sitios web.

Asimismo, hizo alusión al 30° aniversario de la reforma constitucional, de la cual participó como convencional constituyente, rescatando el espíritu de concordia que posibilitó aquella gesta democrática.

"Antes y después de los tres meses que duró la convención, hubo grietas; pero compartíamos un objetivo superador que iba más allá de nuestras ideologías. Si eso sucedió acá en la Argentina, ¿cómo es posible que no podamos hacerlo ahora mismo?", se preguntó.

Así, el presidente de la Corte Suprema abogó por la diferencia de los poderes del Estado y habló contra la judicialización de la política.

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