Por qué el Monotributo se convirtió en una trampa para profesionales y emprendedores
El autor de películas de terror américano Francis Paul Wilson dice "existen dos cosas importante en la política. La primera es el dinero…y no puedo recordar la otra cosa". El duro revés hacia el gobierno con la caída de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados no será gratis. Su aprobación implicaba entre 0,7 y 0,8 puntos del PBI en materia ajuste fiscal de un total de 5 puntos que el gobierno recortará en 2024. Esto lo pagarán todos los argentinos. Provincias con menos recursos y la sociedad en general con retiro de subsidios más rápidos. Nada es gratis. Cada aplauso se pagará. La búsqueda de lograr un superávit primario del 2% del PBI requerirá un ajuste de casi el 3% en ingresos adicionales como lo eran la reversión de Impuesto a las Ganancias para el sector asalariado registrado y suba de las retenciones.
A su vez, un poco más del 2% es vía ajustes en gastos como el caso de las transferencias discrecionales, retiro de fondos hacia las provincias como ha sucedido la semana pasada con el fondo compensador del interior y jubilaciones.
El paquete fiscal, pendiente y sin solución
La agenda política ocupada en especular con los tiempos y condiciones parlamentarias para abordar cambios y propuestas necesarias dejó pendiente y sin solución los ajustes de topes y escalas del Monotributo y Autónomos y el Mínimo No Imponible del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría del sector trabajador. La famosa Ley de Impuestos a los ingresos personales hoy está fuera de la agenda y por ende, fuera de las necesidades de quienes trabajan y emprenden en nuestro país.
El Régimen simplificado de pequeños contribuyentes conocido como Monotributo fue creado en 1998 mediante la Ley 24.977 con un objetivo claro: formalizar a un segmento de la sociedad con menores ingresos pero que merecían otorgarle por parte del gobierno ciertos derechos como jubilación y obra social. El punto clave de este régimen sencillo era armar una escala de acuerdo con ciertos parámetros como ingresos brutos, energía eléctrica, superficie afectada a la actividad y precio de venta.
Por la inflación, el Monotributo se convirtió en una trampa
En un país cómo Argentina que hoy es el que tiene más inflación a nivel mundial, el régimen se convirtió en una trampa donde los contribuyentes por falta de ajustes de los topes por inflación se fueron pasando a un régimen más oneroso cómo el de Responsable Inscripto de Autónomos donde los emprendedores y profesionales no pueden soportar la carga tributaria llevándolos al cese de su actividad.
Desde el inicio de su creación a hoy, este régimen tiene 11 escalas y topes de ingresos en dónde la más baja A, puede facturar hasta $2.108.288 (u$s1.757) y la más alta es de $16.957.968 (u$s14.132) valores que fueron ajustados en al menos un 50% siendo que se prevé que al finalizar el 2024 y según los valores del REM del Banco Central, existiría un nivel inflacionario de 227%. Esta es la situación del régimen actualmente con monotributistas desesperados porque facturan sus bienes o servicios ajustados por inflación con topes y escalas retrasadísimos en forma histórica.
Uno de los principales cambios que proponía la nueva propuesta de la Ley de impuestos a los ingresos personales dentro del paquete fiscal por parte del gobierno era la propuesta de ajustes históricos por inflación de topes y escalas del Monotributo. En este proyecto la escala mínima pasaría de $2.108.288 a $5.000.000, es decir, un aumento de un 137%. De esta manera, sería de u$s4.167 y la escala más alta pasaba de $16.957.969 a $68.000.000, lo cual significa un incremento de 301% o 14.132 dólares.
Topes y escalas retrasados
Estos cambios necesarios en el régimen simplificado se ajustaban a los ingresos ajustados por inflación histórica. Los topes y escalas han quedado retrasadísimos en la búsqueda casi perversa por parte del Estado de generar pases al régimen de responsables inscriptos incluso a costa de fundir a emprendedores, comercios y prestadores de servicios.
Hoy el Monotributo, además de pagar el aporte a obra social y jubilación integrados en un solo valor, incorpora los Ingresos brutos de cada una de las provincias donde ese emprendedor opera. Es decir, que con provincias con pocos recursos, ya sin transferencias discrecionales y con transferencias automáticas con menor nivel de aporte en términos reales, llevarán en muchos casos a subir una vez Ingresos Brutos afectando a todos regímenes impositivos pero, además, generando pérdida de competitividad de nuestra economía por un impuesto que se acumula en toda la cadena de valor de la economía cada vez un bien o servicio pasa por cada provincia y es sujeto al impuesto y a su percepción indiscriminada.
Las diferencias entre los actuales topes y escalas del monotributo y el proyecto presentado por el gobierno en la Ley de impuesto a los ingresos personales son radicalmente diferentes. Profesionales del servicio de la salud que son monotributistas están pasando al Régimen de responsable inscripto que incorpora el pago de 35% de Impuesto a las Ganancias, facturar con 21% de IVA, Ingresos Brutos y sumarle los impuestos provinciales y municipales además de necesitar un estudio contable que preste el servicio para liquidar el impuesto.
Pequeños comercios se están pasando a este régimen en un estadío temprano de su apertura que con caída de las ventas en enero de 2024 del 28,5% en promedio los llevará al cierre de su emprendimiento. La política vive en sus intereses de bancada, de logia militante, de intereses de cajas y puestos y de prioridades absolutamente distanciadas de la problemática de las personas que trabajan y emprenden en nuestro país.
Impuesto a las Ganancias: impacto en trabajadores y autónomos
Otro punto clave es el tema de la modificatoria del Mínimo No Imponible del Impuesto a las Ganancias, en dónde con el nuevo proyecto de Ley de impuesto a los ingresos personales se proponía reversión de la cuarta categoría de la actual excepción del pago del impuesto. El anterior gobierno, en medio de las elecciones presidenciales, permitió que cerca de 800.000 trabajadores dejen de tributar. Luego de la derrota electoral dentro del paquete fiscal (que se retiró de la Ley Ómnibus) se proponía volver sobre el Impuesto a las Ganancias con nuevos mínimos no imponibles para el pago del tributo lo cual les permitirá recaudar más y coparticipar más del impuesto a las provincias para mejorar sus cuentas.
De acuerdo a este proyecto, mientras un trabajador en relación de dependencia con un ingreso neto mensual de $1.141.000 comenzaba a pagar Impuesto a las Ganancias, en el caso de un autónomo lo haría con $582.043 mensuales.
De aprobarse ese proyecto sin modificación ajustada por inflación a lo largo del año, mientras un autónomo pagará Impuestos a las Ganancias a partir de $582.043 mensuales una canasta básica total (límite de Pobreza) ajustado por proyección de inflación a diciembre de 2024 será de $2.085.884. Mientras una Canasta básica Alimentaria (limite de Indigencia) ajustado por proyección de inflación a diciembre de 2024 será de 1.012.564 pesos.
Es decir, los autónomos pagarían Impuesto a las Ganancias superando la facturación de $582.043 mensuales siendo pobres e indigentes. De esta forma, el límite de facturación mensual de un autónomo tendría una diferencia del 43% respecto del límite de la canasta que mide la ingencia y un 258% de diferencia del límite de la canasta que mide la pobreza. El Estado no sólo roba al que produce de una forma impune a través de la ley sino que condena a la muerte al que trabaja, produce o presta servicios en forma independiente.
La Argentina está atravesando una profunda recesión (datos de construcción e industria caen por debajo del 12% anual según la última medición de diciembre). Las ventas minoristas cayeron en enero -de acuerdo a la CAME- 28,5% y el consumo masivo 18,5 por ciento.
Los emprendedores, comerciantes y prestadores de servicios no sólo están padeciendo la caída de la actividad que prestan sino que absorben la pérdida de rentabilidad por inflación al límite de pasarse a un régimen impositivo que lo dejará fuera de juego. Nuestros políticos viven en el campo de la búsqueda de sus intereses en relación al pago de nuestros impuestos. La sociedad vota a los políticos para direccionar sus intereses a los de la sociedad reduciendo el peso de la política a través de impuestos. El primero siempre es prioridad para los políticos y el segundo sólo es una promesa de campaña para lograr el primero y siempre pero siempre intentan dilatar el segundo o retrasar su modificación con eufemismos pero sin solución.