• 21/11/2024

Inteligencia emocional, la clave para el éxito laboral en los tiempos que corren

En un mundo en constante transformación, nos encontramos ante el desafío gestionar y dominar nuestras emociones. Cómo hacerlo de manera correcta
25/09/2023 - 06:56hs
Inteligencia emocional, la clave para el éxito laboral en los tiempos que corren

En un mundo en constante transformación, en donde la innovación es la norma y la diversidad es clave, nos encontramos ante el desafío gestionar y dominar nuestras emociones.

Tanto en el ámbito de nuestra vida personal como en el ámbito empresarial, la capacidad de adaptarnos a lo desconocido, de relacionarnos con otros, de cooperar y trabajar en equipo, se ha vuelto esencial.

Si bien en el pasado la competencia se centraba en el dominio técnico, en la actualidad, también se valora la habilidad de relacionarnos efectivamente en el entorno laboral.

Por esta razón, el desarrollo de la inteligencia emocional se ha vuelto fundamental ya que facilita contar con las herramientas necesarias para enfrentar la adversidad con calma y evitar que las emociones negativas tomen el control e influyan en nuestro desempeño, relaciones y bienestar en el trabajo.

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos, de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones.

En otras palabras, las personas emocionalmente inteligentes comprenden sus propias emociones y cómo estas afectan a sus decisiones y sus comportamientos. Además, poseen la habilidad de leer las emociones de los otros, comprender sus necesidades y preocupaciones, y saben cómo influir, conectar, comprometer e inspirar a otros.

Si bien hay mucha tela para cortar, existen cinco habilidades básicas clave para desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo. Ellas son:

Autoconciencia emocional

El camino inicial hacia la inteligencia emocional en el trabajo es reconocer y comprender nuestras propias emociones. Implica estar conscientes de cómo nos sentimos en diferentes situaciones laborales y comprender cómo esas emociones influyen en nuestra toma de decisiones, desempeño y, fundamentalmente, en cómo impactan en nuestras relaciones laborales.

Dedicar tiempo a la reflexión emocional nos permite comprender las causas de nuestras reacciones, identificar patrones y conocer cuáles son nuestras debilidades y fortalezas para luego trabajar en desarrollar las competencias y habilidades necesarias para nuestro crecimiento personal y profesional.

Además de utilizar la técnica de autorreflexión, el autoconocimiento se puede lograr, a través de la meditación (mindfulness), de llevar un registro diario de nuestras emociones o a través de la retroalimentación de otros. Consultar con profesionales de psicología organizacional puede ayudar a una orientación valiosa en este proceso.

Lucía Martínez, Analista Ssr. de Staffing de Expansion Holding
Lucía Martínez, Analista Ssr. de Staffing de Expansion Holding

Empatía y la escucha activa

La empatía consiste en ponernos en el lugar del otro, reconociendo su existencia, sus experiencias y su derecho a ser diferente y nos permite escuchar y entender sus emociones, necesidades y preocupaciones, incluso si no compartimos sus opiniones o soluciones.

Para practicarla, el primer paso es prestar especial atención al otro, tomar conciencia de su presencia, de su emocionalidad, su lenguaje corporal, tono de voz y gestos para analizar lo que le pasa o como se siente para luego poder escucharlo y tratar de entender y conectar, no solo con lo que piensa, sino con lo que está sintiendo. Podemos hacer preguntas directas para comprender sus sentimientos y necesidades.

La empatía es esencial, porque nos va indicando cuáles son nuestras reacciones y comportamientos más adecuados, particularmente para poder tener un entendimiento con los demás, especialmente en el trabajo, para entender las necesidades de nuestros clientes, de nuestro jefe o de nuestros colegas, para luego definir cómo reaccionar y comportarnos ante ellas.

Autocontrol

En el entorno laboral, nos enfrentamos a situaciones estresantes y frustrantes con regularidad. El autocontrol nos permite manejar nuestras emociones negativas y responder de manera adecuada en lugar de reaccionar impulsivamente. La clave está en regular nuestros impulsos y que implica pensar antes de actuar.

Usar técnicas de relajación, tomar distancia para alejarse de la persona o situación que causa enojo hasta que estemos listos para responder con calma y moderar impulsos ayuda a evitar conflictos innecesarios son alternativas útiles. Mantener la calma en situaciones de presión y tomar decisiones racionales y equilibrada es fundamental para fortalecer nuestras relaciones y mejorar nuestro desempeño diario.

Automotivación

Muchas veces, no aparece naturalmente la motivación y somos nosotros los que tenemos que provocarla, los que tenemos que forzarnos para poder desarrollarla. La automotivación es la capacidad para enviar energía en una dirección y propósito específico. Deseamos que algo determinado pase o nos pase y, por eso, decidimos movernos y actuar.

Para que podamos sentirnos motivados tenemos que fijarnos objetivos. Una vez que definamos qué es lo que queremos lograr a corto, mediano y largo plazo, seguramente no estaremos pendientes de que las otras personas generen las condiciones para que podamos alcanzarlos, sino que vamos a ser nosotros mismos los que vamos a buscar los medios para que estos objetivos se vuelvan realidad.

El gran desafío, por supuesto, está en descubrir y encontrar cuáles son aquellas cosas que nos gustan o entusiasman para poder dedicarles todo el tiempo que sea necesario y se conviertan en excelentes estímulos para el logro.

Liderazgo inspirador

La inteligencia emocional es especialmente relevante para los líderes, ya que les permite gestionar equipos de manera efectiva. Los líderes emocionalmente inteligentes son capaces de motivar e inspirar, ayudar en su desarrollo y permitir que alcancen su máximo potencial a quienes forman parte de su equipo, creando un clima de confianza y cooperación.

Además, son capaces de adaptarse a diferentes situaciones y de manejar las emociones propias y las de su equipo de manera adecuada, lo que les permite tomar decisiones correctas y promover un entorno laboral saludable.

En resumen, el desarrollo de la inteligencia emocional en el entorno laboral es clave para el éxito y el bienestar tanto a nivel individual como en equipo. Al desarrollar estas habilidades, podemos fortalecer nuestras relaciones laborales, enfrentar desafíos con mayor resiliencia y liderar de manera más efectiva. Es fundamental reconocer que el crecimiento en estas habilidades requiere práctica, autoexploración y una actitud de aprendizaje continuo.

Al invertir en nuestro desarrollo emocional, estamos invirtiendo en nuestro propio éxito y en el de nuestra organización. Así que animémonos a desarrollar nuestra inteligencia emocional para transformar nuestra experiencia laboral y alcanzar nuevos niveles de satisfacción y logros profesionales.

Lucía Martínez, Analista Ssr. de Staffing de Expansion Holding