La recaudación impositiva es mayor a la de 2019 pero aún se siente la dependencia de la "súper soja"
La recaudación impositiva dejó esta vez motivos reales para el festejo: hasta ahora, a pesar de que el ingreso registraba aumentos superiores a la inflación, el cálculo siempre llevaba implícita la aclaración de que, como el año pasado fue hiper recesivo, las subas no debían llevar a engaño. Por eso, la comparación más ajustada a la realidad era contra el pre-pandémico 2019. Y siempre registraba una caída real.
Hasta el mes pasado, esa cuenta seguía dando la magnitud de las dificultades en la recuperación de la economía. En julio, pese a que el aumento interanual nominal daba un 66,9% -un aumento real de 9,9% descontada la inflación-, todo cambiaba cuando se hacía la comparación contra 2019: seguía habiendo una caída real que llegaba al 4,6%.
Y la cosa se agravaba cuando se calculaba la recaudación sin el "efecto supersoja". En julio pasado, cuando no se contaba el ingreso por la retención de exportaciones, la recaudación era de un 6% menos que dos años antes.
Pero en agosto se empezó a sentir con más fuerza la reactivación. En ese mes, el crecimiento nominal de 64% implica una suba de 10% real contra el mismo mes del año pasado. Y también una suba de 2,6% real en la comparación contra agosto de 2019.
Efecto soja, con fecha de vencimiento
Claro, la exportación agrícola ha tenido una fuerza tan grande en el ingreso de las arcas fiscales este año que, si se hace el cálculo "sin efecto retenciones", el ingreso a las arcas de la AFIP todavía marca una caída de 1% respecto del año pasado.
El aporte de las retenciones en la recaudación total sigue siendo muy elevado en términos históricos: representa un 8,5% en agosto y un 9,3% en el acumulado de ocho meses. Hace un año, ese número era de 5,7% y en 2019 había sido de 6,6%. Esto da la pauta de que, sin el incremento que tuvo este año el aporte del agro, los ingresos fiscales lucirían mucho menos holgados.
Esto lleva a mantener cierta cautela, dado que el ritmo inusualmente alto de liquidación de exportaciones no se podrá mantener en el último cuatrimestre, en parte por una típica cuestión estacional, pero también por otros factores extraordinarios.
El primero es de orden político: en todo año electoral, la cautela de los productores aumenta, y muchos prefieren retener el producto a la espera de que se despeje el panorama, sobre todo cuando los analistas del mercado señalan lo inevitable de una devaluación post electoral.
El segundo es de tipo cambiario: cuanto mayor es la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, más es la disposición a guardar producción en las silobolsas, a la espera de una corrección que permita mejorar el precio.
Y, además, hay un tercer factor inesperado: el clima está jugando en contra, por la persistencia de una sequía que afectó la navegabilidad del Paraná y ralentizó la salida de los buques, lo cual por otra parte hizo más cara la logística exportadora.
Síntomas de reactivación
También jugó a favor de esta mejora fiscal la reducción de la inflación, que en agosto se habría ubicado en torno de 2,6%, según estiman las principales consultoras. Esto implica que la inflación acumulada de dos años cayó a 113%, cuando hace un mes se ubicaba en 116%.
Lo que da la pauta del mayor movimiento comercial es el ingreso por el IVA que cobra la DGI -un rubro separado del DGI aduanero-, que tuvo un incremento real de 9,8% respecto del año pasado. En el total de la "torta" impositiva, el IVA representa un 17,9%, lo cual representa una mejora contra el 2020 pero no llega al nivel del 2019, cuando su ponderación era del 20,5%.
Por otra parte, el comunicado oficial del ministerio de Economía destaca que el Impuesto a las Ganancias tuvo una mejora de 63,9% interanual, aun cuando está en vigencia la disminución de aportes por la suba del mínimo no imponible y la devolución de la percepción de 35% a los compradores de dólares.
Por su parte, la recaudación asociada a la seguridad social creció 63,7%, lo que implica una aceleración por segundo mes consecutivo. El impulso proviene en parte de la recuperación de los salarios tras los distintos acuerdos paritarios. Los aportes personales exhibieron una suba de 63,2% y las contribuciones patronales 64,3%. El Gobierno destaca que esto ocurre aun cuando la recaudación en estos rubros se ve disminuida por las exenciones dispuestas para aliviar la carga tributaria al sector de la Salud, los sectores críticos del programa REPRO II y las provincias del Norte Grande.
Grandes fortunas, con aporte en declive
Hay, finalmente, una fuente de recaudación que no figura en las cuentas oficiales pero que está entre las que más han influido este año: la ayuda extraordinaria del aporte por Grandes Fortunas. Y los números confirman un dato esperado: ese ingreso sigue en una fase de rendimiento decreciente.
Después de la espectacular cifra de $103.000 millones recaudada en abril -que le sirvió al ministro de Economía, Martín Guzmán, para equilibrar las cuentas fiscales en el primer semestre- empezó la cuenta regresiva.
Así, en mayo entraron $38.654 millones, en junio $24.771, en julio $23.872 y en la reciente recaudación de agosto se cayó hasta $22.860 millones. Es decir, ahora representa un 2% de la recaudación de la AFIP. Hace tres meses, el peso del impuesto extraordinario era un 4,5% en la recaudación.
No es que Mercedes Marcó del Pont, la titular de AFIP, tenga motivos de queja al respecto: se llevan recaudados en el año unos $332.000 millones, una suma que equivale un 52% de lo que entró por concepto de retenciones a la exportación agrícola.
Lo malo es que todos estos factores que jugaron a favor ahora están en declive, mientras el gasto público pisa el acelerador. Es por eso que Guzmán, que a inicios del año tuvo que recurrir en "apenas" un 40% a la asistencia del Banco Central, pudo terminar el primer semestre con un déficit fiscal de 0,5%.
Para el segundo, en cambio, el panorama es muy diferente: las consultoras creen que el déficit rondará el 4% mientras el ministro, por cada peso de crédito que consiga en el mercado, tendrá que pedirle tres pesos a la "maquinita" del Banco Central.
En ese panorama, hay un dato que justifica el alivio del ministro: la recaudación por el impuesto PAIS -que da la pauta de la demanda de dólares por parte del público- tuvo este mes una reducción de 12% en comparación con julio.
Dado que el mes pasado el impuesto PAIS había crecido un contundente 45%, se había instalado el temor de una dolarización masiva por efecto del clima pre-electoral. Sin embargo, los datos parecen indicar que las últimas vueltas de tuerca al "cepo" cambiario están surtiendo efecto.
Lo cierto es que los $8.705 millones recaudados en agosto por el impuesto PAIS lucen como una cifra menor en comparación con el pico registrado en agosto del año pasado, cuando totalizó $21.800. Actualizando esa cifra según la evolución del precio del dólar, equivaldría a $28.623 millones.