La baja de Ganancias a los trabajadores provocará resistencias para ascensos de mandos medios: cómo se licuarán los aumentos
El proyecto de suba del piso del Impuesto a las Ganancias para trabajadores y jubilados, de manera que muchos menos lo tributen, tiene una técnica legislativa que produce saltos y provocará que muchos rechacen ascenso a mandos medios.
Así, una persona soltera que gana un sueldo bruto de $150.000 mensuales no pagará Ganancias, pero un trabajador que percibe sólo $150.001 pasará a tributarla a la altísima tasa de 27%, indicó Fernanda Laiún, del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt.
O sea que con un sueldo neto de aportes jubilatorios de $122.376 mensuales, al trabajador que se pase de los $150.000 por $1, le descontarán $9880 aproximadamente de su sueldo. Esta cifra surge de sumar la proporción de aguinaldo cada mes.
Y en cuanto un trabajador supere los $162.000 mensuales netos, pasará a tributar con la alícuota del 31%, a un paso de la máxima de 35%, remarcó Laiún.
El proyecto faculta al Poder Ejecutivo a elevar las deducciones personales en las remuneraciones que van entre $150.000 y $173.000, para aliviar el efecto distorsivo que se produce entre quienes queden fuera y quienes queden dentro del impuesto, recordó Federico Costantino, de Auren.
Qué pasa los que superan todos los beneficios
Sin embargo, Cecilia Goldemberg, socia de Andersen Argentina, calculó que para un salario bruto mensual de $174.000, que ya no tendría ningún beneficio y equivaldría a $141.955 neto de descuentos jubilatorios, la retención de Ganancias sería de $15.902.
De esta manera, alguien que ganara $150.000 mensuales y recibiera un aumento de alrededor de 15%, pasaría a pagar de impuestos más de $16.000 de Impuesto a las Ganancias.
Esto quiere decir que con un aumento de $25.000 brutos, le quedarían de bolsillo al trabajador algo menos de $4000.
Esta pérdida salarial a raíz del incremento en la alícuota con la que se pasa a tributar Ganancias hará que si se aumento implica un aumento de responsabilidades, los trabajadores los rechacen.
Laiún dijo al respecto que el proyecto de los diputados del PJ atenta, al sólo modificar la deducción especial, pero no la base imponible que lo haría más general y evitaría esos saltos, contra la progresividad del impuesto.
El empleo formal bajo fuego
Por su parte, Goldemberg consideró que el proyecto es positivo y soluciona la situación dolorosa para los empleados pues gran parte de los incrementos salariales quedaban absorbidos por el impuesto debido al congelamiento de las deducciones durante el año.
Pero lo negativo es que la modificación propuesta produce un salto abrupto entre situaciones similares según de qué lado del límite se ubique la retribución del empleado, enfatizó Goldemberg.
Esto se debe, opinó Goldemberg a que el proyecto, en lugar de definir una suma fija incrementada para la deducción especial, realiza un cálculo que asegure que a todo trabajador con un sueldo bruto de $150.000 mensuales sin incluir el aguinaldo no le corresponda la retención.
En virtud de ese procedimiento, que fija un tope, se produce un salto abrupto entre quien gana un importe igual o menor a $150.000 mensuales y quién percibe una retribución mínimamente superior, por ejemplo $ 151.000, manifestó Goldemberg.
En el primer caso no hay impuesto y en el segundo asciende a $ 9.883 para el caso de una persona sin cargas de familia, apuntó Goldemberg.
El impuesto supera la diferencia en la retribución, de ese modo es un sistema que desalienta percibir un incremento formal, afirmó Goldemberg.
Sin embargo, el proyecto pretende suavizar parcialmente ese efecto autorizando al Poder Ejecutivo a incrementar la deducción especial para quienes ganen entre $150.000 y $173.000, remarcó la experta.
Lo que pasa es que no prevé la fórmula a ser aplicada, advirtió Goldemberg.
Además, quienes ganan $173.001 mensuales en adelante seguirán sin contar con ningún beneficio, enfatizó.
El incremento del sueldo de bolsillo redundará en un mayor poder de compra inmediato, sobre todo en los estratos medios, calculó Goldemberg.
Por otro lado, habrá que analizar el alcance del proyecto de ley para financiar la pérdida de recaudación que contemplaría la suspensión de la reducción de la alícuota del Impuesto a las Ganancias societario, recordó Goldemberg
Esa iniciativa también prevé el incremento de la tasa sobre dividendos a 13%, si bien aparentemente para empresas que han obtenido grandes ganancias, no sabemos si para regir únicamente en el año 2021, remarcó la experta.
Pensar en un incremento generalizado y permanente que eleve la ganancia de riesgo empresaria al 39,1% sería desaconsejable al crear un costo de oportunidad considerable, desalentando la inversión de riesgo en el país y conspirando contra la creación de nuevos puestos de trabajo, concluyó Goldemberg.
Discriminación de los autónomos
El proyecto mantiene la discriminación en contra del trabajador autónomo, a quien se le aplica la deducción especial simple o en todo caso incrementada mínimamente para profesionales o emprendedores durante los tres primeros años de actividad, aseveró Goldemberg.
Por ejemplo, con ingresos mensuales de $ 150.000 más aguinaldo, el Impuesto a las Ganancias ascendería a $ 27.032, afirmó Goldemberg.
Es una discriminación muy perjudicial para los emprendedores autónomos, quienes se encuentran frente a un sistema de cumplimiento imposible cuando por su nivel de ingresos superan el parámetro para calificar como monotributista, dijo Goldemberg.
Es decir cuando debe ingresar el Impuesto a las Ganancias con un piso muy bajo de deducciones y además el IVA, añadió.