Expertos consultados por la AFIP discrepan con la "mano dura" y proponen moratoria a 10 años
La suba de la recaudación por debajo de la inflación, se convirtió en los últimos meses en una preocupante costumbre que ya encendió las alarmas no sólo de los despachos de altos funcionarios de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sino también del Ministerio de Hacienda.
Sin ir más lejos, en enero se registró un aumento de casi 39% en el dinero que ingresó a las arcas de la AFIP, mientras que la inflación interanual para el mismo mes dio una cifra mucho más alta: 49,3% y con pronóstico de agravamiento en los próximos meses.
A nivel político, trascendió que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, está preocupado por el tema y que recibió una advertencia por parte del Fondo Monetario Internacional sobre lo insostenible de esa situación.
En definitiva, la consigna, para un Gobierno que se fijó un objetivo de déficit fiscal cero, es dónde conseguir un mayor ingreso tributario.
Tal es así que, de acuerdo a la información a la que pudo acceder iProfesional, desde las oficinas de Grandes Contribuyentes nacionales están llamando a las más importantes empresas del país para que "informalmente" les adelanten cuánto pagarán en el Impuesto a las Ganancias anual a cancelarse en los próximos meses.
Es en ese contexto que se está produciendo un debate entre la dirección de AFIP y un grupo de reconocidos tributaristas respecto de cuál es la mejor forma de abordar el tema. Y se esboza una diferencia difícil de conciliar: mientras en el organismo a cargo de Leandro Cuccioli hay cierta tendencia a la "mano dura", los consultores afirman que es el momento de tomar medidas contracíclicas que permitan a las empresas un alivio en un momento de recesión.
De hecho, en reuniones y papers que les han acercado, este grupo selecto de tributaristas, hizo llegar a la AFIP su propuesta apoyada en dos pilares centrales: un nuevo blanqueo de capitales y una amplia moratoria a 10 años.
"En vez de subir la tasa de interés a los que deben impuestos, se debe lanzar una amplia moratoria a 10 años. Sin dudas, se lograría reimpulsar la recaudación", asegura off the record uno de los "gurúes" que es regularmente consultado ante el armado de cualquier resolución general de relevancia que vaya a emitir el fisco nacional.
Los expertos reconocen que el momento político puede parecer poco propicio como para implementar un nuevo régimen de sinceramiento fiscal y que la AFIP, como mucho otorga planes a 60 cuotas mensuales, es decir a cinco años. Pero, al decir de uno de los expertos, apelan a aquella famosa frase del Mayo Francés: "Seamos realistas, pidamos lo imposible".
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"La situación actual de sostenida caída de la recaudación por debajo de la inflación amerita una importante medida", asegura el tributarista.
Respecto de cómo se podría articular la propuesta de una eventual moratoria en este momento, las fuentes consultadas apuntaron a que, previamente, la AFIP debería evaluar aquellos ajustes que en anteriores amnistías fiscales le aportaron mayores fondos. Y que, con ese dato, podría salir a hacer fiscalizaciones masivas en esos sectores para que luego adhieran a la moratoria. Proponen que, en paralelo, se otorgue algún beneficio a los contribuyentes cumplidores y se presente un nuevo plan gradual de reducción de impuestos para atraer inversiones en el futuro, cuando la economía se estabilice.
Dejar de "ahorcar" al contribuyente
Una de las medidas "procíclicas" que generó mayor irritación entre los expertos fue la suba de las tasas de intereses resarcitorios y punitorios que se aplican para calcular el monto de las deudas de los contribuyentes que incumplen o se retrasan con el pago de impuestos. Se trata de una disposición tomada por el Ministerio de Hacienda. Los intereses resarcitorios son los que se aplican sobre el monto de la obligación no cumplida y se calculan desde la fecha del vencimiento y hasta la consolidación de la deuda. Sólo con efecto para los nuevos planes de pago a los que adhieran los morosos, ese costo pasará de 3% a 4,5% mensual el 1° de marzo. Luego, la tasa estará sujeta a ajustes trimestrales.En tanto, desde abril, se considerará una tasa equivalente a 1,2 veces el nivel de rendimiento de los plazos fijos a 180 días que ofrezca por su canal electrónico el Banco Nación el día 20 del mes previo al inicio de cada trimestre.
Hasta tanto ello ocurra, las tasas se han fijado transitoriamente en 4,5% y 5,6% mensuales para los intereses resarcitorios y punitorios, respectivamente. Y si bien desde Hacienda han justificado la medida con el argumento de que "hay empresas que empiezan a financiarse con la AFIP", los expertos responden que se trata de algo que no moverá la aguja desde el punto de vista de la recaudación, pero que podrá desestabilizar a las empresas en condiciones precarias.
"El peso que le pueden aportar a la recaudación las medidas más agresivas de la AFIP en tiempos de crisis es insignificante y contraproducente, porque arroja contribuyentes al abismo, destruyendo empresas y fuentes de empleo", asegura Diego Fraga, Socio de RCTZZ Abogados y profesor de la Maestría en Derecho Tributario de la Universidad Austral.
"Es razonable que luego de la crisis cambiaria se hayan producido modificaciones, pero lamentablemente el peso del ajuste fiscal se ha hecho recaer en su mayoría sobre el sector privado. En materia de cobro de tributos se están tomando medidas peligrosas en un contexto en el que la recaudación cae con motivo del ciclo económico. Por ejemplo, el aumento de las tasas de interés que cobra el fisco por sus deudas", puntualiza.
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"Además de que no va a tener un impacto inmediato o significativo en la recaudación hay que recordar que, históricamente, las amenazas sobre los contribuyentes morosos no han funcionado. Y mucho menos en un contexto de contracción económica", advierte Fraga.
Para los expertos, la situación actual puede encontrar paralelos históricos con otras crisis de la historia económica reciente. En un breve repaso, los expertos consultados por este medio recordaron una serie de medidas de igual tenor que fueron tomadas durante el Gobierno de la Alianza. La más recordada, la ya tristemente célebre "tablita de Machinea"; que no era otra cosa que una brusca modificación en las escalas de Ganancias que hacía pagar una cifra desproporcionada de impuesto ante un cambio mínimo en el ingreso.
También recuerdan los embargos de la AFIP sin orden judicial, el fallido régimen de capitalización de deudas fiscales impulsado por Domingo Cavallo y el régimen para pagar impuestos adeudados con deuda pública.
"Hoy por hoy, se hace imprescindible el lanzamiento de una nueva y amplia moratoria, que esté en vigencia por varios meses, y que contemple una importante condonación de multas e intereses", explica uno de los expertos.
En relación al blanqueo, los expertos consideran que el último régimen de sinceramiento fiscal impulsado por Alberto Abad presentaba múltiples condicionantes. "No son pocos los clientes que no adhirieron al último blanqueo. Debería implementarse un nuevo blanqueo más flexible y con un trato preferencial para quienes destinen esos fondos en nuevas inversiones", agrega.
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Si bien los analistas coinciden en que el Gobierno debería dar marcha atrás con la medida de agravar el interés de las deudas, o al menos atenuar la suba, son muchos los argumentos que se esgrimen desde el Ministerio de Hacienda para defender el alza de la tasa de los intereses resarcitorios y punitorios. Puntualmente sostienen que "su falta de actualización no sólo desatendía la coyuntura económica, sino que producía diversas injusticias".
Más precisamente, apuntan a las empresas que se financiaban con la AFIP. Es decir, destinaban el dinero del pago de impuestos para otros fines ya que la tasa establecida por el fisco nacional era muy baja.
Del otro lado del mostrador, las quejas apuntan no tanto al monto de las tasas sino a la oportunidad de la medida. Argumentan que recién en una fase de recuperación de la actividad económica correspondería aumentar los intereses resarcitorios y punitorios.
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Respecto a los saldos a favor acumulados, el tributarista Fraga agrega que se desactualizan violentamente con la inflación.
"El interés que se les reconoce es del 0,5% mensual. A este interés no lo tocaron en la última medida del Ministerio de Hacienda con la que subieron las tasas. Con lo cual se produjo una indignante desigualdad entre el interés que cobra el fisco por sus deudas y el que cobra el contribuyente cuando la AFIP tiene en su poder fondos que no le corresponden. No hay justificación válida para esa discriminación", opina.
Lo cierto es que, sumado al alza de la tasa de intereses para morosos, en Argentina conviven 163 impuestos. Así lo señala un reciente informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que hace hincapié en la excesiva cantidad de tributos y detalla que apenas 10 de ellos resumen el 90% de la recaudación de todo el territorio.El sistema impositivo argentino tiene potestades distribuidas entre los distintos niveles gubernamentales. De acuerdo al relevamiento, los municipios ocupan el primer lugar en relación a la cantidad de tributos. Estos acaparan un total de 82 de los 163.El IARAF resaltó que, teniendo en cuenta la cantidad de instrumentos impositivos existentes y siendo que la recaudación efectiva se concentra en los primeros 10, hay que apuntar a un sistema que simplifique el esquema tributario.Otro de los mayores obstáculos del sistema tributario argentino pasa por la gran cantidad de impuestos que se pagan por anticipado, completan desde el IARAF.
Se trata de aquellos impuestos cuya recaudación es realizada por agentes privados, función que el organismo de administración fiscal les delega bajo la creación de regímenes fiscales "de percepción" y "de retención".
"La existencia y diversidad de regímenes de recaudación anticipada originaron fuertes requisitos para los sujetos pasibles para evitar caer en alícuotas agravadas, que se traducen en costos de administración fiscal elevados para los agentes privados", apuntó el informe, que recalcó que en reiteradas ocasiones se generan saldos a favor del contribuyente "difíciles de recuperar".
Al no haber un sistema que permita la devolución rápida de ese saldo, el régimen se transforma en un aumento encubierto de la alícuota del impuesto. "Lo que se inició con alícuotas que podría considerarse moderadas actualmente se transformó en porcentajes de retención similares a las alícuotas del mismo impuesto, lo que genera saldos a favor difíciles de recuperar", cuestionó el Iaraf.