¿Llega la hora del IVA provincial?: los pros y contras del impuesto que puede "borrar" a Ingresos Brutos
Vientos de cambio soplan en las relaciones entre Nación y provincias. De las tensas y en algunos casos hasta conflictivas conversaciones que mantuvieron los gobernadores durante el kirchnerismo, parece haber llegado la calma.
Si bien no todo es color de rosas, el Ejecutivo parece dispuesto a llevar adelante una comunicación más pacífica y colaborativa con todas las jurisdicciones, sin importar la bandera política que representan.
La muestra más clara fue la firma del acuerdo con los gobernadores para resolver la devolución del 15% que estaba dirigido a la ANSES. Este fue uno de los reclamos que el gobierno kirchnerista desoyó y terminó dirimiéndose en la Corte Suprema de Justicia.
Ahora, además de cuestiones de reparto de la caja, en la mesa de debate hay temas que preocupan a más de uno: desde la falta de competitividad que golpea a las economías regionales a la necesidad de realizar fuertes inversiones en infraestructura.
Pero también hay una cuestión que cada vez toma más importancia: el ajuste de las políticas tributarias, una cuestión que no sólo atañe al Gobierno central, sino también a las distintas jurisdicciones.
Por este motivo fue que la Ley de Reparación Histórica a Jubilados y Blanqueo incluyó la creación de una comisión parlamentaria bicameral para el análisis de una futura reforma tributaria y el Ejecutivo puso en marcha una con el mismo fin.
Precisamente, en una de las reuniones realizadas en los últimos días se analizó una propuesta que, en otro momento, hubiese sido inviable: el reemplazo del Impuesto sobre los Ingresos Brutos por un IVA provincial.
Lo más curioso, tal vez, es que la propuesta fue presentada por un gobernador. Ocurre que, por la capacidad recaudadora del gravamen, es poco común pensar en que sea un líder provincial el que proponga una reforma de este estilo.
No hay que olvidar, según explicó a iProfesional Ariel Barraud, miembro del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que Ingresos Brutos es fuente del 80% de los recursos propios en casi todas las provincias.
No obstante, el mandamás cordobés José Schiaretti y su equipo económico parecen dispuestos a abrir el debate sobre el tema y le hicieron llegar una propuesta al ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay.
No hay certezas sobre las probabilidades de que se aplique un cambio de este estilo, pero hay algo que es muy claro: la cuestión se metió en la agenda y promete un amplio debate para los próximos meses.
Barraud se mostró convencido de la existencia de esta nueva tendencia al diálogo, al afirmar que "ahora hay una agenda de entendimiento para llevar a cabo una política fiscal con el mayor consenso posible entre Nación y provincias".
Según la visión del especialista, las conversaciones incluyen un amplio abanico de temas, que van desde la responsabilidad de gasto hasta temas relacionados al sistema tributario y cómo se generan y reparten los recursos públicos.Un tema que se instalaEn una reunión efectuada en el Ministerio de Hacienda, de la que participaron representantes del Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño (Cpcecaba), se trataron los lineamientos de una futura reforma tributaria, en cuyo marco se incluyó la eventual sustitución del Impuesto sobre los Ingresos Brutos por una IVA Provincial.
El tema no es nuevo. Sin ir más lejos, el año pasado fue parte del Congreso Tributario organizado por la entidad porteña. Pero hay una premisa clara: hoy está mucho más instalado el tema que en octubre.
Claro que no todos tienen el mismo interés. Algunos especialistas aseguran que el tema resultará especialmente sensible para aquellas jurisdicciones que producen bienes y tienen una baja participación en el consumo.
¿Por qué? Miguel Di Mascio, titular del estudio que lleva su nombre, explicó a iProfesional los motivos por los que algunas administraciones provinciales estarían especialmente atentas al modo en que se realice una sustitución de este tipo.
Al respecto, sostuvo que "como el modo más natural de aplicar un IVA provincial sería bajo el criterio de que la jurisdicción que ejerce la potestad fiscal es la de destino (en la que finalmente se consumen los bienes), las más sensibles a un eventual cambio son aquellas que son eminentemente productoras".
"Esto es así, debido a que hoy tienen una participación significativa sobre la recaudación del Impuesto sobre los Ingresos Brutos en determinadas actividades (por ejemplo, minera, agropecuaria, etc.), pero que por su baja densidad de población tendrían una 'participación' menor en un IVA provincial estructurado bajo el criterio de 'destino'", explicó.
Pero hay otras, a las que no sólo les resultaría atractiva la idea, sino que saldrían beneficiadas. Por ejemplo, Buenos Aires podría obtener una mayor recaudación por vía de un impuesto del estilo que se analiza.
Y lo mismo podría suceder con Mendoza, Santa Fe, Córdoba, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Precisamente por eso, el gobernador Schiaretti fue uno de los primeros en transmitirle a Prat Gay las bondades de este mecanismo fiscal.
Por el contrario, y como ya se indicó, podría existir una mayor sensibilidad por parte de aquellas que tienen baja densidad de población pero relevancia productora, como por ejemplo, las provincias petroleras o las agrícolas.
De cualquier modo, los especialistas explicaron que existen alternativas para lograr el consenso de las que se verían perjudicadas. Por ejemplo, a través de la creación de un fondo compensador que se alimente por algún excedente de las que son beneficiadas por el cambio.
"Hay algo que es importante destacar: el reemplazo de Ingresos Brutos por un IVA provincial puede mejorar la competitividad, porque evitaría la 'exportación de impuestos' en los bienes y servicios susceptibles de ser transados internacionalmente", advirtió Di Mascio. Un punto que hoy en día desvela a más de uno en el Palacio de Hacienda.Una cuestión de visibilidadUno de los aspectos que, a ojos de Barraud, es necesario tener en cuenta a la hora de implementar un cambio tan profundo hace a la visibilidad del impuesto. Esto, que parece un detalle, puede convertirse en un punto importante.
El experto del IARAF recordó que Ingresos Brutos es "invisible" para la gran masa de ciudadanos, ya que -en general- no se discrimina en un ticket o una factura. Incluso, cuando se lo discrimina en un comprobante, no representa la verdadera carga que se viene acumulando en todas las etapas de una cadena productiva.
Por lo tanto, reemplazarlo por un gravamen en la última etapa (ventas o IVA provincial) implicaría visibilizar esta carga tributaria provincial.
"Para el común de la gente, Ingresos Brutos es un impuesto que ni saben cuánto es la alícuota ni cuánto incide sobre el precio de los bienes que compran (como sí saben cuánto pagan de ABL, inmobiliario, patente, etc)", explicó Barraud.
Y agregó: "Si se lo quiere sustituir, será clave cómo se presente la política para que no sea interpretado (o usado por los productores/empresarios/comerciantes) como una nueva suba en los costos de vida".
reducción de las operaciones "en negro" que se realizan sin comprobantes.
Al respecto, señaló que "una ventaja que tendría el sistema sería el estímulo a que se facturen las operaciones en las instancias anteriores al minorista, ya que éste lo exigiría para tomarse el crédito fiscal y disminuir su impuesto a ingresar".
No hay que olvidar que, a la hora de calcular cuánto hay que ingresar al fisco por el impuesto, es necesario tener en cuenta las compras y las ventas. Las primeras generan créditos fiscales y las segundas débitos.
Mientras mayores sean los débitos, más habrá que "pagar" por IVA. Por ende, sería un estímulo más que tendrá el comprador para solicitar las facturas o tickets correspondientes, para reducir legalmente el importe a abonar.A toda máquinaLa comisión creada por el Ejecutivo para analizar una reforma integral del sistema tributario trabaja a todo vapor para lograr el objetivo fijado en la normativa que le dio origen: tener lista una propuesta antes de los 12 meses de su creación.
La idea es clara: resolver las deudas pendientes que dejó el gobierno kirchnerista y que van más allá del Impuesto a las Ganancias (que fue uno de los que más popularidad ganó en el último tiempo, gracias a la inclusión desmedida de empleados en relación de dependencia).
Si bien es cierto que Macri introdujo cambios en materia impositiva (como el ajuste en Bienes Personales, la eliminación de Ganancia Mínima Presunta desde el 2019 y de retenciones a varios productos o la actualización del mínimo no imponible) también es verdad que restan resolverse otras cuestiones.
Recientemente, especialistas consultados por iProfesional pusieron de manifiesto la necesidad de modificar aspectos puntuales de diversos impuestos -tanto nacionales como provinciales- y de ajustar, al mismo tiempo, la Coparticipación Federal.
Pero queda claro que todas las acciones no tienen que llegar exclusivamente desde la Casa Rosada. Por el contrario, los gobernadores también deben aportar su "granito de arena" a través de una revisión de sus sistemas tributarios locales.
No hay que olvidar que desde hace unos años las provincias han incrementado su presión fiscal, sobre todo, a través de la creación o el incremento de las alícuotas de Ingresos Brutos.
Los expertos en cuestiones tributarias son los primeros en recordar todos los vicios que tiene este gravamen, que van desde la acumulación (un efecto nocivo que hace que el impuesto forme parte de la base imponible de cada etapa) a la piramidación (cuando por la aplicación del impuesto, el aumento verificado en el precio del bien es superior al impuesto efectivamente recaudado).
Las jurisdicciones no desconocen estas desventajas ni las niegan. Sin embargo, son fervientes defensoras de este tributo por una cuestión tan simple como concreta: la capacidad recaudadora que tiene.
Sin embargo, hay cambios latentes. Y todo muestra que tal vez llegó el momento de analizar en profundidad el sistema tributario. Una vieja deuda pendiente que podría desembocar en una reforma que incluya la aplicación de un IVA provincial. Algo que parecía demasiado lejano.