El Gobierno avanza en la modificación del Impuesto a los Bienes Personales.
Puntualmente, analiza elevar el piso a partir del cual se tributa a un millón de pesos y modificar las alícuotas vigentes, que hoy van del 0,5 al 1,25 por ciento.
El presidente Mauricio Macri había prometido una reforma en este sentido en febrero pasado. "Estamos trabajando en subir el mínimo (en Bienes Personales) porque hoy entra hasta aquel que tiene una vivienda familiar; eso también está mal, pero estamos viendo para que no se encadene con los impuestos inmobiliarios", expresó el mandatario.
Por la falta de actualización de los valores de ingresos y de patrimonio que determinan obligaciones frente al fisco, cada año son más los ciudadanos que deben hacer su declaración ante la AFIP por el impuesto y, eventualmente, pagar esa carga.
En 2010, por Bienes Personales se presentaron 606.000 declaraciones juradas, y en 2014, 907.000, según datos oficiales. En 2015, la AFIP recaudó $ 18.210,4 millones por este tributo, sobre una recaudación total de $1.537.948 millones.
El impuesto fue creado por una "emergencia" en 1991 y fue varias veces prorrogado. El mínimo de $305.000 no se actualiza desde 2007. Así, todos quienes tienen activos que superaban ese monto al 31 de diciembre pasado se ven alcanzados por Bienes Personales.
Según se especifica en la ley del impuesto, los activos que están gravados son inmuebles, vehículos, obras de arte, bienes del hogar, saldos de cuentas corrientes bancarias, dinero en efectivo, moneda extranjera, acciones y participaciones societarias.
Desde la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (Facpce) aseguran que habría que "actualizar el mínimo exento a $1,5 millones; gravar el patrimonio neto y no sólo bienes; considerar un mínimo exento, y que se grave el excedente o que, una vez que se excede el mínimo, se grave y se tribute sobre el total, y solucionar la inequidad originada en la falta de actualización de los valores, por ejemplo, de los bienes inmuebles".
Mario Volman, socio de Kaplan, Volman & Asociados, explicó que "el flagelo de la inflación erosiona los ingresos de la población en materia de su capacidad de compra con sus rentas fijas y también causa problemas en materia tributaria".
Según el experto, Bienes Personales "ha quedado desactualizado por el paso del tiempo y de las variaciones de precios. Una vivienda o un automóvil no cuestan lo mismo ahora que en el 2007".
Mario Buedo, socio del estudio Montero & Asociados, destacó: "Sin lugar a dudas, éste es otro impuesto que ha sufrido los embates de la inflación respecto de su modalidad de cálculo, con efectos perjudiciales para los contribuyentes".
Y esto es así, según el especialista, debido a que "en la medida que no se ha actualizado el importe del mínimo exento más personas se ven alcanzadas por el tributo convirtiéndolo cada vez más en un gravamen que alcanza manifestaciones patrimoniales que no representan capacidad contributiva".