Solapamiento impositivo: por Ganancias, empleados recibirán sueldos superiores a los de sus jefes
Los economistas y especialistas en materia tributaria recuerdan -casi con nostalgia- que el Impuesto a las Ganancias era el más progresivo del sistema fiscal argentino, ya que hacía pagar más a quienes obtenían un ingreso superior a lo largo del año.
Sin embargo, todo cambió desde el momento en que la inflación comenzó a forzar a las empresas a dar mayores aumentos nominales de salarios a sus empleados, sin que ello aparejara necesariamente una mejora real del ingreso.
Ocurre que, pese al aumento en las remuneraciones que trajeron las paritarias en los últimos años, el Gobierno no actualizó los valores de las deducciones en un nivel similar. Para colmo, los cambios introducidos a través del decreto 1242 terminaron por destruir todo atisbo de equidad.
Es que, mediante esta medida, se estableció que para pagar el impuesto es necesario tener en cuenta los ingresos de los empleados en relación de dependencia percibidos entre enero y agosto de 2013.
De esta manera, mientras que algunos fueron beneficiados con la exención, otros quedaron "estigmatizados" y resultan perjudicados en la actualidad, sin importar el nivel de sueldos que poseen (es decir, hasta podrían llegar a afrontar el gravamen pese a que cobran menos que el año pasado).
Estos fueron los motivos que llevaron a los sindicatos (tanto oficialistas como opositores) a impulsar diversos reclamos para intentar lograr una solución al problema de los empleados que están bajo su "protección", ya sea con aumentos más importantes o bonos compensatorios.
Pero la cuestión tributaria no solamente es seguida de cerca por aquellos que ven cómo sus ingresos se evaporan con el impuesto, sino que también los empresarios están monitorean esta problemática.
No es para menos. Los asesores de empresas comenzaron a alertar a sus clientes sobre la llegada de un nuevo conflicto para este 2015: el "solapamiento impositivo".
Según los análisis realizados por los profesionales, en un contexto en el que los aumentos en las próximas paritarias difícilmente bajen del 30% y no haya modificaciones de fondo en el gravamen, es muy probable que muchos de los que están sujetos al pago de Ganancias no tengan mucho que festejar.
"Solapamiento impositivo"
La situación, tal como explicaron a iProfesional, viene bastante compleja de cara a los próximos aumentos.
Es que, una mayor cantidad de empleados pasarán a tener sueldos superiores a los de sus propios jefes de persistir la postura oficial de no realizar un cambio profundo en este tributo que impacta sobre los sueldos en forma directa.
Así se desprende del cálculo de la situación de dos asalariados solteros: uno que en 2013 contaba con ingresos de $14.000 brutos mensuales y otro que en el mismo período obtenía $17.000 (brutos).
Suponiendo que ambos recibieron una suba del 30% durante 2014 y que ese porcentaje de aumento se repite en 2015, el primer dependiente cobrará $19.650 netos, mientras que el salario del segundo será de 19.434 pesos.
La clave para entender el caso planteado está en la situación que enfrenta cada uno en Ganancias: mientras que uno quedó eximido del pago (al menos hasta que haya un cambio), el otro deberá abonar el gravamen a la alícuota máxima (35%).
En efecto, el asalariado que mayores ingresos percibía en 2013 tuvo que afrontar unos $2.400 mensuales en concepto del impuesto en 2014 y le retendrán más de $4.400 en este 2015.
Dicho de otro modo, el aumento que pudiera recibir por un acuerdo paritario no ingresará plenamente a sus bolsillos por el efecto de Ganancias. Por el contrario, el que percibía un menor sueldo en 2013 obtendrá el 30% de manera íntegra en ambos años.
Es por ello que los especialistas advierten que el "solapamiento impositivo" pisará cada vez con más fuerza en las compañías este año.
La situación cambia si se considera el caso de empleados casados con dos hijos. En estos ejemplos, el que obtenía $17.000 brutos mensuales en 2013 seguirá por delante del que cobraba $14.000 brutos.
No obstante, el peso del impuesto es más que notorio: mientras la brecha entre ambos ingresos era del 12,4% durante 2014, se reducirá a menos de la mitad en 2015 (5%), claro está, siempre que no medien cambios en el plano impositivo. Es así que:
• El asalariado con ingresos de $14.000 brutos en 2013, percibirá una remuneración de $19.650 este año.
• En tanto, aquel que obtenía $17.000 brutos, se hará de $20.644.
La disyuntiva de los hombres de negocios radica en el hecho de que si quieren mantener a sus mandos medios, tendrán que hacer frente a un porcentaje de aumento mayor al que otorgarían al resto de los dependientes con la consecuente suba de los costos.Causas del problema
Los especialistas consultados por este medio coinciden en señalar que, más allá del ajuste en las deducciones y cargas de familia, gran parte del problema fue generado por el decreto 1242 dictado en 2013.
tres categorías, en base a los sueldos brutos mensuales devengados en el período transcurrido entre enero y agosto del 2013:
- Empleados que ganaron hasta $15.000 mensuales brutos.
- Los que obtuvieron entre $15.000 y 25.000 pesos.
- Dependientes que cobraron más de 25.000 pesos.
En este escenario, los que conforman los últimos dos casos siguen sufriendo retención de Ganancias (aunque con diferentes deducciones para cada uno), en tanto que los primeros quedaron liberados del pago del gravamen. Antes del decreto, las diferencias salariales podían fluctuar (acercándose o alejándose según los casos) pero nunca desaparecían. Y esto es así porque la medida llevada adelante en septiembre del 2013 terminó quitándole equidad al impuesto.
Además, en un contexto como el actual, Locatelli advirtió que si no se modifica el período de referencia establecido en dicho decreto (enero a agosto 2013), aún se pueden producir las siguientes inequidades:
- Un empleado que ganó en los primeros 8 meses de 2013 $14.000 pero que en la actualidad -por ascender de categoría- obtiene por ejemplo $30.000, sigue sin pagar Ganancias.
- Como contrapartida, otro que por haber cobrado el año pasado $15.100 quedó en la órbita del gravamen, continuará sufriendo las retenciones a pesar de que reciba menos que el empleado anterior.
Ante esta situación, desde el IERAL de la Fundación Mediterránea, Marcelo Capello y Alejandro Marconi advirtieron que, para evitar las inequidades, el Congreso debería modificar el nivel salarial a partir del cual los trabajadores pagan Ganancias y contemplar ajustes anuales automáticos.
Asimismo, criticaron el hecho de que el Gobierno aplicó "permanentemente parches al impuesto, en un país que tiene inflación de dos dígitos desde hace 8 años y que en el actual se acerca al 40% anual".
genera un desfasaje peligroso frente a la capacidad contributiva real de la población".
"Así, se termina sometiendo al pago de impuestos sobre valores nominales, que nada tienen que ver con la verdadera manifestación de riqueza necesaria para la configuración del hecho imponible", sostuvo.
De esta manera, según la visión del especialista, el Gobierno termina convirtiendo "virtualmente" en ricos -sólo a efectos tributarios- a quienes en realidad no lo son.