Autorizan un impuesto a las transacciones financieras en 11 países de Europa
Alemania, Francia y otros nueve países de la zona euro obtuvieron permiso este martes para implementar un impuesto a las transacciones financieras, pese a las reservas de naciones como Gran Bretaña y Luxemburgo por temor a que la medida tenga un impacto en las inversiones en Europa.
La votación en Bruselas de los ministros de Finanzas de la Unión Europea allana el camino para que Alemania, Francia, Italia, España, Austria, Portugal, Bélgica, Estonia, Grecia, Eslovaquia y Eslovenia puedan avanzar con su propio tributo a las operaciones financieras.
El impuesto, basado en una idea propuesta por el economista estadounidense James Tobin hace más de 40 años, es simbólicamente importante para mostrar a los políticos, que han titubeado durante cinco años de crisis financiera, que es posible empezar a controlar a los bancos a los que se culpa por causar el colapso.
Bajo las reglas de la Unión Europea, un mínimo de nueve naciones puede plegarse a la legislación usando un proceso de cooperación reforzada, siempre y cuando una mayoría de las 27 naciones de la UE conceda su permiso.
Gran Bretaña, que cuenta con su propio impuesto a las operaciones de acciones, se abstuvo de votar, junto con Luxemburgo, República Checa y Malta.
Ahora, la Comisión Europea impulsará una nueva propuesta sobre el impuesto, que de ser aprobada por los estados involucrados, permitiría que el arancel sea introducido en los próximos meses.
Pese a que Gran Bretaña y otros países no forman parte del grupo que recibió el permiso, igual podrían ser afectados por la medida. Esto es una gran preocupación para Londres, el mayor centro financiero de Europa.
Si el comprador o el vendedor está basado en uno de los países que imponen el impuesto, éste puede ser cobrado más allá de dónde se produzca la transacción.
Aunque los críticos dicen que el impuesto no puede operar apropiadamente a menos que sea aplicado en todo el mundo o al menos en toda Europa, algunas naciones ya están considerando los ingresos adicionales con los que contarán a partir del próximo año.
Un funcionario de la UE sostuvo que los ingresos extra podrían ascender a un máximo de 35.000 millones de euros anuales.
El ministro de Economía Vittorio Grilli dijo que Italia espera ingresos por 1.000 millones de euros al año. “Podremos empezar a aplicarlo rápidamente”, dijo por su parte Benoit Hamon, funcionario del Ministerio de Finanzas francés que acudió al encuentro en Bruselas.