Qué signos pueden ayudar a detectar el Alzheimer de manera temprana
Como ya han ido adelantando diferentes estudios en los últimos años, los hábitos que las personas mantienen durante la infancia y adolescencia puede repercutir en la edad adulta. Y a su vez, lo que hacen las personas cuando son adultos tiene consecuencias significativas en edades más avanzadas. En este contexto, la enfermedad de Alzheimer sigue siendo el tipo de demencia más diagnosticada en todo el mundo, y se sabe que ciertos factores de estilo de vida pueden aumentar su riesgo de forma más significativa que otros.
Así pues, según un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology, existirían tres factores en particular que aumentarían el riesgo de sufrir esta demencia: la obesidad, la falta de ejercicio y el bajo nivel educativo.
Hace tan solo una década, eran otros los factores de riesgo que se asociaban más a la enfermedad. De hecho, en 2011, los estudios apuntaban a la falta de ejercicio, la depresión y el tabaquismo como principales factores. Hoy en día la lista ha cambiado, aunque la falta de ejercicio sigue manteniéndose entre los tres primeros puestos, junto a la obesidad en la mediana edad y un bajo nivel educativo, entendido como inferior al graduado de secundaria.
Cómo se realizó este estudio sobre Alzheimer
El estudio analizó datos médicos de 378.000 adultos estadounidenses que participaron en una encuesta anual de salud gubernamental. Una de los aspectos que sugiere es que estos tres "nuevos" factores no son iguales para todos, y varían según la raza y el origen étnico.
Por ejemplo, la obesidad fue el primer factor de riesgo entre adultos blancos, los de raza negra y nativos americanos. La falta de ejercicio, por su parte, fue el principal factor de riesgo para los estadounidenses. Asimismo, el bajo nivel educativo fue el principal factor de riesgo modificable entre los hispanoamericanos.
Por otro lado, también hubo diferencias entre hombres y mujeres. Los factores de riesgo modificables se relacionaban con un 36% de los casos de demencia en hombres, pero solo con un 30% de los casos de las mujeres.
Según valora Deborah Barnes, profesora de psiquiatría en la Universidad de California en San Francisco y autora del estudio, estos resultados indicarían que las personas podrían reducir su riesgo de desarrollar Alzhéimer y otros tipos de demencia mediante mejoras en el estilo de vida.
También es cierto, cabe recordar, que hay otros factores no modificables que se asocian a un mayor riesgo de sufrir alzhéimer. La edad avanzada o la susceptibilidad genética a través de la variante APOE4 son dos de estos factores que aumentan el riesgo y, de momento, no pueden evitarse ni modificarse.
Aún así, se calcula que alrededor del 37-40% de los casos de demencia en todo el mundo son atribuibles a estos factores de riesgo modificables. Esto implica que una parte significativa de las personas que acaban sufriendo la enfermedad podrían evitarla. Estos factores incluirían, además de los tres ya mencionados, una tensión arterial elevada, la diabetes, el consumo excesivo de alcohol y la pérdida de audición entre otros.
Por el momento no está claro el vínculo directo entre estos factores de riesgo y la enfermedad de Alzheimer, pero se sospecha que la salud cardiovascular está íntimamente relacionada con la enfermedad. La obesidad, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y un estilo de vida sedentario dañan los vasos sanguíneos, que no solo producirían perjuicios a nivel cardiológico sino también neurológico.
Por su parte, en cuanto al nivel educativo se refiere, los investigadores hablan de la conocida como hipótesis de la "reserva cognitiva". Así, las personas con más educación podrían estar mejor equipadas para resistir los cambios cerebrales patológicos observados en la demencia, y mantener tanto su memoria como su capacidad de pensamiento durante más tiempo.