Variante Ómicron: ¿por qué las personas vacunadas se contagian coronavirus?
En el mundo se está observando un nuevo crecimiento de los casos de coronavirus. La llegada de las nuevas variantes ha acelerado el contagio, de tal modo que la cantidad de personas infectadas con el virus es mayor.
Países como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Brasil y muchos otros están viendo cómo las cifras de contagio de la enfermedad rompen récords debido a la conjunción de las variantes Delta y Ómicron.
No obstante, la comunidad de científicos, médicos y las instituciones sanitarias aún confían en el poder de las vacunas probadas y aprobadas en varias partes del mundo.
¿Qué sucede con las vacunas?
Dadas las noticias y los registros diarios de nuevos casos de Covid-19 en países como Estados Unidos, Francia y Reino Unido, la efectividad de las vacunas se ha convertido nuevamente en un tema de discusión en las redes sociales.
Mientras algunas personas critican las medidas impuestas por diferentes autoridades para incentivar la inoculación, otros denuncian los potenciales efectos secundarios de las vacunas.
Hasta el momento, los principales efectos secundarios observados son leves, desaparecen naturalmente después de unos días y se dan también luego de la aplicación de otras vacunas ya utilizadas en el mundo, como la de la gripe o la de la fiebre amarilla. Entre las principales molestias que se han detectado se destacan las siguientes: dolor y enrojecimiento en el lugar del pinchazo, fiebre, dolor de cabeza, cansancio, dolores musculares, escalofríos y náuseas.
Los efectos adversos más graves, como anafilaxia, trombosis, pericarditis y miocarditis (inflamación del corazón), son considerados raros por las autoridades y por los expertos. Además, los beneficios de aplicarse las dosis superan con creces los riesgos observados, aseguran las agencias.
En cuanto a la discusión sobre la eficacia y el hecho de que los individuos vacunados se contagien y transmitan el coronavirus, el pediatra y especialista en enfermedades infecciosas Renato Kfouri explicó a BBC Brasil que la primera ola de vacunas contra el Covid-19, que incluye CoronaVac y los productos desarrollados por Pfizer, AstraZeneca, Janssen, entre otros, tiene como objetivo reducir el riesgo de desarrollar las formas más graves de la enfermedad, que están relacionadas con hospitalizaciones y muertes.
"Las vacunas protegen mucho mejor contra formas más graves que contra formas moderadas, leves o asintomáticas de covid. Cuanto más severo es el resultado, mayor es su efectividad", resume Kfouri, director de la Sociedad Brasileña de Inmunizaciones (SBIm).
El objetivo principal de kas vacunas, por lo tanto, nunca fue detener la infección en sí, sino hacer que la invasión de coronavirus fuera menos perjudicial para el organismo y ya no se posicionara como una amenaza de para la vida del individuo.
Este mismo razonamiento se aplica a la vacuna contra la gripe, que ha estado disponible durante décadas.
La dosis, que se ofrece todos los años, no necesariamente previene la infección por el virus de la influenza, pero evita las frecuentes complicaciones en los grupos más vulnerables, como los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos.
Cuando se mira escenario más amplio, esta protección contra las formas más severas tiene un impacto directo en todo el sistema de salud: reducir la severidad de las infecciones respiratorias es sinónimo de salas de emergencias menos concurridas, mayor disponibilidad de camas en las salas o unidades de cuidados intensivos y, por supuesto, más tiempo para que el equipo de atención médica trate a los pacientes adecuadamente.
Así, los datos muestran que las vacunas están jugando muy bien ese papel: según el Commonwealth Fund, la aplicación de dosis contra el coronavirus evitó, hasta noviembre de 2021, un total de 1,1 millones de muertes y 10,3 millones de hospitalizaciones solo en Estados Unidos.
El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que se ha salvado la vida de 470.000 personas mayores de 60 años en 33 países del continente americano desde que comenzó la vacunación contra la enfermedad.
¿Cómo se explica la situación actual?
Frente a la información sobre el papel principal de los inmunizadores, es imposible negar que la frecuencia de reinfecciones o diagnósticos positivos entre las personas vacunadas ha aumentado en los últimos tiempos. Esto se puede explicar a través del análisis de tres factores.
El primero es simple: el mundo acaba de salir del período de Navidad y Año Nuevo, cuando la gente se reúne y festeja. Esto, en sí mismo, aumenta el riesgo de transmisión del coronavirus.
En segundo lugar, casi un año después de que las dosis estuvieran disponibles en algunas partes del mundo, los expertos han aprendido que la inmunidad contra el Covid después de la vacunación no dura para siempre.
"Con el tiempo, hemos visto que el nivel de protección cae. Esta caída será mayor o menor según el tipo de vacuna y la edad de cada individuo", señala el experto.
"Esto puso en evidencia la necesidad de aplicar una tercera dosis, primero para los ancianos e inmunosuprimidos, luego para toda la población adulta", agrega.
El tercer factor tiene que ver con la llegada de la variante Ómicron, que es más transmisible y tiene la capacidad de evitar la inmunidad obtenida con las vacunas o con una condición previa de covid.
"Ante esto, la infección en los vacunados debe verse como algo absolutamente común y tendremos que aprender a vivir con esta situación", considera el profesional.
"Afortunadamente, este aumento reciente en los casos de covid se ha traducido en una menor tasa de hospitalizaciones y muertes, especialmente entre las personas que ya han sido vacunadas", indica a continuación. En otras palabras: "la vacuna sigue protegiendo frente a las formas más graves, como se esperaba ", concluye.