Dormir poco pero nunca estar cansado: qué es el "gen del sueño corto"
El sueño es crucial para la vida; es necesario para que el cuerpo y la mente se recuperen del desgaste diario.
La ausencia de descanso puede llevar al cansancio, que a su vez puede derivar en la aparición de diversos trastornos. A su vez, si se mantienen en el tiempo podrían desencadenar algunas patologías más severas. La comunidad científica lleva años estudiando los beneficios del sueño en el cerebro humano, e incluso todavía es un terreno del que mucho se desconoce. Si bien es indiscutible que el sueño es necesario y que forma parte de un estilo de vida saludable, también es necesario mencionar que hay personas que viven su día a día con menos horas de descanso de las recomendadas y no parecen tener problemas. ¿Por qué?
Según un estudio realizado en los últimos años, la respuesta estaría en los genes.
Estudio de los patrones de sueño
Ying-Hui Fu, investigadora de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) lleva años estudiando la implicancia genética en los patrones de sueño. En un primer estudio, la científica investigó un caso empírico de una madre y una hija que rara vez dormían más de seis horas diarias. Luego de tomar muestras de sangre de los participantes del estudio, descubrió que ambas contaban con una mutación del gen DEC2 que más tarde comprobó que estaba asociado con la capacidad de requerir menos horas de sueño al día y estar como una rosa.
En un segundo estudio, publicado en la revista Neuron, la investigadora indagó sobre otro gen que parecía estar relacionado con un sueño breve y reparador. Identificó a tres generaciones de una misma familia que no necesitaban dormir demasiado y que, según sus pesquisas, portaban una mutación de ADRB1, un gen localizado en el puente tronco encefálico una zona del cerebro relacionada con la regulación del sueño. Los investigadores estimularon en ratones las neuronas que se acribaban con este gen y descubrieron que, al hacerlo, se despertaban, con lo que concluyeron que la mutación actuaba de un modo similar, promoviendo el estado de alerta.
Cómo funcionan los genes
Según explica la investigadora a National Geographic España, ambos genes actúan de manera distinta, aunque con resultados muy parecidos. El gen DEC2 interactúa con el MyoD1, responsable de la producción de orexina, una hormona neurotransmisora que activa la vigilia. Las mutaciones del DEC2 actúa levantando el freno a la orexina, lo que se traduce en una vigilia más larga. "El gen ADRB1 actúa de forma distinta -explica-. Lo hace a través de la noradrelanina", una hormona neurotransmisora que se dispara, entre otros momentos, en situaciones de estrés, se reduce cuando las personas duermen.
Aunque a día de hoy serían necesarias investigaciones más completas, los investigadores creen que la combinación de ambos genes podría tener un efecto determinante en la regulación del sueño y la vigilia. Sus mutaciones parecen estimular las neuronas que facilitan la vigilia por encima de las que promueven el sueño. Los expertos estudian si esas modificaciones (mutaciones) también podría servir a sus portadores para mejorar la eficiencia del sueño. "Todavía no tenemos claro cómo dos genes que trabajan de forma distinta pueden trabajar conjuntamente para regular los ciclos de sueño y vigilia -aclara Fu-, pero actualmente podemos concluir que la sola acción de estos dos genes es suficiente para hacer que alguien duerma menos".
El hecho de dormir menos horas no parece hacer influencia alguna entre los portadores de estas mutaciones genéticas. Por el contrario, según la investigadora, quienes tienen la mutación genética podrían gozar de mejor salud y tener un sistema nervioso más fortalecido. "Podríamos concluir que estas variantes genéticas reducen la necesidad de horas de sueño sin consecuencias para la salud. Eso sí, tendríamos que ser cautelosos cuando hablamos de 'necesidad de sueño', una cualidad que todavía no podemos medir. Los investigadores afirman que, en todo caso, descubrimiento aportará datos muy útiles para investigar la eficiencia del sueño. Y es que no basta con dormir, ni siquiera son necesarias muchas horas", concluye la experta.