Estudio: este descubrimiento podría revolucionar el tratamiento del Alzheimer
Una nueva investigación llevada a cabo por un instituto científico de California ha estudiado las estructuras genéticas implicadas en el envejecimiento y la neurodegeneración y ha llegado a conclusiones que podrían revolucionar el tratamiento.
Los hallazgos podrían facilitar el desarrollo de posibles nuevas terapias para combatir enfermedades degenerativas. Dentro de este grupo se encuentran el Alzhéimer, el Parkinson y otros trastornos de demencia relacionados con la edad.
El estudio, que fue llevado a cabo por científicos del Salk Institute en Estados Unidos, muestra ccon precisión cómo las neuronas reparan los daños de su genoma. Los expertos que llevaron adelante la investigación pudieron descubrir que tales reparaciones no se hacen de manera azarosa, sino que se centran en proteger ciertas zonas genéticas de mayor importancia. Estas zonas parecen desempeñar un papel fundamental en la identidad y función neuronales, a diferencia de otras que quizá resultan menos relevantes.
A diferencia de las otras células del cuerpo humano, las neuronas no pueden reemplazarse a sí mismas con el tiempo, por lo que se encuentran entre las células más longevas del organismo. Esto significa que, además, no pueden regenerarse cuando se danan. Esa longevidad hace que sea de vital importancia que reparen las lesiones en su ADN a medida que envejecen, de modo que puedan mantener su función a lo largo de la vida de la persona.
Con el paso del tiempo, esta capacidad de las neuronas para realizar reparaciones genéticas va en descenso, es decir, disminuye. Esto podría ser una explicación de por qué algunas personas desarrollan enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como el alzhéimer y el párkinson.
A través de una nueva técnica desarrollada por los autores del estudio, llamada Repair-seq, los científicos han podido entender mejor cómo las neuronas mantienen la salud genómica. Si bien esperaban observar una cierta priorización, los investigadores se sorprendieron de cuán enfocadas estaban las neuronas en proteger determinadas secciones del genoma.
Si bien se han llevado a cabo investigaciones anteriores centradas en identificar las secciones de ADN que sufren daño genético, esta es la primera vez que se buscó identificar dónde exactamente se repara el genoma.
Un nuevo estudio puede ayudar a conocer el oriden del Alzheimer
La enfermedad del Alzheimer es una patología degenerativa del sistema nervioso que afecta aproximadamente a un 2% de las personas de 65 años y a casi la mitad de las personas de más de 85 años.
Además, es importante aclarar que a través de investigaciones médicas se ha podido hacer grandes avances para mejorar los síntomas y brindarle así, cierta calidad de vida a los pacientes que la padecen. Desde el principio, las personas que la padecen muestran un deterioro de la memoria reciente y una complicación para encontrar las palabras, conocida como anomia. Es importante considerar que estos síntomas también se pueden presentar por el proceso natural de envejecimiento de las personas, lo cual hace necesario un diagnóstico diferencial temprano para poder tratar al paciente lo antes posible.
Hasta el momento los especialistas desconocen su causa, aunque hay diversos estudios que sugieren que podría deberse a la ausencia de un neurotransmisor conocido como dopamina.
Si bien los expertos tienen información acerca de esta enfermedad y presumen cuáles podrían ser las causas, todavía se desconoce el motivo real que la desencandena. Es por eso que constantemente se hacen estudios que apuntan a identificar esa causa que hace que comience el cuadro de Alzheimer y que podría, eventualmente, derivar en un tratamiento más efectivo y en una potencial terapia preventiva.
Nueva investigación: ¿qué podría causar el Alzheimer?
Un desequilibrio de la microbiota intestinal está relacionado con el desarrollo en el cerebro humano de placas seniles (conocidas también como amiloides), que están en el origen del Alzheimer, según ha confirmado una investigación médico-científica.
El equipo médico detrás de este hallazgo pertenece a la Universidad y al Hospital Universitario de Ginebra, que han recibido el apoyo del Centro Nacional de Investigación y Atención del Alzheimer en Brescia, y de la Universidad y del Centro IRCCS SDN de Nápoles. Cabe mencionar que el trabajo contó con 89 voluntarios de entre 65 y 85 años entre los que había enfermos de Alzheimer, de otras patologías neurodegenerativas y personas sin problemas de memoria.
"Ya habíamos mostrado que la microbiota intestinal en los pacientes con alzheimer estaba alterada con respecto a la de personas que no sufrían transtornos similares. En los primeros, la diversidad de la microbiota es reducida, con una sobrrepresentación de ciertas bacterias y una disminución de otras", explica en un comunicado el director del Centro de la Memoria del Hospital de Ginebra, Giovanni Frisoni.
Se calcula que el organismo humano tiene unas 2.000 especies bacterianas diferentes, de las cuales unas cien pueden llegar a ser perjudiciales.
A lo largo de la investigación los expertos detectaron que había un vínculo entre una inflamación detectada en la sangre, ciertas bacterias intestinales y el Alzheimer.
Los expertos afirman que hay varias maneras en las que las bacterias intestinales pueden influir en el funcionamiento del cerebro.
Una de ellas ocurre por la influencia de esas bacterias en el sistema inmunitario, lo que modifica la interacción de este último con el sistema nervioso.
Otro hallazgo importante ha sido comprobar la presencia en el cerebro de personas con Alzheimer de lipoposacáridos, una proteína que está encima de la membrana de las bacterias proinflamatorias.
Los científicos afirman que los resultados que han obtenido son indiscutibles y confirman que ciertos agentes bacterianos de la microbiota (también conocida como flora intestinal) tienen relación con la cantidad de placas seniles en el cerebro y que el sistema sanguíneo juega el papel de intermediario entre ambos. En otras palabras, opera en el transporte de las proteínas de las bacterias hasta el cerebro.
El impacto más importante de este descubrimiento, cuyos detalles serán publicados en la revista especializada Journal of Alzheimer Disease, se podrá ver en el campo de la prevención porque abrirá la puerta a nuevas estrategias basadas en la modulación de la microbiota de personas consideradas de riesgo.