Qué severo trastorno se puede esconder detrás de un fuerte dolor de cabeza
Los dolores de cabeza a veces pueden ser leves, apenas molestos, pero en ocasiones pueden indicar la presencia o comienzo de algún trastorno riesgoso para la salud.
Una de las afecciones que pueden manifestarse a través de un fuerte dolor de cabeza es la hemorragia subaracnoidea. Se trata de un sangrado que se da en el espacio entre el cerebro y la membrana que lo rodea, conocido como espacio subaracnoideo. Así lo explican desde la Clínica Mayo, una reconocida institución estadounidense.
Precisamente, los expertos señalan que el principal síntoma es un dolor de cabeza intenso y repentino. A veces, ese dolor de cabeza puede aparecer junto con otras menifestaciones, como náuseas, vómitos y una breve pérdida del conocimiento.
Cuáles son las causas de esta hemorragia
La hemorragia generalmente se desencadena por la rotura de un aneurisma, que es una protuberancia anómala en uno de los vasos sanguíneos. A veces, una malformación arteriovenosa, un traumatismo u otros problemas de los vasos sanguíneos o de salud pueden desencadenar este tipo de hemorragia.
En caso de que no se trate a tiempo, la hemorragia subaracnoidea puede provocar lesiones del cerebro permanentes o llevar a la muerte del paciente.
Cómo se diagnostica la hemorragia subaracnoidea
Para poder diagnosticar este trastorno se pueden hacer varios estudios; será el profesional médico quien determine qué estudio es mejor en casa caso.
Uno de esos análisis es la tomografía computarizada. Con esta prueba de diagnóstico por imágenes, se puede detectar la hemorragia en el cerebro. El médico puede inyectar un tinte de contraste para ver los vasos sanguíneos con mayor detalle, algo que se conoce como angiografía por tomografía computarizada.
Las imágenes de una resonancia magnética también pueden ayudar a diagnosticar este tipo de hemorragia. Además, el médico puede inyectar un tinte en un vaso sanguíneo para visualizar las arterias y las venas con mayor detalle -angiografía por resonancia magnética-, y resaltar el flujo sanguíneo.
La angiografía cerebral también se puede emplear para detectar estre tipo de hemorragia. El médico inserta un tubo largo y delgado, que se llama catéter, en una arteria de la pierna, y lo conduce hasta el cerebro. Se inyecta un tinte en los vasos sanguíneos del cerebro para que se puedan visualizar en imágenes obtenidas por rayos X. Este estudio se suele aconsejar para obtener imágenes más detalladas o si se sospecha la presencia de una hemorragia subaracnoidea, pero cuando la causa no está clara o no aparece en otras pruebas de diagnóstico por imágenes.
Es importante tener en cuenta que, según la Clínica Mayo, hasta el 22 por ciento de las hemorragias subaracnoideas aneurismáticas no se ven en las primeras pruebas de diagnóstico por imágenes. Si las pruebas iniciales no muestran sangrado, el médico podría recomendar repetir las pruebas hechas anteriormente o una punción lumbar. Para hacer este último estudio, el médico inserta una aguja en la parte inferior de la espalda para extraer una pequeña cantidad del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal (líquido cefalorraquídeo). El líquido se examina en busca de sangre, un claro signo que podría indicar la presencia de una hemorragia subaracnoidea.