¿Abrís la heladera constantemente?: de eso se trata el hambre emocional
¿Las personas comen solo cuando tienen hambre? La respuesta, desde el punto de vista biológico, pareciera indicar que sí. Sin embargo, la mayoría de los individuos sabrá que no siempre se come por el estímulo del hambre, por esa sensación que se siente en el estómago y que es fisiológica; también hay otros motivos que pueden llevar a la ingesta de alimentos.
Los expertos indican que estos otros motivos por los que una persona come algo se pueden incluir dentro de la categoría que se conoce como hambre emocional. ¿Qué es el hambre emocional? Los profesionales llaman de este modo al momento en que ciertas emociones influyen en nuestra alimentación y se gestionan esas mismas sensaciones a través de la ingesta de alimentos, tal como lo indica el sitio 20minutos.es. Las emociones más frecuentes dentro de este grupo son la tristeza, la ansiedad o el estrés, entre otras.
El estrés, la tristeza o la ansiedad, por ejemplo, pueden llevar a diversas reacciones. Cada persona canaliza estas emociones de manera diversa y hay quienes ingieren alimentos como consecuencia de estos sentimientos, que a veces alteran el día a día y modifican la calidad de vida.
Una experta en psicología citada por el sitio mencionado indica que "es fundamental que seamos capaces de dominar estos estímulos ya que, si no lo conseguimos, podemos caer en excesos o carencias con un impacto negativo en nuestra salud".
La especialista señala que, en primer lugar, es esencial aprender a diferenciar claramente entre hambre emocional y física o apetito. En este sentido, indica que antes de "asaltar la helader" es necesario detenerse y pensar en las siguientes preguntas: ¿realmente tengo hambre?, ¿cuánto hace que comí?. Estos cuestionamientos interpelarán a la propia persona y a sus hábitos y harán posible que se replantee su actitud. A veces, hacerse estas preguntas puede evitar la ingesta excesiva e innecesaria de alimentos, un hábito que si se perpetúa en el tiempo puede repercutir negativamente en la salud y predisponer a diversos trastornos.
Además, existen técnicas que pueden contribuir al control de esa denominada alimentación emocional. Entre estas técnicas la experta señala el mindfulness, dado que a través de esta herramienta es resulta posible incrementar la capacidad de concentración y de atención. "El mindfulness nos ayudará a entender y controlar emociones, reacciones y pensamientos, lo que será muy útil para afrontar ciertas situaciones de estrés o presión", asegura.
Por su parte, una experta en Nutrición consultada también por este tema indica que el concepto de dieta sana debe estar presente en todo momento. Esto implica mantener una alimentación variada y equilibrada, que incluya todos los grupos de alimentos, lo cual va a aportar todos los nutrientes que el cuerpo necesita, algo que a su vez contribuirá al bienestar general.
Por último, es necesario aclarar algo importante, un punto en el que hacen hincapié la mayoría de los expertos en salud. Llevar una vida sana y una alimentación equilibrada no significa vivir con constantes restricciones, sino que implica tener hábitos saludables en el día a día y permitirse disfrutar de alimentos menos sanos en momentos de disfrute. En otras palabras, cuando se quiera salir a comer una pizza o que el menú de la noche sean hamburguesas con papas fritas, es necesario que la persona pueda hacerlo, dado que esto también forma parte de una vida sana a nivel general.