Murió Alejandro Sabella: estos eran los trastornos que afectaban su salud
El ex futbolista y ex director técnico Alejandro Sabella falleció este martes 8 de diciembre a los 66 años. El reconocido y querido jugador de Estudiantes, Ferro y River se encontraba internado desde el miércoles 25 de noviembre, fecha también fatídica para el fútbol local por el fallecimiento de Diego Maradona.
De acuerdo a la información que se tiene hasta el momento, Sabella había ingresado a la clínica como consecuencia de su patología cardíaca, pero el motivo del deceso fue otro. Un virus intrahospitalario sería el responsable de la muerte de uno de los directores ténicos de la Selección argentina.
El Instituto Cardiológico de Buenos Aires (ICBA) difundió un comunicado en el que explicó los motivos del fallecimiento del ex DT de la Selección.
"El ICBA, Instituto Cardiovascular lamenta informar que el paciente Alejandro Sabella, quien se encontraba internado en nuestra institución desde el día 25 de noviembre pasado, falleció a las 15.30 horas del día de la fecha", comienza el documento oficial. A continuación, señala que el deceso de Sabella se produjo "como consecuencia de su diagnóstico de cardiopatía dilatada secundaria a enfermedad coronaria y cardiotoxicidad de larga data".
Por último, desde la entidad acompañaron a su familia y le dieron su apoyo en este difícil momento. "Las autoridades y el personal del ICBA Instituto Cardiovascular acompañan a sus familiares y amigos en este doloroso momento", concluye.
Es importante tener en cuenta que la institución había mantenido informada a la población argentina en relación a la situación que atravesaba Sabella. Días atrás el Instituto Cardiológico de Buenos Aires (ICBA) había difundido un parte médico en el que poco se podía saber acerca del estado de salud del ex DT de la Selección albiceleste.
Qué es un shock cardiogénico
El shock cardiogénico ocurre cuando el corazón ha resultado tan dañado que es incapaz de bombear suficiente sangre a los órganos del cuerpo, de acuerdo a lo que explica el sitio Medline Plus.
Ahora bien, ¿por qué sucede?
Tal como se mencionó, el shock cardiógeno se da cuando el corazón es incapaz de bombear la cantidad suficiente de sangre que el cuerpo necesita.
Entre las causas más comunes se encuentran complicaciones cardíacas serias, muchas de las cuales ocurren durante o después de un infarto de miocardio.
Dentro de esas complicaciones se pueden encontrar algunas de las siguientes:
- Una gran sección del miocardio que ya no cumple su función, sea total o parcialmente
- Daño del músculo cardíaco
- Ritmos cardíacos peligrosos, tales como taquicardia ventricular, fibrilación ventricular o taquicardia supraventricular
- Presión sobre el corazón debido a una acumulación de líquido a su alrededor, una condición conocida como taponamiento pericárdico
- Desgarro o ruptura de los músculos o tendones que sostienen las válvulas cardíacas, sobre todo la mitral
- Desgarro o ruptura del tabique entre el ventrículo izquierdo y derecho, que son las cámaras inferiores del corazón
- Ritmo cardíaco muy lento, conocido como bradicardia, o problemas con el sistema "eléctrico" del corazón
Según un trabajo publicado por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), la mortalidad histórica del shock cardiogénico "es del 80 a 90% sin reperfusión aunque el sostén respiratorio y hemodinámico sean óptimos".
Sin embargo, agregan que "en el análisis del Nacional Registry of Myocardial Infarction muestra que la mortalidad del shock cardiogénico ha declinado en un rango entre 56 al 74%".
Qué son los virus intrahospitalarios
Las infecciones hospitalarias, infecciones intrahospitalarias o infecciones nosocomiales, son enfermedades endemo-epidémicas de los establecimientos hospitalarios, controlables pero difícilmente erradicables, que están directamente relacionadas con la calidad de la atención médica de cada establecimiento. Así define el Ministerio de Salud de la Nación a lo que la gente comúnmente llaman virus intrahospitalarios.
Esta definición incluye a toda infección adquirida por un paciente durante la internación y que no haya estado presente o incubándose al momento del ingreso de la persona a una clínica u hospital.
También es posible adquirir una infección intrahospitalaria en caso de desempeñarse como personal que trabaja en los establecimientos. La bioseguridad, precisamente, apunta a que estos virus no afecten a los pacientes internados ni a los profesionales que trabajan allí; o al menos que suceda en la menor cantidad de personas posible.
De acuerdo a los números que brinda la entidad nacional, este tipo de virus se encuentran en todas las instituciones nosocomiales del mundo y afectan desde un 3% a un 17 % de las personas que requieren internación. Tienen como consecuencia un sustancial incremento de la enfermedad, fallecimientos y costos para el centro hospitalario en cuestión.
Por último, se debe mencionar que las infecciones intrahospitalarias contribuyen al incremento de la mortalidad en aproximadamente un 4% y son causales de las mismas en el 1%.