¿Cómo controlar el uso de la tecnología en los más chicos?
La tecnología se ha transformado en un arma de doble filo. Mientras que resulta necesaria y tiene un impacto positivo en muchos aspectos de la vida, puede ser un elemento nocivo para quienes la usan.
La clave para entender más acerca de la tecnología y de su presencia en la vida cotidiana está en distinguir el uso del abuso. Entre ambos términos hay solo dos letras de diferencia, y en la práctica la línea que los separa es todavía más delgada de imperceptible.
La preocupación de muchos padres y madres actualmente pasa por cómo controlar la presencia de la tecnología y de los dispositivos electrónicos en las vidas de sus hijos. Es un tema importante, que hay que conocer en profundidad para poder actuar sobre él.
La evolución de la tecnología en la vida cotidiana
La Lic. Andres Spinosa, Coordinadora del Equipo de Niños y Adolescentes de Medicus, explica que "años atrás la televisión era el medio más utilizado por los niños y adolescentes". Quienes hayan sido criados de los años ‘90 hacia atrás recordarán que la TV era el único medio de contacto con algo tecnológico, que actualmente parece común e incluso de otra época para muchos.
La aparición de internet marcó un hito desde el punto de la innovación, pero no fue hasta muchos años después que se masificó y llegó hasta lo que es actualmente. Al principio solo se utilizaba en entornos muy particulares y casi de manera exclusiva para trabajo o investigación. Más adelante llegaron los juegos online, la comunicación por chat, las primigenias redes sociales y el resto es historia conocida.
El cambio de siglo trajo modificaciones en diversos campos y la tecnología no fue ajena a ellas. A 20 años de comenzado el siglo XXI "es imposible pensar en algún adolescente que no tenga celular o que sea ajeno a las redes sociales", menciona la experta. Además, agrega que las personas viven en "la era del hoy-ya-ahora, lo cual implica que no existen tiempos de espera". Todo es inmediato, todo debe ser inmediato.
Por último, el mundo actualmente es audiovisual. Muchas de las actividades regulares se hacen a través de plataformas audiovisuales, algo que atraviesa todos los aspectos de la vida. Desde tutoriales para hacer cualquier tarea básica hasta el consumo de información y de entretenimiento, por mencionar algunos ejemplos claros.
El uso de la tecnología en cada grupo de niños y niñas
La experta de Medicus señala que por los avances y cambios que ha habido en el uso de la tecnología actualmente se distinguen a los niños y adolescentes con una clasificación distinta. De acuerdo a la Lic. Spinosa hay tres grupos de niños.
En primer lugar, los niños hasta 24 meses; en segundo lugar, los niños de 2 a 10 años; en tercer lugar, niños y niñas a partir de 11 años.
En los menores de menos de 24 meses se desaconseja la exposición a las pantallas. "Es una etapa de vinculación con el otro, de interacción", menciona la profesional. Se trata de un momento de la vida en el que se recomienda que los pequeños escuchen la voz de sus padres, tutores o cuidadores y que no mantengan contacto con elementos tecnológicos. "La exposición a las pantallas repercute directamente sobre el desarrollo psicomotor, el lenguaje, la creatividad y la imaginación", detalla.
Luego de los 3 años y hasta los 10 los más chicos comienzan a utilizar la tecnología. Se transforma en una herramienta de búsqueda de estudio e información y de contacto con sus amistades. En este período "la compañía de los padres es fundamental para poder compartir aquello que hacen, que buscan, que encuentran", señala la Lic. Andrea Spinosa, de Medicus.
El último grupo en que se dividen los más chicos en relación a la tecnología es totalmente diferente a los anteriores, no solamente en edad, sino también en los hábitos.
A partir de los 11 años el uso de los elementos innovadores empieza a tener un componente social y lúdico, aparecen las redes sociales y los niños y niñas comienzan a vivir en un mundo visual.
"El celular es un dispositivo que genera autonomía y dependencia a la vez", advierte la profesional. Implica que se desencadena una necesidad de estar permanentemente conectados y de pertenecer a un grupo. También contribuye a fortalecer la vida social y a la formación de una identidad, algo que en los últimos años de la niñez y en los primeros de la adolescencia es clave.
La pregunta es, entonces, ¿cuándo intervenir?
Muchos de los elementos que se han mencionado responden al uso regular y esperable de la tecnología, junto con sus efectos en los niños. Sin embargo, tal como se indicó anteriormente, ese uso puede derivar en abuso de las herramientas innovadoras disponibles, lo cual podría provocar una serie de consecuencias evitables.
La experta de Medicus señala que hay algunas pautas a considerar para saber cuándo es necesario intervenir en el uso de la tecnología por parte de sus hijos o de un niño o niña de la familia.
"Cuando no pueden despegarse de la pantalla, cuando prefieren quedarse en casa conectados antes que salir, cuando deja de ser un elemento lúdico, es momento de intervenir en el uso y tomar medidas al respecto", indica. Además, agrega que otra de las señales es el enojo al momento de la imposición de un límite, algo que muchas veces es esperable, pero que también puede ser un signo de que el niño pasa demasiado tiempo frente a esa pantalla.
Asimismo, puede que los amigos virtuales se transformen en un eje fundamental, incluso más importante que las personas que conocen en forma física, algo que también debe alertar. Por último, si hay problemas al compartir tiempo y experiencias con la familia y cuando descienden las calificaciones en el colegio, será necesario poner atención en el uso de la tecnología.
Esto no significa que los padres deben alarmarse ante cualquier mínimo uso de la tecnología por parte de sus hijos, simplemente es necesario atender ese hábito y acompañarlos para que se desarrolle de manera positiva y saludable.