La teoría del hijo del medio: ¿cuánto influye el orden de nacimiento en la personalidad?
Los factores que influyen en el desarrollo y constitución de la personalidad de los individuos son muchos. Desde sus relaciones familiares a su interacción con compañeros de colegio; desde si tuvieron o no eventos traumáticos en sus vidas hasta si han crecido sobreprotegidos por sus padres.
Siempre se piensa en situaciones posteriores a su nacimiento como determinantes de la personalidad de los seres humanos. Sin embargo, cabe preguntarse si podría ser posible que el orden de nacimiento de los hijos de una misma familia tenga influencia en su forma de ser como adultos.
Especialistas en Psicología y Terapia familiar señalan que en el desarrollo cognitivo, emocional, social o educativo de los hijos, el comportamiento de los padres, así como sus expectativas, miedos o inseguridades, proyecciones e identificaciones, son distintos con cada hijo.
Precisamente porque el desarrollo infantil tiene lugar en interacción con el medio, el cual tiene una función estimuladora y reguladora, es frecuente encontrar diferencias a nivel cognitivo, emocional y social entre hermanos. No obstante, el orden de nacimiento no afecta a todas las familias por igual y es importante tener también en cuenta otros factores como el tamaño de la familia, el sexo de los hermanos, los años que se llevan, las diferencias físicas, cognitivas y emocionales, proyecciones de los padres, fallecimientos o abortos previos, etcétera.
¿Qué significa esto? Si bien se podría decir que el orden de nacimiento podría afectar a la personalidad y el desarrollo de los niños, es esencial evitar generalizaciones y ver que cada persona es diferente, al igual que cada familia lo es.
La familia es el primer grupo social en el que las personas se crían y desarrollan. Especialistas en psicología señalan que el lugar que las personas ocupan en ese primer entorno social podría influir sobre ellas a lo largo de toda su vida.
Es así que el desarrollo de los niños y niñas se ve influido por las primeras relaciones de apego, que normalmente se dan con los padres y madres y que dependen de la vinculación que generen ellos hacia el hijo y de su temperamento. En esa etapa se está formando su idea de cómo es y cómo funciona el mundo y las relaciones.
En relación al orden del nacimiento y a la influencia de esto sobre la personalidad de los hijos e hijas cabe mencionar que son diferentes los padres y madres primerizos que aquellos que ya han tenido otros niños. En general, en el primero tienen toda la atención y, al mismo tiempo, cometen errores por inexperiencia. En cambio, a partir del segundo hijo ya tienen más experiencia y se sienten más relajados, por lo que no suelen focalizar toda su atención en cada momento y movimiento del bebé.
Es así que, aún cuando los padres sean las mismas personas, no son los mismos con un primer hijo que con un segundo o tercero, dado que han adquirido habilidades y herramientas que antes no tenían. Asimismo, las relaciones son diferentes, aún cuando los valores y la educación que se transmitan sean los mismos.
Estudios sobre personalidad
Hay diversas investigaciones acerca de la influencia que tendría el orden de nacimiento en la constitución de la personalidad de los hijos de una misma familia.
Algunos de esos estudios sostienen que los hermanos mayores tienden a ser más responsables, confiados y exigentes, debido a las mayores expectativas de sus padres y el hecho de no tener que compartir las atenciones de los padres con los hermanos. En algunos casos incluso llegan a asumir un rol de "padres sustitutos" porque cuidan a sus hermanos menores cuando sus padres no pueden hacerlo.
Los hermanos del medio están en una especie de camino sin salida, dado que se encuentran atrapados entre dos frentes. Es así que suelen asumir roles de conciliación, más tendientes a la cooperación y comprensión.
Por último, para la crianza del hijo menor los padres suelen llegar más confiados y relajados. Esto le permite disfrutar de mayor libertad y, como consecuencia, se los suele ver como más independientes, abiertos, creativos y tienen a asumir menos responsabilidades.
¿Qué pasa con los hijos únicos?
Los hijos únicos también han sido objeto de estudio. De hecho, se los suele pensar como muy estereotipados; egoístas, poco solidarios, narcisistas, egocéntricos, a veces muy exigidos, son algunas de las características que se les suele atribuir a los hijos únicos.
Algunos especialistas señalan que el comportamiento de los padres con hijos únicos es similar al que se tiene con los hijos mayores en relación al hecho de no tener que repartir las atenciones con otros hijos y unas mayores expectativas y exigencias.
Entonces, ¿se podría decir que el orden de nacimiento determina la personalidad? Al momento de responder esta pregunta es importante considerar que los estudios muestran resultados contradictorios acerca de la relación entre rasgos de personalidad y orden de nacimiento. Es así que este último elemento podría explicar las tendencias en la personalidad de ciertos individuos, pero se debe atender a la singularidad de cada caso y se debe considerar todo lo que sucede en la vida de una persona.
El orden de nacimiento no es el único factor que determina la personalidad ni tampoco es el más importante.