En medio del coronavirus, ¿puede la soledad transformarse en epidemia?
Más de una vez se han visto titulares que afirman que en algunos países del mundo hay una epidemia de soledad, sobre todo en naciones de mayores ingresos y en sociedades más frías desde las relaciones interpersonales.
Ahora bien, ¿hay evidencia de esto? La palabra epidemia sugiere que la situación está empeorando y que la soledad aumenta rápidamente, como sucede con cualquier enfermedad que se vuelve epidémica. ¿Pero los datos muestran que las sociedades se están volviendo más solitarias?
A pesar de la popularidad de la afirmación, la realidad es que no existe un respaldo empírico para el hecho de que la soledad está aumentando, y mucho menos propagarse a tasas epidémicas.
Es cierto que hay más personas viviendo solas en todo el mundo, pero no toda la soledad igual y no toda la soledad es mala. Es diferente una persona que elige vivir sola, estar sola en el trabajo o en una situación específica de otra que se siente sola, aún cuando está acompañada desde lo físico y relacional por otras personas.
¿Son los jóvenes más solitarios que los adultos mayores?
En Inglaterra, la Oficina de Estadísticas Nacionales realiza la Encuesta de Vida Comunitaria, en la que preguntan a las personas con qué frecuencia se sienten solas. Según estos datos, las personas de entre 16 y 24 años son el grupo con mayor probabilidad de informar que se sienten solas, y el 10% se siente solo "a menudo o siempre". En contraste, los mayores de 65 años son el grupo con menos probabilidades de reportar sentirse solo, con un 3% sintiéndose solo "a menudo o siempre".
Muchas personas tienden a asociar la soledad con la edad avanzada, por lo que este patrón puede parecer sorprendente. Sin embargo, las encuestas de otros países ricos han encontrado lo mismo. En Nueva Zelanda, Japón y los Estados Unidos, los adultos jóvenes también informan que se sienten solos con más frecuencia que los adultos mayores.
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Entonces, sí, en los países ricos es posible ver que las personas más jóvenes son más propensas a informar que se sienten solas.
Ahora bien, ¿esto significa esto que la soledad está aumentando?
No necesariamente. Las comparaciones transversales no son informativas sobre los cambios a lo largo del tiempo, porque la soledad no es constante a lo largo del ciclo de vida. Para poder decir algo significativo sobre los cambios en la soledad a lo largo del tiempo, es necesario distinguir entre los cambios para las personas a lo largo del tiempo y los cambios entre generaciones.
Para comprender cómo cambia la soledad a lo largo del ciclo de vida, son necesarios datos de soledad de encuestas que rastreen a las mismas personas a lo largo del tiempo, hasta la vejez. En un estudio publicado en la revista Psychology and Aging, Louise Hawkley y sus coautores examinan dos de esas encuestas, con datos de adultos mayores de 50 años en Estados Unidos.
Descubrieron que después de los 50 años, que es la edad más temprana de los participantes en su estudio, la soledad tiende a disminuir, hasta aproximadamente los 75 años, después de lo cual comienza a aumentar nuevamente.
Los autores explican en su artículo que el aumento de la soledad después de los 75 años se explica por una disminución de la salud y la pérdida de un cónyuge o pareja. Al ajustarse a estos factores, descubrieron que la soledad continuó disminuyendo a "la vejez más antigua".
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Esto muestra que hay dos fuerzas en juego. Por un lado, parece haber una relación directa entre la edad y la soledad, por lo que la soledad disminuye con la edad a medida que nuestras expectativas sociales se adaptan, y nos volvemos más selectivos al relacionarnos con contactos que traen emociones positivas. Por otro lado, parece haber una asociación indirecta que empuja en la dirección opuesta, por lo que la soledad aumenta con la edad, porque nuestra salud se deteriora y perdemos familiares y amigos.
En la edad mediana, el efecto directo domina, pero una vez que se ingresa a la vejez avanzada, el efecto indirecto negativo comienza a dominar.
Esta compleja relación entre la edad y la soledad muestra por qué la comparación de personas mayores y jóvenes en un momento dado es engañosa. Las comparaciones transversales simplemente no son informativas sobre la evolución de la soledad a lo largo del tiempo, porque la soledad no es constante a lo largo del ciclo de vida.
Tendencias de la soledad a lo largo del tiempo: ¿la gente está más sola hoy que en el pasado?
Cuando se habla de "epidemia de soledad" se suele entender que si se compara a dos personas de la misma edad, una hoy y otra hace una generación, se puede ver que es más probable que la persona de hoy se sienta sola. Esto se basa en la idea de que ha habido cambios sociales, como el surgimiento de vivir solo, que hacen que las nuevas generaciones tengan más probabilidades de sentirse solas.
En su estudio, Louise Hawkley y sus coautores buscaron evidencia de estas tendencias en los Estados Unidos, pero no encontraron ninguna. Hubo muy poca diferencia en la soledad autoinformada de las personas nacidas en diferentes generaciones. Aquellas personas que nacieron entre 1920 y 1947 experimentaron los mismos cambios de soledad a lo largo de sus vidas que los nacidos en el período 1948-1965. Esto significa que la soledad no está aumentando de generación en generación.
Por otro lado, el estudio señala que las personas mayores "nuevas "(baby boomers nacidas entre 1948 y 1965) no tienen más probabilidades de pensar en sí mismas como solitarias que los "más viejos" mayores (nacidas entre 1920 y 1947), y que las personas mayores no se han vuelto más propensas a pensar en sí mismas como solitarias en la última década. La persona mayor promedio parece no tener más probabilidades de sentirse sola que ellas fueron hace una década".
Hay estudios con datos de otros países ricos que apuntan en la misma dirección. En Suecia, las encuestas transversales repetidas con adultos de 85, 90 y 95 años de edad, no encontraron un aumento en la soledad durante un intervalo de diez años.
¿Qué pasa con la evidencia para los adolescentes?
En el artículo titulado "Repensar 'Generation Me': un estudio de los efectos de cohorte de 1976-2006", los psicólogos Kali Trzesniewski y Brent Donnellan utilizaron encuestas repetidas para explorar si los grupos sucesivos de graduados de secundaria se estaban volviendo más solitarios. Allí tampoco encontraron evidencia de mayor soledad. Las generaciones más nuevas de estudiantes de último año de secundaria no tenían más probabilidades de reportar sentimientos de soledad que las generaciones anteriores.
Otro grupo de psicólogos replicó este análisis, utilizando la misma encuesta, pero centrándose en todos los grupos de edad, no solo en los estudiantes de secundaria. En ese sentidl, no encontraron signos de aumento de la soledad en todos los grupos de edad. De hecho, encontraron una disminución muy pequeña pero estadísticamente significativa en la soledad de los estudiantes de secundaria en los Estados Unidos.
La soledad merece atención, pero en ocasiones los titulares que afirman que la humanidad está presenciando una "epidemia de soledad" no son del todo ciertos. .
Las encuestas de los países de mayores ingresos no sugieren que haya habido un aumento de la soledad con el tiempo. Los adolescentes de hoy en los Estados Unidos no parecen ser más propensos a reportar sentirse solos que los adolescentes de hace un par de décadas; y de manera similar, los adultos mayores de hoy en los Estados Unidos no reportan una mayor soledad que los adultos de su edad en el pasado.
De todos modos, eso no implica ignorar la situación o simplemente pensar que no existe. Es importante brindar apoyo a las personas que sufren de soledad, al igual que es importante prestar atención a los desafíos de política que surgen de los grandes cambios sociales como el surgimiento de vivir solo. Sin embargo, las afirmaciones inexactas y demasiado simplificadas no ayudan a comprender realmente estas situaciones.