8 enfermedades que provoca el consumo de alcohol
El alcohol es una sustancia que puede hacer mucho daño a varios órganos del cuerpo si se consume en exceso, aunque los que están más expuestos son el hígado, el páncreas, el corazón y el cerebro. Lo cierto es que en la medida que se consuma con moderación no resulta nocivO para la salud; precisamente, el problema es que se ingiera en exceso.
Más allá de las consecuencias inmediatas que esto tiene en el organismo -el estado de ebriedad y la resada al día siguiente-, son todavía más graves los efectos adversos que puede tener a largo plazo. Existen una serie de patologías que toda persona puede desarrollar en caso de consumir alcohol de manera excesiva -una situación que se agrava más aún en quienes tienen factores de riesgo de cierta enfermedad-. Es importante destacar que no todas las personas saben que algunas de ellas están relacionadas al consumo de alcohol.
Enfermedades relacionadas con el alcohol
1. Gastritis
Una de las enfermedades más comunes provocada por el alcohol es la gastritis, la cual es una inflamación de la pared del estómago que causa una serie de síntomas muy molestos. La pérdida del apetito, la acidez, las náuseas y los vómitos son manifestaciones clave de esta afección.
¿Cómo se trata? A aquellas personas que padecen gastritis como consecuencia del consumo de alcohol se les aconseja evitar por completo la ingesta de esta sustancia, al menos hasta que se pase el cuadro agudo. Además, es importante llevar una alimentación adecuada baja en grasas y en otros alimentos que puedan resultar irritantes para el sistema digestivo, aunque siempre debe ser indicada por un especialista en nutrición.
2. Hepatitis o cirrosis hepática
El consumo excesivo de alcohol también puede provocar la inflamación del hígado, conocida como hepatitis. Esta enfermedad se manifiesta a través de una serie de síntomas como piel y ojos amarillentos, y abdomen hinchado. Cuando ocurren episodios recurrentes de hepatitis podría generarse una cirrosis hepática, que ocurre cuando las células del hígado comienzan a morirse. La consecuencia directa es la pérdida de funciones del órgano, que resulta esencial para la vida de cualquier persona, y puede derivar en una insuficiencia hepática, en un trasplante y, en los casos más severos, la muerte del paciente.
¿Cómo se trata? El tratamiento debe ser prescripto por un especialista, que determinará qué debe tomar el paciente en función del daño que se haya provocado en el hígado. Además, es fundamental que se abandone por completo el consumo de alcohol, al igual que de otros hidratos de carbono que se procesan en dicho órgano.
3. Impotencia o infertilidad
El exceso de alcohol puede ocasionar una lesión de los nervios, pudiendo causar impotencia en el hombre. Por su parte, la mujer podría sufrir de irregularidades en el ciclo menstrual, lo cual puede derivar en infertilidad si no se detiene a tiempo.
¿Cómo se trata? Al igual que se ha mencionado en otras patologías, se debe evitar el consumo de alcohol y consultar a un médico especialista en infertilidad o a un urólogo en el caso de la impotencia. Los profesionales tomarán la decisión más adecuada en función del daño que haya sufrido el cuerpo de cada paciente.
4. Infarto y trombosis
El consumo de bebidas alcohólicas en exceso durante un largo período de tiempo puede provocar enfermedades cardiovasculares, como infarto o trombosis. Generalmente, estas enfermedades ocurren gracias a elevados niveles de colesterol y triglicéridos, reflejados por el exceso de grasa acumulada en las arterias, impidiendo la circulación normal de la sangre.
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¿Cómo se trata? El médico indica el uso de medicamentos para el corazón y para bajar los niveles de colesterol y triglicéridos. Además de eso, es también de suma importancia realizar una alimentación con un bajo contenido en grasas.
5. Cáncer
El consumo de alcohol siempre fue un factor de riesgo para el cáncer; además, nuevos estudios están confirmando la relación directa entre el consumo de bebidas alcohólicas y la aparición de hasta 7 tipos de cáncer, entre los que se encuentran el de faringe, el de laringe, de esófago, de hígado, de colon, de recto y de mama.
¿Cómo se trata? Esta enfermedad es tratada por un oncólogo, quien evalúa todos los antecedentes personales y el tipo de cáncer, y a partir del análisis de estas variables determina la mejor forma de tratamiento, que incluye quimioterapia, radioterapia o cirugía, por ejemplo.
6. Pelagra
El consumo de bebidas alcohólicas de forma excesiva puede provocar el surgimiento de una enfermedad conocida como pelagra, que es causada por la falta de vitamina B3 (niacina), la cual provoca la aparición de unas manchas de color marrón en diferentes partes del cuerpo, como cara y manos, y que, generalmente, provoca comezón y diarrea constante.
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¿Cómo se trata? Se recomienda consultar a un dermatólogo y a un nutricionista para iniciar un tratamiento bajo suplementos vitamínicos. Es importante destacar que nunca se deben consumir este tipo de productos sin prescripción de un profesional de la salud, dado que muchos de ellos pueden tener efectos adversos y debe ser un experto quien los indique.
7. Demencia
Cuando el individuo consume bebidas alcohólicas en exceso puede surgir demencia, la cual se caracteriza por la pérdida de memoria, dificultad para hablar y movilizarse. Generalmente, estos son casos más graves y la persona acaba por perder la facultad para comer, vestirse y bañarse solo. Al igual que sucede con las demencias causadas por otros factores, las personas que las padecen suelen perder -tarde o temprano- su independencia y deben permanecer con alguien que los cuida y los ayuda con sus actividades diarias.
¿Cómo se trata? Es necesario que el paciente acuda a consulta de psiquiatría para que le sean prescritos medicamentos para atrasar la demencia.
8. Anorexia alcohólica
Uno de los primeros indicios de anorexia alcohólica es cuando en lugar de alimentos, la persona consume solo bebidas alcohólicas para evitar la ingesta de calorías y adelgazar. Este trastorno alimentario puede ocasionar, fácilmente, la aparición de anorexia y bulimia, con la diferencia de que en este caso las bebidas alcohólicas son usadas para disminuir el apetito.
¿Cómo se trata? Se recomienda realizar terapia para acabar con la dependencia de las bebidas alcohólicas y para mejorar el comportamiento en relación a la alimentación y a la aceptación del cuerpo. El tratamiento se debe realizar con un psiquiatra que ayude a tratar el desorden, y con un nutricionista que ayude a retomar la alimentación y a tratar las carencias nutricionales.
De esta forma, aunque sea difícil, los familiares y la persona con el problema de alcoholismo, deben ser capaces de identificar los signos que indican que existe algún problema con el alcohol y buscar ayuda de una institución de apoyo para alcohólicos, y así, iniciar el tratamiento para evitar estos problemas.