Cuáles son las ventajas y desventajas de reemplazar la carne vacuna por el pollo
Si se piensa en Argentina en relación a las comidas y a la alimentación de sus habitantes, se suele pensar que la carne es la base de su dieta o que, en todo caso, la carne vacuna es de los alimentos más consumidos. Hasta hace poco tiempo esta suposición era cierta, dado que se encontraba entre los países que más consumían este tipo de carne.
No obstante, en los últimos años esta tendencia se ha modificado. En 2019 el consumo de pollo se ubicó en 46,6 kilos por habitante al año, un número que superó en 2 kilos la marca de 2018, de acuerdo a las cifras difundidas por el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). Además, según las estimaciones de la entidad, en 2020 esa cifra llegará a más de 47 kilos por habitante.
Esto significa que cada vez se encuentra más cerca de la marca que tiene la carne de vaca, que en 2019 llegó a los 51 kilos por persona. De acuerdo a lo expresado por el presidente de CEPA a Infobae, el cambio se puede atribuir "al crecimiento en el consumo a la antigüedad que empieza a tener la industria avícola. Está hace ya 60 años en el país y hace 30 años ya que nos aproximamos a los 18-20 kilos de consumo por persona por año, y ya hay nuevas generaciones que se acostumbran a consumirlo, se transformó en un consumo de hábito. Es una carne muy versátil, se come en todas las temperaturas, en verano va frío, tibio".
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La carne vacuna es uno de los alimentos que se suele pensar como central en una dieta balanceada. Sin embargo, su consumo en exceso puede ser perjudicial para la salud, e incluso se lo asocia con la aparición de ciertas patologías.
Las proteínas de la carne son de alta calidad nutricional, entre sus propiedades se encuentran la vitamina B12, zinc, hierro y aminoácidos importantes para la formación de nuevos tejidos. Además consumir este tipo de carne aporta efectos positivos en el corazón y la depresión, dado que ayuda a la función cognitiva.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se debe consumir carne roja al menos una vez a la semana. En este sentido, es importante que la pieza sea completa y no procesada, lo cual implica evitar hamburguesas o porciones que contengan una combinación de carnes. Además, la cantidad de carne recomendada es de entre 100 y 150 gramos por porción, hasta un máximo de 500 gramos a la semana.
El pollo, por su parte, también se suele pensar como central en una dieta balanceada -para aquellos que consumen productos de origen animal, por supuesto-. Tiene un alto aporte de proteínas, pero también selenio y vitamina B6, ambas necesarias necesaria para mantener una buena salud cardíaca. Según indican los especialistas, es un alimento que se puede consumir a diario, debido a los nutrientes que aporta y la facilidad que el organismo tiene para digerirlo. En este punto se diferencia de la carne de vaca, que no se aconseja comer todos los días por los perjuicios que puede provocar en la salud.
¿Cuánto pollo comer? La cantidad recomendada para algunos especialistas son doscientos gramos al día, para quienes no consumen otros tipos de carne. No obstante, en una dieta estándar se aconseja incluir también cerdo y carne vacuna, por lo que se podría decir que el pollo debe estar presente entre dos y tres veces a la semana.
Es importante tener en cuenta, además, que más de 500 gramos -sin la piel- en una misma comida es una cantidad excesiva de pollo, por lo que se aconseja siempre mantenerse por debajo de ese nivel.