Hallazgos científicos podrían revolucionar el tratamiento de ansiedad y fobias
Las vivencias o experiencias impactan de manera muy particular en cada persona. No todos interpretan, sienten, decodifican o procesan una misma situación de la misma forma. Esto es así porque las variables que cada individuo maneja, que intervienen en su mente y en el proceso de internalización de una experiencia, son diversas, y dependen del bagaje y las vivencias anteriores de cada uno.
Cuando una situación resulta traumática es probable que genere un recuerdo igual de traumático. A su vez, esto puede hacer que ese recuerdo se almacene de esa manera en la memoria y, más adelante, pueda resurgir y provocar aún más daño en la persona, como miedos, estrés e incluso ansiedad.
Es así que cabe mencionar los hallazgos de una investigación reciente, que podrían revolucionar el tratamiento de algunos trastornos asociados a recuerdos traumáticos. El estudio, cuyos resultados fueron publicados en la Revista Nature, descubrió un grupo de células en el cerebro que controlan este tipo de recuerdos. ¿Cuál es la importancia de esto? El aspecto clave del descubrimiento es, precisamente, que podría conducir a nuevas formas de tratar la ansiedad, las fobias y el trastorno por estrés postraumático.
Según los investigadores a cargo del proyecto, las "neuronas de extinción" son el elemento fundamental para poder entender el proceso que juega el miedo en cada persona y, a su vez, para poder alterar ese proceso y manejar el miedo de para persona. Este grupo de neuronas suprimen los recuerdos traumáticos o de miedo cuando se activan, o bien permiten que los recuerdos traumáticos vuelvan de forma inesperada cuando no están activadas.Esencialmente, el estudio descubrió que las células del cerebro que suprimen las memorias del miedo están en el hipocampo. Este hallazgo rompe con algunos de los conceptos que se tienen hasta la actualidad, en los que se asociaba el miedo con otra parte del cerebro, conocida como amígdala. A partir de los resultados de esta publicación, sería posible afirmar que el hipocampo podría tener un papel significativo al dar contexto al miedo, es decir, podría vincular un recuerdo aterrador con el lugar donde ocurrió.
La memoria de extinción generada por la terapia de exposición que suele aplicarse en estos casos no borra el recuerdo del miedo original, sino que crea un nuevo recuerdo que inhibe o compite con el miedo original.
El trabajo demuestra que el hipocampo genera rastros de memoria tanto de miedo como de extinción, y la competencia entre esos rastros del hipocampo determina si el miedo se expresa o se suprime.
Es necesario destacar que, según explican los autores de la publicación, el miedo aprendido suele recaer después de la extinción, lo que sugiere que el entrenamiento de la extinción genera una nueva memoria que coexiste con la memoria original del miedo. Sin embargo, también es necesario mencionar que los mecanismos que gobiernan la expresión del miedo en competencia y los recuerdos de extinción siguen sin estar claros.
Utilizamos marcajes neurales dependientes de la actividad para investigar representaciones de recuerdos de extinción y miedo en el giro dentado. Demostramos que el entrenamiento de extinción suprime la reactivación de las células de engramas de miedo contextuales al activar un segundo conjunto, un engrama de extinción putativo.
Durante el desarrollo del estudio la inhibición de las neuronas que estaban activas durante el entrenamiento de extinción aumentó el miedo después del entrenamiento de la extinción, mientras que las neuronas silenciadoras que estaban activas durante el entrenamiento del miedo redujeron la recuperación espontánea del miedo. De esta forma, la estimulación optogenética de las neuronas de adquisición de miedo aumentó el miedo, mientras que la estimulación de las neuronas de extinción suprimió el miedo y evitó la recuperación espontánea.
¿Qué indican los resultados de esta investigación? Según afirman los autores de la publicación, el hipocampo genera una representación de extinción del miedo y que las interacciones entre el miedo del hipocampo y las representaciones de la extinción gobiernan la supresión y la recaída del miedo después de la extinción.