Qué enfermedades pueden causar una muerte súbita
La muerte súbita es una de las principales causas de muerte en los países occidentales.
Dado que la mayoría de las personas está expuesta a una muerte súbita, es importante conocer cuáles pueden ser las causas de esta afección. Así, será posible reducir los riesgos al mínimo, a través del control general de la salud y del conocimiento del propio organismo.
Si bien la mayoría de los casos se presentan como un hecho repentino -de ahí el nombre de muerte súbita-, la realidad es que en más del 90% de los casos existe una patología previa predisponente.
La cardiopatía isquémica es, sin dudas, la causa más frecuente de muerte súbita. Tanto la oclusión aguda de una arteria coronaria como la restauración del flujo pueden originar arritmias severas. Los primeros diez minutos de isquemia, tras la oclusión de una arteria coronaria, es decir, de que el corazón no recibe oxígeno, son los que más predisponen a la aparición de fibrilación ventricular. En estos primeros minutos se producen alteraciones que generan una acumulación de sustancias producidas por el metabolismo en el espacio extracelular. Después de las 24 h de oclusión de la arteria, la aparición de arritmias malignas es menos frecuente. Por otro lado, en los pacientes con antecedente de infarto de miocardio, el riesgo de presentar muerte súbita es bajo, pero existe, sobre todo en los primeros 6 meses. Hasta ahora, la función ventricular izquierda deprimida es el factor conocido más determinante.
La miocardiopatía hipertrófica es otra de las enfermedades que pueden desencadenar una muerte súbita, dado que se asocia de forma independiente a la presencia de arritmias ventriculares. De acuerdo a la Fundación Argentina del Corazón, afecta a 1 de cada 500 personas. Si bien no puede atribuirse a una causa clara, es hereditaria en la gran mayoría de los casos.
Muchos pacientes pueden presentar esta patología de manera asintomática, pero aquellos que tienen síntomas explícitos refieren fatiga, sensación de palpitaciones mantenidas, dolor torácico o pérdida de conciencia.
Algunos de los factores de riesgo son la edad -más frecuentes en la juventud-, la historia familiar de muerte súbita, los antecedentes de infarto, la presencia de taquicardia ventricular no sostenida en un registro de Holter y la detección de isquemia. Es importante destacar que es la causa más frecuente de muerte súbita en jóvenes atletas, algo que podría relacionarse con la frecuente aparición de arritmias relacionadas con el esfuerzo.
Por su parte, la muerte súbita en pacientes con miocardiopatía dilatada también es frecuente y parece relacionarse estrechamente con el grado de falla cardíaca. El antecedente de infarto, la aparición de fibrilación auricular, la presencia de arritmias ventriculares complejas y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo son marcadores de mortalidad, aunque tanto por muerte súbita como por fallo de bomba. Diversos mecanismos han sido implicados como responsables de la aparición de arritmias ventriculares como, por ejemplo, el estiramiento crónico de las fibras miocárdicas, las alteraciones electrolíticas y la aparición de fibrosis miocárdica. Sin embargo, en fases terminales de fallo cardíaco, la presencia de bradiarritmias o disociación electromecánica desempeñan también un papel importante. La necesidad de tratamiento diurético intenso en estos pacientes puede producir un desequilibrio electrolítico, fundamentalmente de potasio y magnesio, lo que puede ser origen también de arritmias ventriculares malignas.
Si bien es poco frecuente, la miocarditis es otra de las causas de muerte súbita en jóvenes y suele estar relacionada también con el esfuerzo. En la mayoría de casos, se asocia una depresión severa de la contractilidad del ventrículo izquierdo, que es la que marca el pronóstico.
La displasia arritmogénica de ventrículo derecho consiste en una degeneración adiposa de los miocitos -un tipo del célula de tejido muscular-, principalmente del ventrículo derecho, aunque en muchos casos parte del ventrículo izquierdo también está afectado. La muerte súbita, aunque infrecuente dentro de la propia enfermedad, puede llegar a ser incluso la primera manifestación clínica de la misma . Aparece con más frecuencia en pacientes jóvenes y en ocasiones se precipita tras realizar un esfuerzo.
El síndrome de QT largo congénito es una conocida de muerte súbita por fibrilación ventricular. Se trata de un trastorno del ritmo cardíaco que puede causar latidos rápidos y caóticos, lo cual a su vez podría desencadenar desmayos repentinos o convulsiones. En algunos casos, el corazón puede latir en forma errática durante un tiempo largo hasta provocar una muerte súbita.
Además, es importante aclarar que la fibrilación auricular en pacientes con síndrome de Wolff-Parkinson-White representa otra posible causa de muerte súbita por patología eléctrica. En esta patología el problema aparece porque la rápida transmisión de impulsos desde la aurícula a los ventrículos crea una dispersión de la repolarización que facilita la aparición de fibrilación ventricular.
Por último, es importante tener en cuenta que la ingesta de múltiples fármacos, tanto antiarrítmicos como de otras características -antidepresivos, antihistamínicos, antibióticos, diuréticos, entre otros- ha sido identificada como responsable de provocar arritmias ventriculares y muerte súbita.