Innovación en medicina estética: desembarca en Argentina un tratamiento para la adiposidad localizada
La medicina estética es uno de los campos que más ha crecido en los últimos años. Es una de las áreas que constantemente presenta novedades que buscan mejorar la calidad de los tratamientos y los efectos en los pacientes. Cada vez más, las personas que recurren a este tipo de medicina buscan tratamientos que les permitan obtener beneficios desde el punto de vista estético en períodos más cortos y con la menor invasión posible. La medicina mínimamente invasiva -tanto en el campo de la estética como en otras áreas- es una de las columnas de la profesión que más está creciendo. A través de procedimientos de estas características es posible realizar tratamientos o intervenciones con menor invasión al cuerpo, lo cual resulta altamente beneficioso para el paciente en todo sentido.
En este contexto, aparece un tratamiento en medicina estética que busca revolucionar el campo. Conocida como ZeroLipo, se trata de una tecnología novedosa para la eliminación de adiposidad localizada a través de la combinación de dos tratamientos. El flamante procedimiento desembarcó en Argentina -y en toda Latinoamérica- con el objetivo de cambiar el tratamiento que se realiza actualmente para combatir este problema. Desarrollado por la empresa alemana Zimmer MedizinSysteme -líder en la producción de aparatología médica-, el método innovador combina la criolipólisis con las ondas de choque para tratar los depósitos de grasa con dos tipos de tecnología: Z Lipo y Z Wave, equipos de alta gama para medicina estética.
Se puede aplicar en todas las zonas donde regularmente se acumula la grasa corporal, es decir, muslos, cadera, abdomen, nalgas, cintura y pecho. Ahora bien, ¿dónde radica la novedad del tratamiento?
Esencialmente, “ZeroLipo hace que sea posible dirigirse a los adipocitos -las células que contienen la grasa del cuerpo- y eliminarlos de forma no invasiva y segura”, explica el Dr. Pablo Naranjo, especialista en medicina estética y uno de los mayores exponentes del área en España. Este proceso es posible a través del enfriamiento de los depósitos de grasa durante un período de alrededor de 50 minutos -teniendo en cuenta que las sesiones regularmente duran una hora- a un rango de temperatura controlado y seguro. Luego, se estimula el drenaje y, de este modo, acelera la eliminación de la grasa de manera natural.
Las sesiones regulares de criolipólisis se suelen indicar con un período de dos o tres meses entre una y otra. Sin embargo, la nueva técnica permite reducir ese tiempo a un mes, o un mes y medio, por lo que el paciente podrá tener resultados efectivos en forma más rápida.
“El aplicador para el sistema ZeroLipo viene en tres tamaños para aplicar la succión sin dolor en el área deseada de tratamiento, tratando de forma indolora y controlada”, indica el especialista. A su vez, aclara que la capacidad de utilizar succión pulsante aumenta el efecto positivo sobre el drenaje linfático y el metabolismo. Por otro lado, se debe considerar la importancia de las ondas de choque en el proceso, dado que son el elemento central que contribuye a aumentar la efectividad del tratamiento. “Han demostrado tener un gran impacto en la estructura del colágeno y del tejido conectivo de la piel, lo cual mejora la circulación sanguínea”, agrega el Dr. Naranjo.
Según señala un estudio publicado en la revista médica Prime Journal de Estados Unidos, la aplicación de las ondas de choque directamente después de una sesión de criolipólisis puede asegurar una mayor pérdida de grasa, a la vez que estimula el drenaje linfático y tensa la piel. “Las ondas de choque se deben aplicar en un período no mayor a diez minutos; esto es así porque el frío produce cristales en la zona adiposa, y las ondas contribuyen a que destruyan las células de grasa”, afirma el especialista en medicina estética. ¿Existen riesgos en torno a este tratamiento?
Hasta el momento no se han registrado casos de efectos adversos en la salud. “La técnica es muy segura, dado que no invade al paciente”, asegura el experto en medicina estética. Sin embargo, se debe considerar que existen algunas contraindicaciones particulares que involucran a algunos pacientes.
Aquellas personas que padezcan una patología conocida como diástasis abdominal -una separación de los músculos rectos del abdomen- no deben exponerse a esta técnica. En estos casos es posible que el dispositivo succione un área incorrecta y provoque daños en la salud.
Por otro lado, “es posible afirmar que los pacientes que tomen medicación anticoagulante -es decir, que les inhiba la coagulación sanguínea- no son los mejores candidatos para este procedimiento, ya que si se produce alguna pequeña lesión puede desencadenar un hematoma que provoque molestias”, explica el Dr. Naranjo.
A su vez, hay pacientes que no se consideran candidatos para este procedimiento porque tienen mayor cantidad de grasa localizada de lo regular. El especialista indica que quienes padecen obesidad mórbida, por ejemplo, deben considerar otro tipo de tratamientos, ya que la criolipólisis combinada con las ondas de choque tardará mucho tiempo en producir los efectos buscados.
Aquí radica la diferencia esencial entre la liposucción y este procedimiento. La primera es una intervención quirúrgica más riesgosa, que busca quitar la adiposidad acumulada en una determinada zona. No obstante, puede provocar hematomas e hinchazón en el área, consecuencias que no existen en la criolipólisis. “Este nuevo procedimiento es completamente externo, por eso es imposible que tenga efectos adversos similares a los de una liposucción”, agrega el Dr. Naranjo, que a su vez aplica esta técnica en forma personal en su clínica en España.
El flamante tratamiento se utiliza en el mundo desde hace menos de un año, por lo que es realmente nuevo. “En España la presentación se realizó a fines del año pasado y se empezó a aplicar a principios de 2018”, aclara el Dr. Naranjo.
En Argentina, hay dos centros de salud que ya han comenzado a implementarlo; uno de ellos se encuentra en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, y el otro en la ciudad de Rosario, Santa Fe.