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Ranking mundial: ¿cómo es el consumo de alcohol, tabaco y drogas entre los adolescentes?

De acuerdo a un informe publicado por la UNESCO, se trata de un problema creciente en todos los jóvenes, particularmente entre los 13 y 15 años
30/08/2018 - 18:59hs
Ranking mundial: ¿cómo es el consumo de alcohol, tabaco y drogas entre los adolescentes?

El consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los adolescentes a nivel mundial. Cada vez más, los niños y adolescentes comienzan a consumir este tipo de sustancias a edades más tempranas y con mayor frecuencia.

Por eso, la UNESCO, en colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), miembros del Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. La publicación se publicó bajo el título “Buenas políticas y prácticas en educación para la salud: Respuestas del sector de la educación frente al consumo de alcohol, tabaco y drogas”.

El informe señala que la educación es un elemento clave en la prevención del consumo de este tipo de sustancias. Sin embargo, antes de ampliar este aspecto es importante conocer la situación que afecta a los adolescentes en el mundo. De este modo, será posible comprender en su totalidad la dimensión del problema y saber el impacto que tendrá la educación en el área.

Globalmente, un promedio de un joven de 13 a 15 años de edad consumió alcohol en los 12 últimos meses – dos veces más que tabaco. El tabaco, según indica el informe, suele ser la primera sustancia consumida por los adolescentes. En este sentido, indica que uno de cada cuatro estudiantes de 13-15 años que ha fumado cigarrillos alguna vez lo ha hecho antes de los diez años.

Por otro lado, los datos sobre el consumo actual de cannabis están disponibles en menos países, pero es posible afirmar que es menos frecuente que el consumo de alcohol y tabaco en general. Del mismo modo, la prevalencia del consumo de “éxtasis” entre los jóvenes es inferior al 1% en casi todos los países.

La publicación indica, además, que se observa un aumento del consumo de estimulantes de tipo anfetamínico y de nuevas sustancias psicoactivas, aún cuando su prevalencia permanece relativamente baja. Existen también nuevas sustancias psicoactivas, que se consumen en estado puro o preparadas y que no están reguladas por los convenios de las Naciones Unidas. Se trata de sustancias que circulan en el mercado bajo el nombre de ‘‘drogas de diseño’’, ‘‘euforizantes legales’’, ‘‘hierbas euforizantes’’, ‘‘sales de baño’’, ‘‘productos químicos de investigación’’ o ‘‘reactivos de laboratorio’’. De acuerdo a la información difundida por la UNESCO, constituyen un peligro en particular porque algunos jóvenes las consideran menos nocivas que otras drogas porque están o han estado autorizadas.

Además de esto, en ciertos países, del 70 al 90% de las personas que se inyectan drogas comienzan a hacerlo antes de los 25 años de edad.¿Por qué algunos jóvenes consumen sustancias psicoactivas y otros no?

De acuerdo a la información difundida por la UNESCO, no existe una razón única que explique por qué algunos niños y jóvenes son más propensos que otros a comenzar a consumir sustancias psicoactivas. Los factores de riesgo a los que se expone un joven son, en gran medida, los mismos que le exponen a otros comportamientos problemáticos -entre los que se encuentran la violencia, la actividad delictiva, los comportamientos sexuales de alto riesgo y el fracaso escolar-. El nivel global de riesgo o de protección en la vida de un menor de edad es un producto de la interrelación entre sus características personales y sus experiencias en las distintas áreas de su vida. Un ejemplo claro es el desapego entre el niño y sus padres durante la infancia puede contribuir a la aparición de problemas tempranos de conducta, lo que a su vez afecta el rendimiento académico y la relación con sus compañeros. Por otro lado, la programación de prevención temprana en la escuela con base científica puede mejorar su capacidad para interactuar con los profesores y los compañeros, evitar más problemas de conducta y mejorar las relaciones con los padres.¿Por qué el sector de la educación debe hacer frente al consumo de sustancias psicoactivas entre los niños y los jóvenes?

El consumo de alcohol, tabaco y drogas suele comenzar en la adolescencia, aunque en algunas personas sucede antes o después de esa etapa. En general, se asocia a un conjunto de efectos negativos para la salud mental y psíquica de los jóvenes, al igual que a su bienestar a corto o largo plazo. Asimismo, está vinculado a un conjunto de consecuencias negativos en el ámbito educativo, tales como la falta de motivación en la escuela, el fracaso escolar o el abandono de los estudios, tiene un impacto en los esfuerzos que lleva a cabo el sector de la educación para garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa para todos. De acuerdo a los autores del informe, el sector de la educación tiene, en consecuencia, la responsabilidad fundamental de proteger a los niños y a los jóvenes del consumo de sustancias psicoactivas.

Es por eso que las escuelas deben desempeñar un papel clave y promover que los niños adquieran los conocimientos, capacidades y comportamientos necesarios para decidir no consumir este tipo de sustancias. Al mismo tiempo, las instituciones educativas deben asegurarse de que los niños y adolescentes dispongan de las oportunidades y los medios necesarios para hacerlo.

La educación temprana acerca de los daños que pueden provocar las sustancias adictivas, tanto legales como ilegales, las políticas de creación de un entorno de protección y los cursos continuos de pedagogía preventiva en materia de consumo de sustancias psicoactivas, son elementos clave para evitar que comience este proceso.

Por otro lado, de acuerdo a las recomendaciones brindadas por el informe de la Unesco, los docentes y miembros del personal deben presentarse como adultos positivos, que no consuman sustancias perjudiciales para sí mismos.

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