El fine dining se reinventa con nuevos restaurantes: la palabra de chefs de esta gastronomía

¿Cuándo fue que salir a comer dejó de ser simplemente eso, salir a comer, para pasar a ser una experiencia? No fue hace mucho tiempo. Algunos se lo atribuyen a Ferrán Adriá, el chef que en España revolucionó la cocina moderna con una propuesta que cambió la manera de entender la cocina en El Bulli.

Comida que no parecía comida; platos deconstruidos, que parecían una cosa pero eran otra, y todo esto en un espacio casi teatral donde todos se movían en una suerte de ballet practicado hasta el mínimo detalle.

Así como te acompañamos a descubrir los mejores lugares para comer en el Barrio Chino o visitamos lugares tan tradicionales como las panaderías que hacen el mejor pan de Buenos Aires, hoy te mostramos los que aún apuestan por fine dining.

Fine dining: un camino que busca la excelencia

Las propuestas se multiplicaron alrededor del mundo con restaurantes como Noma en Dinamarca; Central en Perú o El Celler de Can Roca, en España, y tantos otros responsables de haber elevado la gastronomía a otra categoría.

Ensalada Waldorf de Julio Báez en el restaurante Julia.

Argentina, y en especial Buenos Aires como gran capital gastronómica, no se quedó afuera. Así surgieron restaurantes de fine dining que conjugaban servicio, una propuesta innovadora que duraba varias horas con un menú por pasos acompañado con distintas copas de vino en espacios refinados, elegantes y diferentes al resto.

Así eran Aramburu, Chila, Tarquino, y La Vinería de Gualterio Bolívar por nombrar algunos. De esa época solo sobrevivió Aramburu y a él se le sumó Trescha, que abrió recientemente, bajo el título de "el restaurante más caro de Bs.As." y con un menú que en su máxima expresión alcanza los $108.000. 

El restaurante de Gonzalo Aramburu es parte del selecto grupo de Relais & Chateaux.

¿Quién tuvo la osadía de abrir un restaurante de estas características en un momento donde los restaurantes de fine dining más famosos del mundo se están reinventando o cerrando porque los números no cierran? TomásTreschanski, un cocinero de solo 25 años que piensa la cocina como una rama del arte y decidió apostar todo a su sueño.

"En Argentina hay lugar para el fine dining, es una camino que busca la excelencia y la gente está dispuesta a pagarlo, viene, disfruta y vuelve", cuenta Gonzalo Aramburu, chef propietario del restaurante que lleva su nombre, nominado al Best Chef Award, "y aunque hay muchos extranjeros, hay muchísimo público local también dispuesto a vivir una experiencia como la que brindamos acá".

Aramburu está lleno todos los días, con lista de espera de gente que no se inmuta ante los $60.000 que sale el menú.

Luego de Chila, Pedro Bargero se prepara para sus próximas aperturas

Hay más chefs que piensan que el formato no está agotado en el país. Chila, uno de los más premiados fine dining de Argentina, cerró hace un mes pero abrirá sus puertas, renovado, en otra locación. "Vamos a volver a hacer fine dining, apostamos a la alta gastronomía, a la máxima experiencia gastronómica pero más artística", cuenta Pedro Bargero, chef de Chila y Yugo, y agrega: "Sentimos que el camino es hacia algo mucho más chico, más personal, de contacto con el cliente, vamos a crear un espacio donde no exista la barrera cocina-salón-mesa, donde vas a ir moviéndote durante la experiencia".

Y contrariamente a lo que muchos pensarán en estos tiempos de crisis, para Bargero faltan fine dining en el país: "Hay masa crítica para que existan, hay un mercado y hay mucho para hacer", asegura.

Dante Liporace hará la Secuencia de la Vaca solo dos semanas

También Dante Liporace, chef propietario de Mercado de Liniers, piensa que hay lugar para más. "Creo que hay espacio pero en el estilo de Mercado de Liniers, Julia o Alo´s, un fine dining más descontracturado", dice el ex chef de la Casa Rosada, y añade: "Los precios de estos restaurantes no son tan altos, nosotros tenemos un menú de $50.000 pero también uno de $14.000, que es lo que sale un bife de Don Julio".

La experiencia del fine dining demandó durante años mucha colaboración del comensal que estaba dispuesto a pasarse más de dos horas y media (que podía fácilmente extenderse a tres o cuatro horas) sentado mientras iban llegando uno a uno los 18 o 20 platos, con sus respectivos vinos, que componían el menú. Pero no era solo el plato, era la explicación de cada uno de ellos y de las características de la bebida que lo acompañaba.

Alo´s fue elegido en los 50 Best Latam como uno de los mejores restaurantes de América Latina

La pandemia acortó los tiempos…y la paciencia. "No creo que el agotamiento pase tanto por un tema económico, creo que la gente está hinchada las pelotas de ese acartonamiento, de esa cosa tan señorial, hoy la gente busca algo más divertido, más ameno", opina Liporace que del 6 al 20 de junio presentará la Secuencia de la Vaca, un menú de 15 pasos que recorre la anatomía del animal más icónico de nuestra cocina.

Buenos Aires es una de las capitales gastronómicas de Latinoamérica y, como tal, es importante que las diferentes gastronomías estén representadas con distintas opciones donde se destaque el producto y el talento y la creatividad de nuestros cocineros.

Ya sea a través del fine dining, de los renovados bodegones, o sencillamente en buenos restaurantes con una propuesta original, interesante y bien ejecutada, la cocina argentina merece el lugar que ocupa a nivel internacional. Y es hora de mostrárselo al mundo.