Javier Milei no es el primero: Nicolás Maduro también tuvo su propio "criptogate"

El "criptogate" que involucra al presidente Javier Milei y cuyas consecuencias políticas y económicas aún no se conocen, no es el único que se ha conocido en América latina en los últimos años, si bien muestra claras diferencias con el anterior.

En tal sentido, hay que remontarse a febrero de 2018, cuando el gobierno de Nicolás Maduro anunció la creación del Petro, la criptomoneda venezolana basada en la tecnología de cadena de bloques, por lo que se convirtió en la primera creada por un Estado de la región.

Cuando se lo anunció oficialmente, el gobierno aseguró que cada Petro estaría tendría como respaldo físico un contrato compra-venta por un barril de petróleo de la cesta de crudo venezolano o cualquier commoditie que decida el Estado.

Una vez cumplidas las cuestiones legales y formales se realizó su lanzamiento oficial pero su circulación quedó confinada al mercado interno, pues se transformó a partir de entonces en una unidad de cuenta, una suerte de referente para fijar precios, salarios, así como para el pago de impuestos, tasas y contribuciones. Así, por ejemplo, para tramitar un pasaporte con vigencia por 10 años, los venezolanos debían pagar el equivalente a 3,6 petros.

También llegó a usarse para pagar beneficios a trabajadores jubilados del sector público, para pagar algunas tasas e, incluso, para adquirir algunos bienes y servicios en ciertos establecimientos que lo aceptaban como forma de pago.

Críticas y denuncias

Con el paso del tiempo, no obstante, el uso que se hizo del mismo generó todo tipo de críticas y denuncias, entre las que se destacaron las efectuadas por la casa de cambio chilena Latin American Money Spa que indicaba que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, lo utilizó para obtener capital de dudosa procedencia. De acuerdo con información recogida oportunamente, tras el lanzamiento de la criptomoneda, Maduro indicó que recaudaron un total de u$s735 millones.

Posteriormente indicó que la recaudación superó los u$s1.000 millones y para el mes de abril de ese año aseguró que la criptomoneda recolectó un total de u$s3.338 millones, solo durante su campaña de preventa.

A partir de esa información, se realizó una investigación cuyos resultados generaron preocupación y polémica, pues de los mismos se dedujo que fue muy posible que se haya utilizado el lanzamiento de la criptomoneda para inyectar fondos a la economía venezolana cuyo origen era desconocido. Ya en agosto de 2022, Maduro afirmaba en una entrevista que "El Petro está volando, compadre. Es de las criptomonedas más sólidas y estables del mundo entero. Si usted quiere invertir en un cripto para garantizar su dinero, invierta en Petro"

Sin embargo, apenas siete meses más tarde, en marzo de 2023, fueron suspendidas todas las operaciones que se realizaban con el Petro, luego de descubrirse una operación de corrupción multimillonaria en la petrolera estatal Pdvsa ligada a la criptomoneda.

La trama se conoció como "Pdvsa-cripto" debido a que el fiscal general Tarek William Saab, la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) recibió la asignación de cargamentos de petróleo venezolano para su comercialización, pero el fruto de estas ventas supuestamente habría sido convertido en criptomonedas y desviado a otros destinos, por un total de u$s3.000 millones. Pero estimaciones posteriores de la ONG Transparencia Venezuela indican que las pérdidas oscilaron entre US$13.000 millones y US$16.000 millones.

Tras el escándalo de esta trama, el gobierno de Venezuela decretó la intervención de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos e inició un proceso de auditoría de todo el sistema cripto existente en el país. En la práctica, eso se tradujo en la suspensión no solamente de las operaciones en Petros sino también en las otras criptomonedas y que se empezaría a liquidar en bolívares todos los haberes en cualquiera de estas monedas que las personas pudieran tener depositadas en la Petro App. Ese proceso de conversión culminó a principios del año pasado y se lo interpretó como una señal de que el Petro había llegado al final de su recorrido.