Inminente llegada de dólares del FMI y brecha en caída aceleran el plan Caputo para liquidar el cepo
El Gobierno considera que el impacto de las transformaciones económicas se aceleró mucho en los últimos meses, como por ejemplo en materia de inflación, y se prepara para capitalizar los datos positivos con vistas a la pelea electoral del año próximo.
Hasta el propio equipo económico asegura estar sorprendido por el resultado que dieron las medidas económicas, y el hecho de que la recuperación de los niveles de actividad empiece a notarse "antes de lo esperado". Citan por ejemplo, un informe del JP Morgan, que estimó un crecimiento económico del 8,5% en el tercer trimestre.
Entre los hechos que se aceleraron se encuentra la decisiva negociación con el FMI. La vocera del Fondo confirmó que se avanza en las conversaciones y el ministro de Economía, Luis Caputo, le sumó un dato clave; dijo que ya negocia el monto que el organismo prestaría y reveló algo que es más importante aún: la mayor parte de esos fondos llegarían lo más rápido posible.
"Probablemente, se irá a un programa nuevo que va a implicar nueva plata. Estamos discutiendo cómo entraría esa plata. Te pueden dar 10.000, 15.000 o 20.000 millones de dólares. Pero no es lo mismo que entre mucho al principio que te lo den a lo largo de mucho tiempo", explicó Caputo.
Además, ratificó que el cepo cambiario será levantado "en algún momento del 2025 cuando estén dadas las condiciones" y prometió que "habrá una baja de retenciones, aunque sin fecha".
Caputo dijo que la Argentina "ya está en competencia de monedas" porque "ya se puede facturar en dólares". "Cuando el Presidente habla de la dolarización endógena se refiere a que la economía necesita remonetarizarse, tanto en pesos como en dólares", recalcó.
Brecha en baja, clave para la convergencia
Un dato clave a favor de la liberación del cepo cambiario es que la brecha se ubica en niveles de agosto de 2019 y que las reservas tocaron su máximo en la era Milei. No obstante, Caputo reconoció que aún las reservas netas están en niveles negativos.
La diferencia entre el tipo de cambio oficial minorista y el CCL es de 8%. El nivel más bajo desde que asumió Milei.
La pregunta que se hace el mercado es si la tendencia bajista del dólar financiero puede profundizarse de cara a fin de año.
La brecha cambiaria ya se redujo casi en un 40% desde que empezó el mes: en el arranque de noviembre se ubicaba en torno al 16% y pese a la velocidad de la baja, en la City creen que aún hay margen para que descienda algunos escalones más.
A esto se suma que, en lo que va de noviembre, el BCRA lleva comprados u$s1.300 millones, que se suman a los u$s1.628 millones que acumuló en octubre, una cifra récord para el último trimestre del año.
Las reservas brutas del organismo treparon hasta los u$s30.495 millones, el monto más alto de la era Milei. En lo que va de la semana, suben US$ 430 millones producto de estas compras del Central. Y el riesgo país bajó a 720 puntos básicos y sigue firme así la demanda de bonos.
Caputo considera que el escenario es cada vez más propicio, pero tomará todos los recaudos antes de decidir la que será la medida económica más importante de la administración Milei.
Precio del dólar para salir del cepo: qué nivel prevé el mercado
Caputo destacó que la convergencia de arriba hacia abajo es un hecho, como él había pronosticado. Esto parecía poco probable el 4 de septiembre último, cuando el ministro lo mencionó como una de las 11 variables que iban a estar potenciándose en los próximos meses. La razón detrás de esto es que, mirando los episodios de controles de capitales y su desmantelamiento, la convergencia suele ser a la inversa con un salto devaluatorio mediante.
La esperada convergencia entre las cotizaciones del dólar en el mercado formal y en los segmentos paralelos, como el "blue" y las paridades bursátiles, despierta un debate.
En la City la duda es si este es realmente el nivel de equilibrio del tipo de cambio. Algunos analistas observan que el tipo de cambio real hoy está bajo en comparación con otros períodos recientes.
En esas discusiones, el valor de un dólar a $1.200 empieza a sonar como razonable en los círculos de discusiones de la City porteña. Para el Gobierno es un nivel alto, teniendo en cuenta que el oficial cotiza a $1.000. Pero las apuestas indican que entre $1.150 y $1.200 terminaría siendo la cotización una vez que se pongan fin de la totalidad de las restricciones.
Es un valor que conformaría, además, a los exportadores, que temen un menor precio de las commodities en el 2025. Allí también reaparecerá la discusión sobre las retenciones agropecuarias, un tema que el Gobierno analiza con lupa porque el objetivo de mantener el equilibrio fiscal es innegociable.
Para la consultora PPI, que la brecha se perfile a cero no implica que se vaya a salir del cepo cuando esto suceda. Indicó que, de ser así, el sector externo debería equilibrarse con este tipo de cambio real. Es un nivel muy apreciado, solo comparable con momentos que fueron seguidos de fuertes saltos devaluatorios, como en diciembre 2015 y 2023.
En tanto, desde Cohen señalaron que aunque exista una unificación "de facto", hay que tener en cuenta que las distorsiones que impone el cepo cambiario en una economía se mantienen.
"Salir o no del cepo no es una decisión menor a la hora de decidir traer inversiones a la economía real de Argentina", señaló un reporte de Cohen.
Otro paso hacia el levantamiento del cepo
En este escenario, el Gobierno volvió a dar un paso más para la salida del cepo. El directorio del Banco Central el organismo autorizó esta semana a los importadores a utilizar dólares propios para hacer pagos al exterior fuera de los plazos que rigen actualmente para el sector.
Mediante la comunicación A 8133, el organismo autorizó el uso de fondos propios para realizar pagos por anticipado a sus proveedores del exterior. Actualmente, los pagos de importaciones de bienes tienen un plazo unificado de 30 días, a excepción de los que cuentan con acceso inmediato al MLC como la energía, entre otros.
Por el lado de los servicios, hay casos, en los que las empresas pueden pagar en el acto, como por ejemplo los viajes, servicios de salud, consumos con tarjeta de crédito, entre otros. Pero, a nivel general, el resto de los servicios puede cancelarse un mes después de realizada la operación. Ese plazo se extiende a los 90 días en el caso de servicios culturales o recreativos, como la organización de un recital con artistas internacionales, siendo el plazo general para otros servicios con no vinculadas de 30 días, a excepción de servicios personales culturales y recreativos que tienen un plazo de 90 días.
Ahora, los importadores de bienes de capital podrán pagar en forma anticipada importaciones cuando utilicen sus dólares propios depositados en bancos locales.
Para el resto de los bienes, si los importadores apelan a sus propios fondos, podrán adelantar los plazos establecidos o incluso pagar a la vista con la documentación de embarque.
El Central autoriza a los importadores de servicios a pagar por anticipado, tanto con fondos propios, como con los dólares que obtengan de la venta de esos servicios en moneda extranjera.
Es decir, habilita a las empresas, por ejemplo, a los organizadores de recitales, a vender esas entradas en dólares para poder luego hacer el pago del adelanto. Un paso más hacia la economía bimonetaria.
A su vez, las empresas que sean elegibles para tomar financiamiento local en moneda extranjera estarán autorizadas a utilizar estas divisas para realizar los pagos.
De esta manera, los importadores podrán optar entre pagar sus importaciones con acceso al Mercado Libre de Cambios (MLC) en los plazos que correspondan según el tipo de bien o servicio, o adelantar esos pagos usando fondos propios en moneda extranjera o con financiamiento local cuando estén habilitados.
Entre los desafíos que enfrenta Caputo está por ver cómo reemplaza los ingresos que desaparecerán a partir de enero por la eliminación el impuesto PAIS: ¿se encarecerá el dólar tarjeta? Podría ser, pero iría en contra de la meta de seguir bajando impuestos.
Desde el Gobierno aseguran que el pilar de la política económica es el equilibrio fiscal y la estabilización de las variables, de las cuales la baja de inflación es el primer objetivo.
Por eso, apuntan a medidas estructurales como la desregulación de la economía y una eventual reducción de la carga tributaria.
El Gobierno confía en generar mayores ingresos a partir de exportaciones de minería y energía que, junto con el aporte del agro, dejarán un amplio superávit de divisas en 2025.
A favor del Gobierno, el blanqueo mejoró las perspectivas de la balanza de pagos por su potencial para el crédito en dólares, lo que genera liquidación de divisas en el spot.
El Banco Central superó los u$s20.000 millones en compras acumuladas desde el inicio de la nueva administración, en un contexto de blanqueo y una fuerte del agro.