No todo es blanqueo: los otros 3 factores que están derritiendo el precio del dólar MEP
Sin dudas, fue una de esas tardes en las que el ministro Luis Caputo pudo festejar. El titular del Palacio de Hacienda viene advirtiendo que la tendencia de la cotización del dólar financiero era bajista, y ayer ese escenario registró un nuevo hecho significativo: perforó la línea de los $1.200.
Se trata, en términos nominales, de la misma cotización que tuvo el blue en octubre del año pasado, en la previa a las elecciones generales.
Entre ese momento y ahora han transcurrido casi 11 meses. En términos de inflación, ese plazo se mide en un 186%. Dicho de otra forma, aquellos $1.200 implicarían, al día de hoy, una cotización del dólar de $3.432. Nada que ver con la realidad, por cierto.
¿Por qué el precio del dólar se mantiene?
La tranquilidad cambiaria se explica, en una primera instancia, por la acumulación de medidas que vino tomando el Gobierno.
Esas iniciativas incluyen desde el capítulo fiscal y el programa monetario hasta la desaceleración inflacionaria y la intervención (directa e indirecta) en los distintos mercados del dólar.
Los instrumentos que fueron poniendo en práctica los funcionarios, en un contexto de ordenamiento de la macroeconomía, sirvieron para calmar al mercado cambiario.
A esto se debe sumar el ancla cambiaria: un "crawling peg" del 2% mensual, que también sirve como referencia para el mercado.
Dólar MEP a $1.200: las cuatro causas claves
En las últimas horas, se acumularon argumentos para que las cotizaciones se volvieran a acomodar para abajo.
Podría decirse que hubo "viento a favor" del Gobierno, que tuvieron distintos orígenes.
1. Baja de la tasa en los Estados Unidos
La FED fue audaz: abarató en 50 puntos básicos la tasa de referencia de corto plazo, y los mercados festejaron. El giro de la Reserva Federal (banca central estadounidense) favorece a los mercados emergentes y, en particular, a la Argentina.
No se trata de un cambio determinante para el regreso del país a los mercados de crédito voluntario, pero sí necesario. Lo que está claro es que debe caer el "riesgo país" a un nivel parecido a 500-700 puntos para que eso suceda.
La pregunta, clave, es si eso recién sucederá cuando el Banco Central vuelva a tener reservas netas positivas. Es una cuestión que se analiza permanentemente en el mercado.
2. Blanqueo
La dinámica del blanqueo fue (y sigue siendo) clave en la recomposición de los depósitos bancarios dolarizados.
Desde que arrancó esta operatoria —a mediados de agosto—, las colocaciones en dólares crecieron en u$s3.500 millones. Ya superaron los u$s21.000 millones.
Las proyecciones son favorables al objetivo del Gobierno. El economista Amílcar Collante estima que, al final de la primera etapa del blanqueo, los nuevos depósitos bancarios podrían alcanzar los u$s6.000/u$s6.500 millones.
Se trata de una exteriorización súper importante: son dólares billetes que engrosan las reservas brutas. Y, además, quedan a mano de los ahorristas, que podrán utilizar ese dinero para inversiones financieras y en la economía real. Por eso, Economía acaba de ampliar los activos que se pueden adquirir: desde autos, motos hasta televisores, celulares y aparatos de línea blanca.
3. Bienes Personales
Los buffets de contadores están trabajando a destajo con las suscripciones de clientes que se quieren sumar a la posibilidad de adelantar el pago del impuesto y así plegarse al beneficio impositivo para los próximos años.
A los efectos del mercado cambiario, hay contribuyentes que prefieren vender dólares ahora y abonar por adelantado Bienes Personales y así acogerse al beneficio de no hacerlo en los próximos años.
Esa mayor oferta de billetes verdes es la que también ayuda a abaratar las cotizaciones de los dólares y bajar la brecha.
4. Superávit fiscal
La noticia de que el Gobierno volvió a tener cuentas públicas ordenadas fue clave para el mercado.
Javier Milei se ganó la confianza plena de los inversores, pero los datos fríos son los que mandan. Y el Gobierno volvió a mostrar su compromiso con el objetivo del ancla fiscal.
En este contexto, el índice de riesgo país retrocedió 62 puntos (-4,5%), y terminó el jueves en los 1.301 puntos. Se trata del nivel más bajo desde el 21 de mayo último.