Para equiparar al valor original del billete de $1.000, hoy se necesita un papel de $35.000
Los billetes de máxima denominación pierden cada vez más poder de compra, al ritmo de una inflación mensual del 20%. Por lo tanto, los de $1.000 y $2.000 ya ni siquiera alcanzan para adquirir un producto o servicio de uso diario, y el Gobierno anunció que para mediados de año lanzará papeles de $10.000 y $20.000. El tema es que para equiparar el valor que tuvieron las emisiones más altas desde que se lanzaron a la calle, hoy se debería emitir una cifra más alta.
De hecho, si se ajusta por inflación al billete de $1.000, que salió a la calle el 30 de noviembre de 2017, en la actualidad equivaldría a que circule una unidad de $35.200, según cálculos del economista Salvador Vitelli de Romano Group.
Incluso, el presente ejemplar de mayor valor que circula entre el público y bancos desde fines de mayo de 2023 es el de $2.000, que ajustado por el índice de precios desde ese entonces hasta la fecha arroja que ahora debería ser de $5.200.
Ni que hablar si se toma al billete de $100, que se creó a fines de 1991, en pleno período de convertibilidad 1 a 1 con el dólar, y que sería el equivalente a tener ahora en la calle un papel de $100.000. Prácticamente lo mismo que u$s100.
"Está devastado el poder adquisitivo de la moneda", afirma Vitelli.
Lo mismo ocurre con las otras denominaciones, uno de $500, que nació el 29 de junio de 2016, representa hoy un billete con una cifra impresa de $23.200.
En tanto, el de $200, lanzado el 26 de octubre de 2016, hoy significa tener un ejemplar con un valor de $8.800.
Billetes: denominaciones necesarias ahora
El Gobierno conoce los problemas que genera tener denominaciones de tan bajo valor en circulación, como son el costo tan alto de impresión y el enorme gasto de logística que implica manejar un volumen cada vez más grande de efectivo que sirve para comprar menos bienes y servicios, por la escalada inflacionaria. Por eso anunció a las pocas semanas de asumir, en enero pasado, que iba a emitir billetes de $10.000 y $20.000.
El inconveniente es que este proceso de producir una cifra de moneda nueva no es nada sencilla, debido que se requieren efectuar ajustes de diseño, implementación de las medidas de seguridad y compra de insumos en proveedores internacionales muy específicos para poder iniciar la impresión.
En resumen, el período de tiempo que se precisa en todo este proceso es de alrededor de 6 meses de gestación. En el caso de los de $10.000, se agilizaría el proceso utilizando un diseño contemplado en la anterior gestión para otro billete, utilizando las imágenes de Manuel Belgrano y de María Remedios del Valle, heroína de la Guerra de la Independencia.
"Es un primer paso para dotar de medios de pago más acordes a la realidad que tiene la economía, pero si se mira a mediano plazo, como para diciembre de este año, ya se debería pensar en lanzar para entonces los de $50.000 y $100.000, más con los niveles de inflación proyectados para los próximos meses", resume a iProfesional Augusto Ardiles, ex director de la Casa de la Moneda.
En tanto, Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go, menciona el uso práctico de una moneda de, por ejemplo, 100 dólares, que en un solo billete permite tener casi todo al alcance de una compra. "En cambio, con los pesos se deben llevar 100 billetes de $1.000, o si se tiene suerte de conseguir a los de $2.000, tener a mano 50 unidades de esta cifra para comprar lo mismo que con uno de u$s100".
Billetes en la calle, en crecimiento
Mientras se espera que salgan a la calle los nuevos papeles de $10.000 y $20.000, la impresión de las máximas denominaciones actuales viene creciendo a paso lento.
Uno de los obstáculos en que no haya un incremento del volumen de estas cifras es que se enviaron a imprimir alrededor de 500 millones de billetes de $2.000 a la Casa de la Moneda de China, pero todavía no se ha realizado la entrega porque hubo problemas en el pago de los dólares a este proveedor mundial.
Mientras tanto, las últimas cifras publicadas por el Banco Central de todo febrero, indican que en la calle circulan 426 millones de unidades de $2.000, un 6,2% más desde fines de enero pasado.
En cambio, los de $1.000 emitidos son 5.815 millones de ejemplares, por lo que crecieron en febrero 1% en cantidad, y en total ya representan el 55% de todos los billetes que circulan en la calle y los bancos.-