El dólar blue pierde la carrera contra la inflación: hoy vale la mitad que cuando marcó récord en 2020
Desde hace ya varias décadas, más precisamente desde mediados de la del setenta, cuando estalló el Rodrigazo, que pulverizó los ahorros en pesos y generó una fenomenal transferencia de ingresos entre deudores y acreedores, que los argentinos "transan en pesos y ahorran en dólares".
El fenómeno es de tal magnitud que existen estimaciones según las cuales los argentinos tienen en su poder más billetes verdes que los propios estadounidenses. El dato surge de la propia Reserva Federal de los Estados Unidos, según la cual mientras que en ese país la tenencia per cápita no llega a los 3.100 dólares, en Argentina ronda los 4.400 dólares por habitante. Además, aproximadamente uno de cada diez dólares billete fuera de EE.UU. está en manos de argentinos.
Según el Dr. Juan Massot, "el argentino nunca dejó de dolarizar sus ahorros. Aún durante la Convertibilidad, por ejemplo, en un contexto de muy baja inflación por casi diez años, siguió dolarizando un alto porcentaje de sus ahorros. Esto es producto de un cambio en el mapa cognitivo de los argentinos. Nos cambió la cabeza y nuestra mente".
Massot agrega que "la gente utiliza las transacciones cotidianas el peso y, en la medida que hay estabilidad, amplía la cantidad de operaciones que hace en pesos, ahorra en pesos, incluso hasta llega a comprar títulos públicos en pesos, pero para las decisiones que implican el largo plazo utiliza el dólar".
"El dólar es como el bunker que tenemos contra nuestra guerra atómica, que es la inflación. Ante las crisis, los argentinos nos protegemos de las turbulencias y las crisis en el dólar o los inmuebles; verdes o ladrillos y tierra son los activos de refugio de la Argentina como si no existiera ningún otro, ni siquiera activos financieros en dólares", concluye.
No obstante, esa visión de largo plazo según la cual con el dólar siempre se gana puede verse seriamente cuestionada en función de lo que está sucediendo en la actualidad y las consecuencias pueden ser significativas desde el punto de vista patrimonial.
La cuestión se centra en el hecho que según los últimos datos disponibles, el precio del blue ajustado por inflación minorista es hoy el más bajo de los últimos cuatro años pues ya se ubica por debajo del de marzo de 2020, cuando estalló la pandemia y se decretó la cuarentena.
Ajustado por IPC, la cotización de $85 por dólar de aquel momento equivale a $1.100 de hoy y es apenas un 6% superior al promedio del período que va de agosto de 2019 a febrero de 2020, es decir el que incluye las PASO de ese año y la transición entre el gobierno de Mauricio Macri y Alberto Fernández.
Con la cotización actual, quien compró dólares a partir de marzo de 2020 literalmente "está perdiendo plata" pues en ningún momento desde aquel entonces la cotización se ubicó por debajo de la actual.
Es más, si se toma en consideración los momentos de mayor presión sobre el tipo de cambio, las pérdidas son por demás significativas. De hecho, la más pronunciada es la que toma como referencia el precio de octubre de 2020, cuando a precios de hoy el blue costaba $2.190, es decir que valía exactamente el doble, lo cual implica una pérdida del 50%. Le sigue en orden de importancia el precio de octubre de 2023, que actualizado se ubicaría en los $2.040, por lo que la pérdida sería del 46%.
Más allá de los datos puntuales, si se toma en cuenta el promedio actualizado de los últimos doce meses, este es de $1.490, lo cual implica una merma del 26 por ciento.
¿Por qué baja el dólar blue?
En el mercado existen distintas explicaciones para interpretar la tendencia a la caída del dólar en medio del conflicto político que enfrenta el gobierno, los niveles de inflación elevadísimos y una política monetaria de tasas de interés bajas que desalienta las inversiones en moneda local.
Uno de los principales elementos que se mencionan para la baja del blue es que hubo una licuación del circulante de pesos en el mercado interno, en tanto que los salarios bajaron fuertemente en términos de poder de compra y los activos depositados en plazos fijos y otros instrumentos en pesos también perdieron en relación con los precios.
En este contexto, la capacidad de comprar dólares de la población bajó sensiblemente al tiempo que se generalizaron las ventas en el mercado marginal en busca de los pesos necesarios para cumplir con los compromisos de las familias y las empresas.
"Por cada uno que viene a comprar, hay varios que vienen a vender sus dólares y se llevan los pesos", argumentan desde una casa de cambio de la zona norte. En concreto, la baja del dólar libre en las últimas dos semanas obedece a una oferta que sobrepasa la demanda.