Cómo evitar pagar impuestos en transferencias bancarias
A la hora de hacer una transferencia bancaria hay varias cuestiones que tenemos que tener en cuenta para evitar pagar impuestos. El motivo,justificación o concepto de una transferencia resulta clave en este tipo de operaciones, no solo para la organización del emisor o receptor de dicha operación, sino que es de gran relevancia para la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en caso de que requiera determinar el destino u origen de esos fondos.
En este contexto, se pueden tener en cuenta algunos detalles que son cruciales para evitar pagar de más.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que -en la mayor parte de los casos- la responsabilidad de pagar impuestos por transferencias recae sobre quien recibe el dinero, por lo que el concepto seleccionado (sea alquiler, expensas, aportes de capital, cuota, haberes, préstamos u honorarios) sirve solo de referencia o para evitar algún tipo de conflicto más adelante.
Transferencias bancarias: ¿qué concepto se le puede poner para evitar pagar impuestos?
Dependiendo de la entidad financiera, los conceptos que figurarán y que deberás "especificar" para definir tu transferencia de dinero pueden ser:
- Alquileres
- Aportes de capital
- Bienes registrables habitualistas
- Bienes registrables no habitualistas
- Cuota
- Expensas
- Factura
- Haberes
- Honorarios
- Inmobiliaria habitualista
- Inmobiliaria
- Préstamos
- Seguros
- Suscripción a obligaciones negociables
- Varios
Además, es posible crear un apartado donde se puede añadir una referencia de 12 caracteres. De todos modos, es importante tener en cuenta que las operaciones con referencia "Bienes registrables habitualistas", "Bienes registrables no habitualistas", "Inmobiliaria habitualista" y "Suscripción a obligaciones negociables" se declara, bajo juramento, que el concepto de la transferencia efectivamente es ese.
Otra cuestión a tener en cuenta es que, a pesar de que las transferencias son gratuitas, existen algunas operaciones que sí pagan impuestos.
Transferencias bancarias: qué operaciones pagan impuestos
Cuando recibas o envíes una transferencia, es importante tener en cuenta que se va a descontar un porcentaje por los impuestos correspondientes, según el origen de la transacción y tu condición fiscal.
Por ejemplo, si se trata de Impuesto sobre los Ingresos Brutos, es común que el banco retenga un porcentaje de la transferencia, generalmente alrededor del 2,5%. Sin embargo, la diferencia pendiente la abonás a través de un Volante Electrónico de Pago (VEP), a menos que estés adherido al monotributo unificado. Además, si la operación recibida corresponde a una venta comercial, vas a tener que emitir la factura correspondiente según las regulaciones impositivas aplicables.
Mientras que, por ejemplo, no se pagan impuestos para las transferencias que realicen usuarios finales de servicios financieros, tampoco si la misma persona humana o jurídica es la que envía y recibe la transferencia o si se realiza la operación desde o hacia cuentas a la vista de uso judicial.
En relación al cumplimiento de las obligaciones fiscales relacionadas con las transferencias bancarias, por lo general, la carga recae en el destinatario de los fondos. El remitente no tiene la obligación directa de efectuar pagos de impuestos en relación con la transferencia en sí.
Sin embargo, es fundamental resaltar que el propósito o la naturaleza de la transferencia pueden influir en las implicaciones fiscales para el beneficiario. Por ejemplo, en determinadas jurisdicciones, las transferencias de dinero que se consideran ingresos pueden estar sujetas a impuestos sobre la renta.
¿Qué documentación necesito para justificar el origen de los fondos?
La documentación más habitual para realizar, de forma correcta, la justificación del origen de fondos son:
- Recibos de sueldo y/o haberes jubilatorios
- Facturación de los últimos meses
- Certificado de fondos emitido por un contador público
- Declaratoria del heredero
- Documentos que acrediten la venta de acciones u empresa
- Boletos de compraventa, por ejemplo, en el caso de la venta de un vehículo
¿Cuánto dinero puedo transferir sin tener que declarar?
Para que se pueda hacer esta transferencia sin ningún problema, es importante que tener en cuenta que hay algunas limitaciones vigentes. Vale aclarar que hay restricciones en cuanto al monto, ya que por ejemplo el límite de los cajeros automáticos es de $125.000, mientras que por Home Banking podés transferir hasta $250.000, según lo establecido por el Banco Central. Si necesitas hacer una transacción de mayor valor, podés hacer un preaviso al banco o realizar una transferencia tradicional, que lleva un día hábil para procesarse.
Si nos centramos en la cantidad de dinero que podés transferir sin necesidad de declarar, es importante destacar que la restricción no es para quien envía dinero, sino para quien lo recibe. Teniendo en cuenta esto, te contamos que el límite actual establecido por AFIP para realizar estas operaciones es de $200.000 y no hay necesidad de realizar una declaración jurada, por lo que superando este monto se incremente el "riesgo" de que se deba declarar la procedencia del dinero.
Los $200.000 abarcan casi todas las operaciones realizadas por una persona en el transcurso de un mes calendario. Esto incluye el dinero depositado en cajas de ahorro, cuentas corrientes, cuentas de sueldo y de seguridad social, además de las transferencias recibidas. También se consideran los saldos en depósitos a plazo fijo, así como en cuentas y otros tipos de inversiones.
¿Qué pasa si transfiero dinero entre cuentas propias?
Cuando transferís dinero entre cuentas propias, el proceso de bancarización juega un rol clave, ya que el mismo arranca cuando los fondos ingresan al sistema bancario, ya sea desde una billetera virtual como Mercado Pago o desde otro banco.
En ese momento, la entidad receptora verifica el origen y la legalidad de los fondos, siguiendo las normativas de prevención de lavado de dinero. Y es por esto que una vez que los fondos han sido verificados y bancarizados, las transferencias entre cuentas propias, incluso en diferentes bancos, se realizan sin complicaciones. El dinero, ya controlado por las entidades financieras y la AFIP, puede moverse sin generar nuevas alertas, siempre que las operaciones sean coherentes con los ingresos declarados.