Cuidado con comprar un auto 0Km con un crédito UVA: cuáles son los riesgos
Con la elevada inflación y la probabilidad de una suba del dólar oficial hacia fin de año, muchos están buscando anticiparse y comprar bienes durables en pesos. Y los autos son uno de los rubros más buscados para esto.
Sin embargo, los precios de los vehículos no son accesibles para la clase media: parten desde los $8.000.000 y, rondan los $10 millones en sus versiones más económicas. Por eso, las concesionarias ofrecen complementar la entrega de un usado o los ahorros con un préstamo.
Las tasas de interés para créditos en pesos están imposibles (superan largamente la inflación esperada) y una opción son los créditos en UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) con cuotas iniciales mucho más bajas.
Sin embargo, este tipo de préstamos ajustados por inflación (la UVA es una variable que sigue al IPC con cierto rezago) tiene sus riesgos que hay que conocer antes de decidir endeudarse.
Préstamos prendarios o préstamos personales
Un primer punto a considerar antes de endeudarse tiene que ver con qué tipo de crédito es. Para comprar un auto se puede sacar un préstamo personal o un crédito prendario.
Estos últimos, en general, pueden tener mejores condiciones (tasas más bajas, montos más altos o más plazo) pero es importante tener en cuenta que tienen otros gastos.
En este caso hay que pagar los gastos de prendar el vehículo y, además, los bancos o las compañías financieras exigen un seguro total que encarece la cuota mensual. Además, en caso de querer vender el auto antes de terminar de pagar el crédito, se debe levantar la prenda
En cambio, el préstamo personal tiene menos requisitos y gastos iniciales y no es necesario cancelar la deuda para transferir el auto.
Ventajas del crédito UVA para comprar un auto
Si en el momento de comprar un vehículo, se ofrece la opción de sacar un préstamo tradicional en pesos o un préstamo UVA, lo primero que se ve es la gran diferencia de tasas de interés.
Por caso, un banco está ofreciendo préstamos prendarios en UVA a una tasa efectiva anual (TEA) de 18,80%, mientras que el préstamo tradicional tiene una TEA de 320,22%. En otra entidad, los préstamos prendarios tienen una TEA de 6,7% en UVA y de 269,58% en la modalidad tradicional.
La diferencia tiene que ver con que la tasa de interés del préstamo tradicional incluye a la inflación esperada. En cambio, la tasa de los créditos UVA está en términos reales, por encima de la inflación.
Lo que más atrae a quien elige el préstamo UVA es la cuota a pagar.
En el primer caso, un préstamo a 48 cuotas, cada $ 1.000.000 de préstamo, la cuota inicial es de $ 31.072 en el crédito UVA y de $ 266.853 en el tradicional.
En el segundo caso, con tasas mucho más bajas, por un plazo de 60 meses y $ 1.000.000, la cuota inicial en UVA es de $ 20.951 y en el préstamo tradicional, de $ 139.449.
Los riesgos de un préstamo en UVA
Pero, lo que hay que tener en cuenta es que la cuota de un préstamo tradicional se mantiene fija en pesos por todo el plazo (es decir, se va licuando con la inflación).
En cambio, en un préstamo UVA, todos los meses, la cuota va a ir aumentando en pesos con la inflación. Este es el verdadero riesgo: que el pago suba tanto que no se pueda afrontar (sobre todo, si los ingresos no van al mismo ritmo)
¿Cuánto va a aumentar la cuota? Depende de cómo se muevan los precios en el futuro. Por supuesto, es imposible preverlo de antemano, pero se pueden hacer algunas proyecciones en base a la inflación estimada.
Cómo proyectar cuotas en UVA
Para que no nos sorprenda el incremento de las cuotas mes a mes, podemos hacer algunas estimaciones.
Tomando el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central, la inflación esperada para los próximos 12 meses es de 195,96% y 73% para los 12 siguientes.
Para estimar la cuota podemos tomar un escenario algo más negativo y plantear una inflación de 200% el primer año, del 100% el segundo, de 50% el tercero y de 30% los siguientes. De esa manera, la cuota inicial en UVA se triplicará a partir del mes 13, y se multiplicará por 6 en el mes 25 y seguirá subiendo.
Lo que tenemos que ver aquí son dos cosas:
- Cuánto podría llegar a ser la cuota los años siguientes.
- Cuándo llegaría a alcanzar la cuota que se paga por el mismo monto en un préstamo tradicional a tasa fija en pesos.
¿Cuándo se equipara la cuota UVA y la cuota tradicional?
Tomemos los 2 ejemplos mencionados.
- La TEA en UVA es de 18,8% y la TEA tradicional es 320,22%. Por $ 1.000.000 en 48 cuotas, la cuota inicial es de $ 31.072 y $ 266.853,13, respectivamente.Tomando la inflación proyectada, la cuota UVA alcanzaría el monto en pesos del crédito tradicional recién al terminar el tercer año y lo superaría el último año.
- La TEA en UVA de 6,7% y en pesos, de 269,58%. Por $ 1.000.000 en 60 cuotas, la cuota inicial es $ 20.951 y $ 139.449, respectivamente.
En este caso, la cuota UVA alcanza a la cuota en pesos, aproximadamente a la mitad del plazo (alrededor de los 30 meses) y es más alta durante el tiempo restante.
El plazo es importante en el crédito UVA
De los ejemplos anteriores surge que el plazo tiene gran relevancia.
Mientras más largo el plazo, más incertidumbre se genera en un crédito UVA. Primero, porque la inflación es más difícil de predecir y, segundo, porque el aumento inflacionario se va acumulando y es muy alto al final.
En casos de préstamos prendarios, para comprar un vehículo, 48 cuotas es un plazo máximo razonable. Lo ideal es menos (24 o 36 meses) aunque en estos casos la cuota inicial será más alta.
Por otra parte, mientras mayor sea el plazo mayor es el impacto del interés (porque se cobra sobre el saldo). En un crédito en pesos tradicional, en los que las tasas actuales son muy altas (mucho más que la inflación), esta variable tiene mucho peso. De todos modos, si el plazo es suficientemente largo, la cuota se irá licuando, pero al principio será más difícil de pagar.