Dólar: cómo es el plan de Massa para evitar un agravamiento de la crisis tras el balotaje
Sergio Massa convocó a Roberto Lavagna para que sea el coordinador del próximo plan económico, que el ahora ministro y candidato por el oficialismo pondrá en marcha en caso de ser electo y llegar a la Presidencia de la Nación. Pero Lavagna no será el titular del Palacio de Hacienda si Massa es el elegido.
El ex ministro en tiempos de Eduardo Duhalde y en la primera parte del mandato de Néstor Kirchner -de 81 años- trabaja sólo de coordinador y evalúa medidas junto a economistas cercanos a Massa.
Todavía no hay ninguna definición, pero lo que está claro es que -llegado el momento- se aplicará un plan de estabilización que modifique el statu quo actual, en el cual el Banco Central no puede sumar reservas dadas las múltiples inconsistencias.
El diagnóstico sobre el que ya trabaja Lavagna contempla un desdoblamiento en el mercado cambiario para el inicio de la gestión. Eso no significa que sea el modelo elegido en forma definitiva, aclara a iProfesional uno de los economistas que está cerca del proyecto.
Otra vez: el objetivo central es conseguir dólares lo más rápido posible para, de ahí en más, lograr una estabilización y poner a la economía en una senda de crecimiento.
Dólar: desdoblamiento a plazo fijo
Una de las cuestiones incluida en los primeros borradores da cuenta de un tipo de cambio comercial, sobre el que se tomaría como referencia para los precios de los alimentos y otros bienes básicos para el funcionamiento de la economía, como los combustibles y la energía en general.
Por otro lado, habría un "dólar financiero", sobre el que recaerían distintos servicios y también la posibilidad de dolarizar ahorros.
La gran duda es a qué paridad se implementa el dólar comercial. No hay certezas sobre esa cuestión, que es clave para el shock inflacionario inicial del plan. Una pista podría darla el actual "dólar exportador", que el Gobierno estableció como el equivalente a un 70% de la cotización oficial y un 30% al contado con liquidación.
Esa "fórmula" hoy da un tipo de cambio algo por encima de los $500.
De todas formas, entre algunos economistas cercanos a Massa creen que la brecha cambiaria podría caer en forma sensible. Es la apuesta: por eso mismo, y al contrario de lo que viene sucediendo, la idea no se limita a la fórmula cambiaria sino que habrá un plan por detrás, de sostén, que incluirá un mandato fiscal. El equilibrio de las cuentas públicas aparece como algo innegociable para el actual ministro, dado el grado de deterioro y de la desconfianza en el Gobierno.
La idea, en principio, es que ese desdoblamiento tenga una fecha de vencimiento, más o menos establecida. Este tipo de mecanismos tiene la contraindicación de que, si bien en un primer momento evita una mega devaluación -en un escenario de brecha récord-, luego deja flotando la idea de que esa devaluación sí se dará, más temprano que tarde.
Por eso mismo, una de las chances que se evalúa es que este desdoblamiento sirva como "puente" hasta la cosecha gruesa, que se dará entre abril y mayo del año que viene. Todo dependerá, los mismo de la confianza que el nuevo plan vaya ganando entre la población y entre los operadores.
Plan en capítulos para la economía que viene
Al contrario de lo que sucede ahora, en el que Massa aparece atajando penales prácticamente todos los días, hacia adelante, el actual ministro pretende dar certezas en todos los frentes, en caso de llegar a la Casa Rosada.
De ahí que contempla el envío de una serie de leyes al Congreso para darle forma a un plan económico integral, algo que se evitó durante los gobiernos kirchneristas, incluido el de Alberto Fernández.
Lo dicho más arriba, ese plan incluirá un capítulo fiscal, en el cual se asegurará un equilibrio de las cuentas públicas, e incluso la posibilidad de un superávit, tal cual ya lo expuso el propio Massa, a través de la eliminación de beneficios fiscales.
Otro de los puntos pasará por la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario, que Massa retomaría apenas se confirme su triunfo en la segunda vuelta electoral.
La clave es que el ministro quiere valerse de esa renegociación para poner un ancla del programa económico. Y también para dar certezas de que no habrá default con el FMI en marzo de 2024.
¿Y las Leliqs?
No hay precisiones sobre las Leliqs, pero sí está claro que no habrá ningún plan disruptivo que implique la posibilidad de un Bonex.
Al contrario, la creencia es que un desdoblamiento debería ayudar a "limpiar" a las Leliqs. Con un sistema cambiario desdoblado, sin necesidad de una devaluación tan fuerte como si se soltara al dólar, las tasas de interés pueden quedar por debajo de la inflación.
De esa manera, el stock de Leliqs podría licuarse con el paso del tiempo. La pregunta es doble: ¿Cuánto tiempo demandaría esa licuación? ¿Qué pasaría con los depositantes?
Claramente, los inversores en plazos fijos se verían perjudicados ya que sus ahorros también se licuarían al ritmo de las Leliqs.
Si quisieran podrían dolarizarse en el canal financiero, a un tipo de cambio lógicamente más caro que el comercial.
Y se podría instrumentar un depósito en dólares mejor remunerado que el que existe ahora, en los mismos bancos, para que los depósitos no salgan del sistema financiero.