Tras aceleración de precios, salto del dólar y suba de tasas, ¿conviene plazo fijo común, UVA o ninguno?
El lunes posterior a las PASO, el Gobierno devaluó el dólar oficial más del 22% y el Banco Central elevó las tasas de interés de los plazos fijos al 118% nominal anual. Con estos cambios, los ahorristas se preguntan: ¿Llegó la hora de hacer un plazo fijo? ¿Conviene el tradicional o el ajustado por UVA?
Para responder estas preguntas hay que mirar tres variables: la inflación, la evolución del dólar y la tasa de interés. Al ahorrista, lo que le interesa es lo que pase de ahora en más, por lo tanto, para comparar hay que tomar variables esperadas.
Lo más cierto, por ahora, es la tasa de interés del plazo fijo. Con la última actualización, a una tasa nominal anual del 118%, el rendimiento a 30 días es de 9,7%, y la tasa efectiva anual llega al 208,4%.
En cambio, la evolución de los precios y del tipo de cambio son menos predecibles.
Cómo le fue al plazo fijo en los primeros meses de 2023
En esta nota comparamos qué puede pasar con una misma cantidad de dinero puesta en un plazo fijo tradicional o en un plazo fijo UVA. Aunque la evolución pasada no tiene por qué repetirse, vale la pena ver cómo les fue a ambos respecto de la inflación, en los primeros 7 meses de 2023.
El plazo fijo tradicional comenzó el año con una tasa nominal anual del 76% y terminó julio con un 97% nominal anual. En tanto, el plazo fijo UVA tiene una tasa real del 1% anual ( inflación).
Si al comenzar 2023 hubiéramos puesto $100.000 en un plazo fijo común, al 31 de julio tendríamos $160.478, empatado con la inflación acumulada que fue de 60,2%, según informó este martes el INDEC. Y también similar al aumento del dólar blue en ese período (59,5%)
Si la misma cantidad de dinero la hubiésemos colocado en un PF UVA, tendríamos algo menos: $157.850.
Esto es así porque la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), que replica el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), si bien sigue a la inflación, lo hace con un rezago y una fórmula que computa los últimos meses. Por lo tanto, no refleja exactamente la evolución de los precios mes a mes, como se ve en el siguiente gráfico.
Aquí también se observa que hubo meses que el plazo fijo tradicional perdió contra la inflación en los primeros cinco meses del año y, recién cuando la marcha de los precios comenzó a bajar, la tasa de interés la superó.
Plazo fijo: qué puede pasar a partir de agosto
Lo que vino sucediendo hasta julio cambió totalmente en agosto, en especial, después de las elecciones del domingo 13 y el salto devaluatorio del lunes 14.
"La devaluación sorpresiva tiene un impacto tremendo en alimentos, combustibles y tarifas. Las empresas ya empezaron a aumentar y hay proveedores que, o suspendieron sus ventas o enviaron listas con 20 o 22% de aumento", dice Gisela Veritier, directora ejecutiva del Icda, la escuela de negocios de la Universidad Católica de Córdoba.
"Lo que se observa ahora es que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central de junio es absolutamente viejo y también lo es el dato de inflación de julio que acaba de dar el Indec. Si se estimaba un 142% de inflación a fin de año, ahora estemos más cerca de un 200% interanual en diciembre", advierte la economista.
Por su parte, Ariel Barraud, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba, también habla de un cambio de escenario: "Con la devaluación del lunes, va a haber una aceleración de la inflación en lo que queda de agosto y es probable que en septiembre alcance las dos cifras".
"Si antes pensábamos que se podía estabilizar cerca del 7%, ahora eso cambió. Proyectando un 10% mensual desde septiembre, nos vamos a más del 160% anual en diciembre. Esto es complicado porque genera dinámicas que pueden espiralizar la inflación", agrega Barraud.
El también docente universitario de Economía explica que se perdió un ancla inflacionaria (el dólar) y no es descabellado pensar que "quizá en los próximos 2 meses se traslade todo el 20% de la devaluación a precios".
Las otras anclas, como las tarifas o los programas de precios están en veremos.
Plazo fijo: cómo se moverán las tasas de interés
Con ese panorama, una tasa de interés del plazo fijo tradicional que quede en el 9,7% mensual se quedaría corta frente a una inflación de dos dígitos. No se llegaría a la tasa real positiva, como pidió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Si la inflación se acelera, uno esperaría que la tasa de interés, también. El problema es que la tasa de interés depende de la devaluación esperada y, si no se frenan las expectativas de devaluación se entra en un círculo vicioso difícil de frenar", remarca Barraud.
"Es el huevo o la gallina", dice Veritier. "Hasta que no se paren los precios, el dólar se va a volver a atrasar y es probable que veamos otro ajuste del tipo de cambio; mientras, las tasas de interés quedan atrasadas para el ahorrista pero para el sistema productivo son carísimas".
Con inflación y devaluación, ¿conviene el plazo fijo?
Con estas perspectivas de mayor inflación futura y con la incertidumbre sobre el valor del dólar en los próximos meses, ¿qué tiene que mirar el ahorrista?
En el plazo fijo tradicional, con la tasa del 118% nominal anual, si se ponen $100.000 por 30 días el 15 de agosto, el 15 de septiembre se obtendrían $109.698, un rendimiento de 9,7%.
En cambio, si pusiera un plazo fijo UVA (con una tasa del 1% anual), en 30 días tendría $106.289. Sin embargo, por la fórmula de cálculo del UVA, que mira la inflación pasada, ese plazo fijo solamente rendiría 6,3%.
Para peor, el plazo fijo UVA tiene la contra de que el plazo mínimo es de 90 días. Aunque no se puede saber cómo evolucionará el indicador en los meses siguientes, suponiendo un aumento de un par de puntos, por los tres meses no rendiría mucho más de $125.000.
"En el caso del plazo fijo UVA, por más que siga a la inflación, pensar hoy en dejar inmovilizado dinero por 90 días es muy largo plazo", opina Veritier. Más aún cuando el vencimiento cae en noviembre, después de las elecciones de primera vuelta en octubre. "Hoy estamos viendo una tendencia a la dolarización de los portafolios, más aún si Milei tiene chances de ser presidente esto se va a acentuar", agrega.
En cambio, el plazo fijo tradicional, con la misma tasa actual, renovando cada 30 días, arrojaría un monto final de $132.009 en tres meses. Además, tiene la ventaja de que, si hay una nueva suba de tasas, se la puede captar el próximo mes.
¿Y qué pasa con el dólar?
En los primeros 15 días de agosto, el dólar blue subió más de 32% ($730), el oficial avanzó casi 29% ($366) y el dólar MEP aumentó 32,5% ($660).
Para igualar el rendimiento del plazo fijo tradicional en los próximos 30 días, al 15 de septiembre, el dólar blue debería estar en $ 800 y el MEP en $ 724.
Pero, si se piensa en una colocación a 90 días, poner dinero en plazo fijo es bastante incierto para mantener el valor del dinero.
Con el tipo de cambio y las tasas de interés actuales, los $132.000 pesos que obtendríamos por poner $100.000 en una colocación en plazo fijo tradicional, equivaldrían a un dólar blue de $ 964. Puede parecer mucho, pero estamos hablando que sería luego de las elecciones de octubre, casi llegando a un eventual ballotage (segunda vuelta electoral, si hubiera).
Claramente, no es una buena época para mantener los ahorros en pesos, por más que la tasa parezca hoy superior a la inflación.