"El faltante de dólares puede acentuarse en los próximos dos meses", advierte economista
La tensa calma que muestra la economía, con una inflación mensual cada vez más alta, genera que los distintos analistas tengan en consideración distintos escenarios disruptivos respecto a lo que puede pasar con el dólar y los precios, en general, en medio de un escenario electoral.
"El faltante dólares no es una situación sostenible en el largo plazo", advierte a iProfesional José Dapena, economista y director del departamento de Finanzas de UCEMA, que fue entrevistado por este medio.
Al respecto, considera que una inflación de 9% mensual con un tipo de cambio libre de $490, "debería ajustar 40 pesos mínimo por mes, pero esto no sucede, por lo que se termina realizando en saltos".
-¿Cómo evalúa la situación económica actual y la reacción del Gobierno para enfrentarlos?
-La situación económica es muy delicada, el faltante de dólares se hace notar, y puede acentuarse en los próximos dos meses. La reacción del Gobierno ha sido la misma desde 2022, intentar llega a las elecciones primarias evitando saltos bruscos del tipo de cambio, aunque con una brecha significativa, producto de la falta de crédito externo.
Así, el resultado es una prima de riesgo país que no disminuye, dificultades para acceder al crédito externo bilateral, un tipo de cambio libre que refleja esta situación y un Banco Central dificultado de acumular reservas, aun a pesar de los programas de estímulos ("Dólar Soja"), que derivaron en un proceso inflacionario que afecta, principalmente, a los sectores de menores ingresos, jubilados y asalariados.
En resumen, no es una situación sostenible en el largo plazo, y la aparente calma social y política deriva de la proximidad de las elecciones como un posible catalizador.
-En ese marco de incertidumbre, ¿qué puede ocurrir con el precio del dólar en las próximas semanas?
-El tipo de cambio tiene reacciones espasmódicas. A diferencia del ritmo de devaluación de tipo de cambio oficial, que sigue un continuo avance con mayor o menor aceleración, el billete libre tiende a mantenerse tranquilo durante ciertos periodos, y luego reacciona acentuando las subas para luego corregir levemente. Estos saltos provocan intranquilidad, por la incertidumbre que generan.
Por eso, debemos tener en cuenta que una inflación de 9% mensual con un tipo de cambio libre de $490, debería ajustar 40 pesos mínimo por mes, pero esto no sucede y se realiza en saltos.
El aspecto delicado es que entramos en un periodo de escasez de dólares por temas comerciales en los próximos dos meses, que podría generar mayor volatilidad del el tipo de cambio libre, más allá del ajuste nominal.
-Al respecto, la brecha cambiaria entre el oficial y los dólares libres es amplia, ¿puede seguir así?
-La brecha cambiaria refleja la dificultad del país para acceder al financiamiento externo voluntario. En la medida que exista cierta previsibilidad y se pueda restituir la confianza, esa brecha podría empezar a bajar.
En los próximos meses juegan efectos a favor y en contra. A favor la proximidad de elecciones, que puede generar un cambio de expectativas y reducir el tipo de cambio real. Pero la economía comienza, por otro lado, a navegar en aguas más inciertas, que pone cierta presión.
Entonces, de los dos efectos, es delicado saber cuál puede impactar más. Quizás lo negativo más en el corto plazo, y lo positivo más en el mediano y largo plazo.
-En el marco del poco ingreso genuino de divisas por la sequía y el cepo, ¿qué puede pasar con las escasas reservas y los intentos de sumar divisas con China y otros países?
-Son intentos individuales de acceder a divisas para tratar de mantener controlado el tipo de cambio. Pueden tener el resultado de atemperar la situación delicada, pero de muy corto plazo, ya que no implica ingresos genuinos de divisas, sino préstamos, que deben ser devueltos.
Es decir, no resuelve el problema, que viene dado por la dificultad de generar escenarios previsibles para el pago de la deuda soberana y, por ende, facilitar el financiamiento voluntario y transparentar el tipo de cambio. Algo que, a su vez, requiere de convencer al público en general de la capacidad del Tesoro de hacer frente a sus compromisos. O, dicho de otra manera, que le presten dólares al Gobierno de manera voluntaria.
-Los cálculos privados de inflación de mayo rondan el 9%, ¿cómo pueden seguir los precios en los próximos meses?
-La inflación refleja el impacto, por un lado, de la emisión de pasivos remunerados por parte del Banco Central, existiendo cierta correspondencia entre la tasa de interés que paga y las expectativas de inflación. Si revisamos su estado de cuenta, la situación es bastante delicada.
Si bien el Banco Central menciona en su último balance que tiene ganancias, en mi opinión estas ganancias no son tales, ya que, por ejemplo, el revalúo que se produce en los activos, que juega contra la licuación de los pasivos, y proviene principalmente de un activo indexado justamente al dólar comprendido por las Letras Intransferibles, que se contabilizan a valor nominal.
Si hubiese un ajuste a valor de mercado, el resultado sería distinto. Un Banco Central débil genera una moneda débil, que a su vez genera inflación.
Por el otro, influye la caída de la demanda de dinero, que está en mínimos históricos. Ambos efectos, provocan un impacto significativo en los precios.
La reversión implica dejar de monetizar el déficit, y fortalecer la hoja de balance del Banco Central. Para esto último, creo que una alternativa interesante es una estructuración financiera que transfiera a un vehículo externo tanto las Letras Intransferibles como los pasivos remunerados, limpiando la hoja de balance para proponer una situación diferente.
Se menciona que frente a esto, los plazos fijos, que se encuentran respaldados por Leliqs, podrían irse al dólar, pero creo que esto no sucederá porque son principalmente institucionales y transaccionales los depositantes. Pero para evitar esto, también se podría crear un seguro de garantía vía redescuentos del Banco Central, que es lo que ya sucede de manera implícita actualmente, aunque no nos demos cuenta.
-¿Qué escenario espera para los próximos meses?
-La situación es de restricción incremental hasta las elecciones, por lo que es posible que empeoren los escenarios. Las elecciones primarias representan un punto de quiebre y un posible catalizador, y habrá que ver cómo reacciona el oficialismo y el mercado a los resultados. Por ejemplo, frente a la brecha y el tipo de cambio oficial, atento a los cambios que requiere la economía y que son necesarios. O dicho de otra manera, el estado actual sólo sirve para el corto plazo. La pregunta es quién será el "culpable" de los cambios que haya que hacer.-