Malas noticias para el nuevo billete de $2.000: perderá el 50% de su valor hacia fines de año
Tras varios reclamos de diversos sectores económicos, el Gobierno dio "luz verde" para emitir un billete de mayor denominación, al anunciar, con la excusa que será "conmemorativo", que lanzará en los próximos meses el de $2.000, que estará dedicado a homenajear a la medicina argentina. Una medida que analistas consultados por iProfesional acusan de ser necesaria pero insuficiente como para resolver los problemas, que conlleva manejar efectivo en una economía que tiene una inflación anual cercana al 100%.
Es que el elevado ascenso de los precios, que en el último tiempo se ubicó entre 5% a 6% mensual, le va quitando poder de compra a los pesos. Por ende, el actual papel más alto, que es el de $1.000, desde que se lanzó en diciembre de 2017 fue perdiendo capacidad para cubrir los gastos cotidianos.
De hecho, si bien este nuevo papel de $2.000 puede reducir a la mitad los actuales problemas que presentan las unidades con la imagen del hornero, se considera que "no es suficiente" para resolver la saturación de la capacidad de los cajeros automáticos, falta de espacio para almacenar el dinero y los costos logísticos para trasladar un enorme volumen de pesos cuyo valor real es muy bajo.
Para tener una idea, desde que se salió a circular el billete de $1.000 la inflación acumulada en los últimos 5 años supera el 850%. Es decir, hoy se precisaría un papel cercano a los $10.000 para equiparar el poder de compra de aquél unidad del hornero.
En esta misma línea, expertos alertan que desde hoy, que se anunció el nuevo billete de $2.000, hasta fines del 2023, el papel de $2.000 habrá perdido un 50% de su valor.
Billete máximo que ayuda, pero que "queda corto"
Entre los problemas que afronta tener un billete máximo con un valor real tan bajo, que ni siquiera alcanza para pagar un combo en un fast food, un kilo de carne, ni una estadía en un estacionamiento, es que se precisan cada vez más unidades para poder cubrir gastos corrientes.
De hecho, un billete de $1.000 representa u$s2,64 convertido a dólar blue. Y el de $2.000 representará alrededor de u$s5,29. Una cifra que igual queda "corta" respecto a los billetes de máxima denominación de los países de la región, que llegan a ser de un promedio de u$s30.
En resumen, los analistas consultados por iProfesional detallan que la medida anunciada por el Banco Central "ayuda", pero que no es suficiente como para resolver de forma notoria los distintos "cuellos de botella" que se generan a la hora de poder utilizar efectivo en las transacciones cotidianas y en el manejo del efectivo.
"Claramente, con esta medida los bancos van a tener menos problemas logísticos para guardar sus billetes y los van a reducir a la mitad con este nuevo billete de $2.000. En eso es positiva, pero podría haber sido más eficiente y practico lanzar papeles de $5.000 o $10.000. Ademas facilitarían más la vida del consumidor que usa efectivo, pero el Gobierno intenta desalentar eso, cosa que me parece positivo para evitar la informalidad, pero se podría haber hecho algo mejor", resume a iProfesional Sebastián Menescaldi, economista y director asociado de la consultora Eco Go.
Ello lo grafica Andrés Méndez, director de AMF Economía: "La falta de puesta en circulación de billetes de mayor denominación agiganta esta situación. Por una transacción que en diciembre de 2017 se hubiera entregado un solo papel de $1.000, ahora en febrero, es decir, apenas 5 años y dos meses después, se deben proporcionar 10 unidades".
Al respecto, Juan Pablo Albornoz, economista Invecq, suma: "Emitir un papel de $2.000 indica que sigue siendo ridículamente baja la máxima denominación, no son ni 6 dólares. No resuelve los problemas y posiblemente en breve veamos que entre en circulación el de $5.000".
También opina lo mismo Isaías Marini, economista de Econviews, que afirma a iProfesional: "Ayuda el de $2.000, pero se queda muy corta, así que el billete de $5.000 debería llegar pronto. Cuando se lanzó el de $1.000 en diciembre de 2017, se podían comprar unos 58 dólares al tipo de cambio minorista; hoy hacen falta unos 11 mil pesos (sin contar impuestos) para ello".
Pesos que compran menos
En resumen, si se ajusta por inflación el poder de compra de los pesos, lo mismo que se compraba con $1.000 hace 5 años, cuando nació dicho papel, hoy representan a unos $10.000. Por lo que se precisan 5 unidades de los nuevos papeles de $2.000 para poder cubrir lo que valía un solo hornero a fines de 2017.
Si tomamos hoy el valor de $2.000, por efecto de la inflación, podríamos estar llegando a diciembre de este año con aproximadamente a un 50% de su valor. Es decir, valdría la mitad a fines de 2023", dice a iProfesional Alfredo Romano, economista y director de Romano Group.
Por su parte, Andrés Salinas, economista e Investigador de la Universidad La Matanza, completa: "En mi opinión, el Banco Central llegó tarde. Hoy tenés que pagar un alquiler de un dos ambientes en efectivo y se debe llevar un fajo de 60 billetes de $1.000, y eso si tenías suerte de que el cajero te entregue papeles de esa cifra, porque muchos por temas logísticos y se costos tienen de menor denominación".
Y finaliza: "Creo que también hay un tema psicológico, al Gobierno no le debe gustar sumarle ceros a la moneda, eso queda en la historia después y, obviamente, no es una buena señal".-