El dólar blue se despierta y lo siguen los financieros: ¿es tiempo de comprar o mejor esperar?
El dólar blue batió esta semana su récord histórico al superar los $350, después de un salto de $40 en menos de dos semanas. Ahora ,la mirada se posa en qué pasará con las cotizaciones bursátiles (MEP y CCL) que, a falta de días para terminar el año, acumulan un aumento de entre 65 y 70% a lo largo de 2022, unos 20 puntos porcentuales por debajo del conjunto de precios de la economía.
En el cierre de la jornada financiera del martes, el dólar contado con liquidación (CCL) se vendía en promedio a $338, mientras que el MEP lo hacía a $335. Así, acumulan subas del 4,6% y 7,3%, respectivamente, en el mes y llevan la brecha cambiaria con el dólar mayorista ($176) al 90%.
El dato clave a analizar es, sin embargo, el comportamiento de su cotización en los últimos cinco meses cuando, después de alcanzar un pico en torno a los $330 en julio, se fueron desinflando hasta, recién hace pocos días, volver a los mismos valores. En el medio, la inflación de bienes y servicios superó el 40%.
De allí que la posibilidad de que las cotizaciones financieras aceleren el alza de los últimos días es elevada, sobre todo si se tiene en cuenta que enero y febrero son meses de alta demanda de dólares, por turismo y otros factores, y de baja oferta por no estar el agro en período de cosecha gruesa.
A eso hay que sumarle la acumulación de combustible de la brecha que implica la fuerte emisión monetaria del Banco Central, tanto para pagar el "dólar soja 2" a los exportadores del grano hasta el 30 de diciembre, como por el rescate de títulos del Tesoro en el mercado secundario y el propio pago de sus pasivos (Leliqs y Pases). Según cálculos del sector privado, la suma de estas tres fuentes de emisión sería de casi 1 billón de pesos solo en diciembre.
El dólar, ¿está caro o barato?
Para Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap Grupo Financiera, está claro que "el CCL y el dólar MEP están atrasados". Y aseguró a iProfesional: "Si mirás la cantidad de pesos en términos de agregados monetarios -la suma de dinero en efectivo en poder de la gente y los bancos, los depósitos bancarios a la vista y los depósitos a plazo fijo- y trazás una relación con la cotización con los dólares paralelos, te muestran que hoy deberías estar en una cotización, al menos, 10 por ciento arriba de la actual".
En esa misma línea, según datos de la consultora Invecq, un tipo de cambio "de equilibrio" entre la cantidad de pesos en el agregado monetario M3 y el dólar debería ser -con datos al 27 de diciembre- de unos $377. Coincidente con una suba del orden del 10 por ciento. Y eso sin contar escenarios de picos de stress cambiario como los de octubre de 2020, diciembre de 2021 o julio de 2022.
"En la medida que haya más pesos dando vueltas disponibles y no sean demandados, se destinarán a comprar bienes, y entonces habrá más inflación, o irán a comprar dólares y subirá el precio", aseguró Casabal.
A diferencia del mercado paralelo, que es muy pequeño y está afectado por la menor oferta de divisas de los turistas extranjeros -que ahora pueden pagar con tarjeta de crédito o débito a un tipo de cambio similar al MEP-, el mercado bursátil es legal, de mucho mayor volumen e intervienen en él desde empresas y ahorristas, hasta el propio Gobierno a través del Banco Central y organismos como la Anses.
Si bien esto le da una mayor estabilidad a sus precios y lo hace "más difícil de manipular", no está exento de saltos bruscos como el que se vio en el pasado.
"Hay algo de artificial en lo que está pasando. No creo que vaya a continuar esta calma cambiaria. La situación es de una gran fragilidad y yo no estaría parado en pesos. Cualquier evento te puede llevar a algún número entre 375 y 400 pesos. Pero esos son los fundamentals. Es cuestión de que haya algún dato negativo para el mercado -como podría ser la FED subiendo más la tasa o un problema en Brasil, por ejemplo- para que el CCL reaccione", aseguró Casabal.
¿Se viene un nuevo salto de los dólares financieros?
"Hasta este momento, los dólares financieros vinieron teniendo un comportamiento de serrucho, con saltos discretos como el último que tuvimos en julio y después se va viendo de nuevo que se van atrasando en términos reales. Lo que pueda pasar en las próximas semanas depende de si se logra avanzar en un ajuste fiscal más fuerte, que reduzca las necesidades de financiamiento y se traduzca en una menor necesidad de emisión monetaria", apuntó el director de la consultora Anker, Martín Vauthier.
La estrategia de muchos operadores en los últimos meses fue la de "hacer tasa" o "carry trade". Es decir, invertir en instrumentos en pesos (con una tasa de interés mensual del 6,25% en plazo fijo, por ejemplo), obtener una renta en esa moneda y, después, con el capital e intereses obtenidos, comprar dólares. La operatoria permitió a los más rápidos inversores tener rendimientos del orden del 30% en dólares desde julio. Pero el riesgo es muy alto.
"Hoy está barato el dólar a este nivel. Lo decía desde que estaba a 300. Cada mes que pasa y no se acomoda el tipo de cambio se va agregando fragilidad. El carry trade no tiene sentido cuando tenés el tipo de cambio en este nivel, porque medida en dólares corres el riesgo que tu inversión se pulverice en dos semanas, o dos días", señaló Casabal.
De todas formas, para Vauthier es posible pensar en un escenario sin un fuerte aumento de los dólares financieros en términos reales, o sea, sin esos picos como el que tuvimos en junio. "Esto podría ocurrir si es que se mantiene el cepo y regulaciones cambiarias en el mercado de pesos; se sostiene una tasa de interés que ya va tendiendo a neutra o algo positiva en términos reales; continúan las señales en términos fiscales; y se evitan ruidos en relación a la política de la coalición de Gobierno", analizó.
Y agregó: "Depende de que este se mantenga una política monetaria donde la tasa le gane a la inflación y le gane a la devaluación (crawling peg) del tipo de cambio y donde se sigan dando señales en el terreno fiscal que se han venido dando en los últimos meses, particularmente en el segundo semestre. Pero obviamente, en el año electoral siempre es más desafiante".
Del mismo modo, para Casabal es probable que el escenario base no sea el del overshooting de julio, ya que "fue la reacción primera al problema de la deuda local, y hoy tenés un esquema en el que se está coordinando entre el BCRA y Economía que no había en ese momento".