Dólar versus activos financieros: ¿cuál fue la inversión ganadora en los últimos 5 años?
En el trabajo que realizamos buscamos analizar una serie de variables financieras y compararla con la evolución del dólar blue, que es básicamente una cotización muy similar al conjunto de los dólares alternativos que se pueden conseguir en el mercado. Para la comparación se tomó el cierre del mes de setiembre, y fuimos para atrás analizando los últimos 5 años. A continuación, un balance del trabajo realizado.
El dólar blue aumentó más que el índice Merval en los últimos 5 años, casi lo mismo en los últimos 3 años, mientras que en los últimos 12 y 24 meses perdió contra ese índice bursátil. Podríamos decir que es una performance políticamente correcta, no ganó uno ni otro, pero la realidad es que la suba de los dólares alternativos está a un ritmo menor que hace 4 o 5 años atrás.
Es impresionante como el índice Merval fue muy castigado en los años 2018 y 2019, mientras que en los últimos dos años comenzó un proceso de recuperación, que no fue lineal para todos los papeles.
Las empresas ligadas al sector primario tuvieron una muy buena performance en el mercado, en especial en los últimos años. La suba de las materias primas ayudó al mercado y esto trajo más inversión y beneficios. Podríamos decir que estamos con una bolsa empujada por las materias primas.
No podemos decir lo mismo de los bancos. Hemos observado cómo han crecido menos que el dólar blue en los últimos 12 meses, la única variación positiva está a 24 meses, pero en el resto de las mediciones han mostrado una performance negativa. Los bancos han dejado de tener el glamour de otras épocas. Una economía más golpeada y mucha demanda de financiamiento al Estado le quitaron rentabilidad al sector.
Las acciones energéticas tuvieron una gran recuperación en los últimos 2 años, el dólar blue creció a un ritmo menor y las empresas mostraron mejores utilidades. Daría la impresión que empresas energéticas y ligadas a materias primas son lo mejor para este mercado de capitales.
Resulta muy interesante como el DICP, que es el bono en pesos que ajusta por inflación, subió más que el dólar en los últimos 2 años, lo que no muestra que la inflación se impuso a la moneda extranjera. Este bono vence en el año 2033 y es una muy buena oportunidad de inversión, pensando que a partir del año 2024 comienza a pagar amortización.
En cuanto a los bonos soberanos, la mirada estuvo centrada en el bono con vencimiento al año 2030, ya sea vencimiento bajo legislación local e internacional, como el bono que vence en el año 2038. Claramente, los bonos que se reestructuraron de la deuda fueron un gran fiasco.
Conclusión
El mercado nos ha mostrado que el mejor resguardo de valor en los últimos 5 años fue el dólar blue. Esto estuvo ligado a una economía que tuvo alta volatilidad, y el periodo bajo análisis abarca el final del gobierno de Mauricio Macri, la pandemia y el período de recuperación post pandemia.
Los bonos en dólares argentinos de la reestructuración de la deuda fueron un verdadero fiasco y esto imposibilita al país a recuperar el crédito externo. En cambio, los bonos en pesos ajustados por inflación mostraron una gran performance, cuyo comportamiento estuvo ligado a la gran emisión que realizo el Estado y la toma de posición de bancos y fondos comunes de inversión.
En cuanto a las acciones, los bancos no fueron los beneficiarios en esta recuperación, las acciones energéticas y ligadas a materias primas tuvieron un muy bueno performance.
Consideramos que, en las puertas de una fuerte suba de tasas en el exterior, y ante la falta de reservas en el país y un déficit fiscal muy abultado, de cara a los próximos meses, podríamos ver una recuperación del dólar frente al resto de los instrumentos financieros.
En los últimos 33 meses la deuda de la tesorería aumento en u$s59.305 millones y la deuda del Banco Central en u$s36.909 millones. Esto implica que la deuda total pasó de u$s340.204 millones a diciembre de 2019 a u$s436.417 millones a setiembre de 2023. Así, hay una diferencia de u$s96.214 millones, demasiadas razones para que el dólar se imponga a los activos financieros.