El blue sube y licúa al dólar Qatar: ¿vuelve a convenir pagar con tarjeta que quemar dólar colchón?
Con la aparición del dólar Qatar, la intención oficial es que el pago de las cuentas por compras realizadas en el exterior mediante tarjetas de débito o de crédito se haga con dólares billetes, de manera de no afectar las reservas del Banco Central.
Dicho de otra manera, se está "invitando" a quienes realicen gastos por encima de los u$s300 mensuales a depositar en sus cuentas bancarias esos dólares para que el débito se realice directamente, pero para ello debería existir algún aliciente adicional, más allá de tratar de evitar exceder dicho limite.
Curiosamente, para que esa invitación sea atractiva será necesario que la brecha que exista entre el dólar Qatar y el blue o en su defecto el dólar MEP sea relativamente elevada.
Claramente, cuanto mayor sea la diferencia de cotización ente estos y el utilizado para el cálculo, mayor será la "zanahoria" para operar de dicha manera.
Ahora bien, si implícitamente el Gobierno está alentando la compra de dólares paralelos, es obvio que la demanda en dichos mercados tenderá a subir y de esta manera se reduciría el incentivo.
Entonces, una vez más, se está frente a una situación paradojal: por un lado se insiste en que el blue es un mercado ilegal que no tiene relevancia a la hora de fijar los precios de la economía, pero por el otro es la fuente a la que se recurre para aliviar las castigadas arcas del Banco Central.
El blue sube y licúa al dólar Qatar: qué conviene hacer
En este contexto, la pregunta que debe formularse es si conviene pagar con tarjeta o quemar los dólares del colchón.
Obviamente no existe una respuesta única, ya que deben tenerse en cuenta algunas cuestiones para encontrarla:
1. La amplitud de la brecha entre el dólar Qatar y el blue: con una brecha elevada, como la vigente al inicio, que rondaba el 10%, era conveniente comprar blue y depositar los billetes en la cuenta para el posterior débito. En la medida que la brecha se reduzca, como sucedió posteriormente, el incentivo tiende a decrecer, aunque el límite lo establece cada uno de nosotros. Cabe apuntar que hoy la misma ronda el 8%, por lo que por cada u$s1.000, se obtendría una diferencia a favor de 24.000 pesos.
2. El manejo cuidadoso de las cuentas: esta opción implica llevar un control minucioso de los gastos, una opción que incluye la distribución de los mismos dentro del grupo familiar, para evitar superar el límite de 300 dólares, o pagando parte de los gastos con billetes.
3. El ritmo de devaluación futura del dólar Qatar, que responde al dólar oficial. Si a manera de ejemplo, se toman los nueve primeros meses del año, este avanzó un 46%, frente al 67% que acumuló la inflación. Dicho de otra manera, hoy es un 13% más barato en términos reales que a fines del año pasado. Si el Banco Central continúa con una política cambiaria y mantiene esta tendencia, existe la posibilidad de que con el paso de los meses la inflación licue parte del salto que generó el dólar Qatar.
4. Los problemas que acarrea el uso del efectivo en lugar de la tarjeta. Esta es una opción que tiene riesgos, no solo por el lado de la seguridad, sino también por la sospecha que genera en muchos países el manejo de efectivo por cifras relativamente elevadas. A ello debe agregarse las normas internacionales que prohíben llevar más de u$s10.000 de un país a otro.
5. La posibilidad o no de utilizar diferentes tarjetas de un mismo titular. Si bien la resolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) contempla que el monto se calcula sobre las personas y no sobre los resúmenes, desde los bancos afirman que carecen actualmente de un sistema que les permita conocer en tiempo real cuántos dólares lleva gastados un cliente suyo en el exterior a través de sus tarjetas de crédito y débito, no solo las suyas, sino las que esa persona tiene abiertas con otras entidades financieras.
Pero se esperan definiciones: de hecho, hay reuniones contrarreloj entre bancos y la AFIP para resolver este tema en el corto plazo.
6. Finalmente, siempre está abierta la posibilidad de que este limite de u$s300 se reduzca o simplemente desaparezca, para lo cual solo haría falta una simple resolución de la autoridad de aplicación.
En definitiva, en un contexto tan dinámico como el actual, en el que lo único estable es la volatilidad de las variables, la decisión dependerá de la situación vigente al momento de realizar el pago.