La deuda en pesos, un problema latente: en el mercado ya surgen dudas y asoma el temor a un "reperfilamiento"
El equipo de comunicación de Sergio Massa trabajó a full durante la visita del ministro de Economía a Estados Unidos. El mensaje que se trató de transmitir es que hay alguien con capacidad política al frente del Gobierno, tratando de resolver los problemas.
Pero, para los brokers de Wall Street, el nuevo inquilino del Palacio de Hacienda tan solo está "pateando la lata" para adelante ("to kick the can down the road"). Algo así como estirando y ganando tiempo. En la City, en Buenos Aires, vislumbran que la "lata" va a aparecer nuevamente entre marzo y abril. Para ese momento, muchos prevén que el Gobierno vuelva a encontrarse con el mismo problema de junio de este año: el riesgo de reperfilamiento y la transición política.
El problema central del mercado hoy es el temor a que un cambio de Gobierno afecte el vencimiento de las letras. Está aletargado desde julio, cuando el Banco Central salió a comprar para evitar que se desplomaran las cotizaciones. La crisis había comenzado en junio, aunque la oposición venía advirtiendo desde hacía un par de meses atrás.
Algunos referentes económicos advirtieron sobre el creciente stock de deuda en moneda local que estaba contrayendo el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, para financiar el déficit primario. Señalaron que iba a ser insostenible, si se tienen en cuenta los vencimientos en moneda extranjera que caen entre 2024 y 2025.
Eso desató una carrera contra las letras que Miguel Pesce conjuró comprando títulos en el mercado secundario.
Deuda en pesos: pateando la pelota para adelante
Ahora, los mercados ven lo mismo. La impresión que hay es que el Gobierno aspira a pasarle esos vencimientos en pesos a la próxima gestión con un nivel de reservas relativamente bajo. Pero la próxima administración va a querer hacer lo radicalmente opuesto a lo que hizo la actual, incluso con una unificación cambiaria.
Entonces, los operadores suponen que la oposición quiere que el Gobierno pague una parte de ese costo. Adrián Rozanski, director del Fondo 1816, cree que "hay un riesgo relevante de que la oposición plantee que la deuda en pesos que deje esta gestión es impagable lo cual puede complicar el manejo del cepo", explicó en una reciente charla ante inversores y gerentes de finanzas de más de un centenar de empresas.
Hay otra señal negativa que puede provenir del propio Gobierno. En abril y mayo de este año, cuando los rumores de riesgo de reperfilamiento ya estaban lanzados en el mercado, Guzmán trató de ofrecer bonos ajustables por inflación (CER), pero solo a largo plazo para alejar el horizonte de vencimientos. Eso se interpretó como que los rumores de reperfilamiento eran reales. Ahora, sostienen los operadores, puede llegar a ocurrir lo mismo si Sergio Massa trata de lanzar un nuevo canje en el último bimestre, entregando bonos a 2024.
El salvavidas de los dólares especiales
Cuando se termine la etapa fuerte de liquidación "dólar soja", ya no le va a quedar nada al Gobierno. En el mercado, entonces, se espera que en octubre haya algo más: una ampliación del esquema de dólar a 200 pesos a otros sectores de la economía o un desdoblamiento, con la idea de atravesar los meses hasta la próxima cosecha.
Gustavo Neffa, director de Research for Traders, señaló que el Gobierno "pateó la lata" para adelante con los vencimientos en pesos y que en junio o julio del año próximo "nos vamos a encontrar de nuevo con la pared". En marzo del 2023 hay vencimientos en pesos por el equivalente a unos u$s9.500 millones y en abril por otros u$s7.200 millones, según estimaciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC).
"Hay un tema instalado, el de un posible reperfilamiento. El miedo está instalado", explicó Neffa. En caso del bono denominado TX23 (Boncer marzo de 2023), comparado contra un TX24 (Boncer marzo 2024), había una diferencia de tasa de interés implícita de 1 punto, y ahora es de 11. "Hay un problema magnificado por 10", subrayó el analista de Research for Traders.
A fin de cuentas, el temor de los operadores a que un futuro gobierno de la oposición plantee un cambio de los vencimientos, no se fue, sigue ahí.