¿Massa propone un verdadero plan de estabilización o apenas medidas para "aguantar"?: el veredicto de los analistas
Las primeras medidas económicas anunciadas esta semana por el flamante ministro de Economía, Desarrollo Productivo, y Agricultura, Sergio Massa, no constituyen un plan de estabilización para bajar fuerte la inflación y corregir los desequilibrios estructurales sino que es un programa orientado a administrarlos para llegar a la recta final de 2023.
Ese es el veredicto en el que coinciden los analistas que evaluaron que los anuncios dejaron "gusto a poco", y aunque van en "la dirección correcta" faltan muchos detalles sobre cómo van a lograr los objetivos del plan que tiene cuatro ejes: orden fiscal, superávit comercial, fortalecimiento de reservas, y desarrollo con inclusión social.
En ese marco, uno de los cuestionamientos de los analistas es que "no hubo medidas concretas para frenar la inflación" que en julio rondará entre 6,8% y 8,5%, según las proyecciones privadas, y para este año las consultoras ya proyectan en un piso inflacionario cercano a 90%, pero con riesgo al alza.
También plantean que es "urgente" medidas en el frente cambiario ante el crítico nivel de reservas netas. En PPI estiman reservas netas en torno a "u$s1.408 millones, con lo cual alcanza para 10 días de ventas" al ritmo que vendió esta semana el Banco Central en el mercado oficial de cambios.
Los analistas advierten además que la decisión de frenar el financiamiento monetario al Tesoro al no girarle Adelantos Transitorios el resto del año "aumenta la carga sobre la deuda en pesos" en un escenario donde los inversores aún son reticentes.
Plan Massa: las restricciones que enfrenta
Tobías Pejkovich, economista de Facimex Valores, durante un seminario virtual organizado por esa ALyC señaló que "hay tres grandes restricciones que enfrenta el Plan Massa que son clave para entender su diseño" y "que condicionan la política económica"
El analista consideró que la principal restricción es el "bajo nivel de confianza en el gobierno" que medida por la Universidad Di Tella "cayó al 22,4% en julio, nivel solamente comparable a los mínimos del primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner o la presidencia de Eduardo Duhalde".
"Esto indica que no hay margen de maniobra político para efectuar medidas de shock por lo cual el Gobierno va intentar evitarlas sobre todo si estas no procuran beneficios inmediatos", alegó.
El analista sostuvo que "la segunda restricción es el crítico nivel de reservas netas que estimamos que esta semana perforaron los u$s2.000 millones y es preocupante porque no solo aleja no solo porque aleja al BCRA de la meta del tercer trimestre que es u$s6.400 millones sino que prácticamente deja sin margen a la política cambiaria y acrecienta los riesgos de una devaluación de salto".
Según su visión, la tercera restricción "es el elevado stock de deuda en pesos y la reticencia de los inversores a financiar la transición presidencial, reflejada en las altas tasas forward entre instrumentos con vencimiento en 2023 y 2024". Y destacó: "Esto es crucial porque implica que, si el escenario no cambia, el déficit deberá ser íntegramente financiado con emisión monetaria en el camino hacia 2022".
Plan Massa: las medidas quedaron cortas
Los analistas coincidieron en que los anuncios dejaron "sabor a poco" y la duda principal es que se pueda cumplir la meta de déficit fiscal anual de 2,5% del PBI prevista para este año en el acuerdo con el FMI y que Massa ratificó.
Al respecto, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, enfatizó :faltan todavía muchas definiciones. ¿Cómo llega al resultado fiscal? ¿Toca el gasto? ¿Aumenta el ingreso? Solo con subsidios no basta".
Adrián Yarde Buller, economista de Facimex, también remarcó que cumplir esa meta "requeriría una fuerte reducción del gasto en el segundo semestre que debería caer 13 por ciento interanual real tras haberse expandido 11% real en el primer semestre, pero Massa no explicó cómo va a lograrlo, más allá de los subsidios que implican un ahorro fiscal acotado".
A su vez, el economista Federico Glustein juzgó que es "fuertemente negativo que no hay plan anti inflacionario, más allá de la reactivación de una política que poco hace para reducir las expectativas, como es Precios Cuidados" y advirtió que "al contrario, si coloca deuda contra liquidez bancaria fes expansivo y una bomba tiempo que suma más nafta a la inflación".
En LCG también objetaron que "a pesar del énfasis en la importancia de frenar la inflación no hubo medidas concretas acerca de ese objetivo". Pero para la consultora "queda, principalmente, un interrogante acerca del rumbo de la política cambiaria".
"En caso de utilizar esta variable como ancla nominal, se estará frente a un programa poco promisorio; en caso de que el tipo de cambio siga a la inflación se estará intentando reflotar el programa origina con el FMI. En cambio, si la decisión es avanzar en un reacomodamiento del tipo de cambio real en un nivel más alto se puede pensar que se está iniciando un nuevo tipo de política económica, que podría dar lugar al inicio de un programa de estabilización posterior", analizó.
La consultora FMyA evaluó que "el anuncio buscó quebrar el pesimismo, hizo foco en lo fiscal y subsidios, pero muy poco en el frente cambiario y reservas".
Política cambiaria: esperan más anuncios
En FMyA afirmaron que el plan Massa "se quedó corto en la parte del dólar oficial: el BCRA sigue perdiendo reservas y las medidas no atacaron el problema" por lo que "esperamos más anuncios en el frente cambiario porque la dinámica es insostenible".Y especularon que "si está descartada la devaluación del dólar oficial, el próximo paso será el desdoblamiento formal pero no puede demorarse más".
En PPI también esperan "novedades sobre nuevos tipos de cambio que incentiven la liquidación de exportaciones" y dijeron que "urgen los desembolsos de BID y la CAF y un REPO para engrosar transitoriamente las reservas y comprar tiempo" aunque señalaron que eso está "lejos de ser una solución de fondo" porque "los problemas de flujos no se resuelven con stocks". En ese sentido, creen que "en algún momento el mercado de cambios oficial deberá sincerarse".
A su vez, la consultora 1816 recalcó que "Massa quiere evitar una devaluación porque la misma partiendo de 100% de inflación anualizada es game over, pero está lejos de ser evidente que el paquete (anunciado) vaya a alcanzar".
Asimismo, Yarde Buller consideró que el acuerdo al que aludió Massa para adelantar exportaciones en sectores estratégicos como agro y minería por u$s5000 millones en los próximos 60 días "no cambia demasiado la ecuación" al recordar que el campo liquidó u$s 5.500 millones entre agosto y septiembre de 2021.
¿Qué pasará con la deuda?
Yarde Buller advirtió que el plan Massa "con la promesa de frenar el financiamiento monetario al Tesoro (al no solicitar más Adelantos Transitorios del BCRA en lo que resta del año) aumenta la carga sobre la deuda en pesos", y consideró "es algo que luce muy desafiante sin una reducción mucho mayor del déficit en un contexto donde persiste el estrés en el mercado de deuda en pesos".
Massa anunció un canje de la deuda en pesos que vence en los próximos 90 días y precisó que tiene asegurada una adhesión del 60%, pero el analista aseveró que "eso no es una novedad relevante" dado que ese porcentaje es lo que estima que está en manos de los entes públicos, tras las compra de deuda CER que realizó el BCRA para frenar la corrida que se había desatado contra esos títulos a principios de junio.
"Combinar una consolidación fiscal gradual con una reducción agresiva del financiamiento monetaria implica poner una carga excesiva sobre el endeudamiento en pesos. Este era el talón de Aquiles del programa que diseñó el ex ministro Martín Guzmán, y con estos anuncios, esa debilidad se profundizó", sentenció Yarde Buller.
Plan Massa: no es un programa de estabilización
Con este panorama, Yarde Buller evaluó que con las medidas anunciadas por Massa "esto no es un plan de estabilización para atacar los desequilibrios de fondo que es lo que necesitaba la economía argentina en este contexto, sino para ir administrándolos en la recta final hacia 2023".
De igual mirada, la consultora 1816 sostuvo que el programa de Massa "no es un plan de estabilización que apunte a reducir drásticamente la inflación ordenando la macro (lo fiscal, lo monetario, precios relativos) para generar un boom de inversión privada de largo plazo".
A su vez, en FMyA plantearon: "la recepción (de las medidas) no fue muy buena porque parte del mercado se imaginaba que venía un ‘plan de estabilización clásico’: devaluación más tasas de interés y ajuste fiscal, Nada de eso. Nosotros decíamos la semana pasada que iba a ser ‘plan aguantar’"
Un análisis de GMA Capital también hizo hincapié en la "ausencia de medidas concretas con relación al tipo de cambio, un tema sobre el cual el mercado estaba expectante" con lo cual "nada parece haber cambiado en torno a la distorsión de precios relativos en el mercado cambiario, una cuestión medular para conseguir dólares genuinos que están en el país pero que, por pobres incentivos, no son vendidos".
"Los anuncios están muy lejos de ser considerados un plan de estabilización que busque ordenar la macroeconomía para promover la inversión y el crecimiento. Más bien, el conjunto de medidas busca ganar más tiempo. No alcanzará para curar al paciente. La pregunta que nos hacemos es, si al menos, logrará bajarle la fiebre para llegar a 2023", concluyó.