• 24/11/2024

Plazo fijo: el mercado pide nueva suba de tasa, pero hay dudas sobre qué hará el BCRA

Este jueves se conoció que la inflación de junio fue de 5,3%. La expectativa es que ahora suba la tasa, pero parece que no pasará. ¿Qué podría hacer BCRA?
14/07/2022 - 01:10hs
Plazo fijo: el mercado pide nueva suba de tasa, pero hay dudas sobre qué hará el BCRA

Entre las primeras definiciones que dejó la ministra de Economía, Silvina Batakis, se destacó el momento en el que manifestó su intención de que el país transite hacia un sendero de tasas de interés positivas. Eso encendió la expectativa entre los ahorristas y en el mercado sobre la posibilidad de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) aplique un nuevo ajuste en el rendimiento del plazo fijo. Y esa espera se reavivó este jueves tras conocerse el dato de inflación de junio que publicó el Instituto Nacional de Estadístias y Censo (INDEC), que fue del 5,3%, en línea con lo que se esperaba.

Recordemos que, desde comienzos de 2022, el Banco Central (BCRA) viene incrementando el rendimiento del plazo fijo mes a mes, siempre tras conocerse el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC). Pero no lo haría nuevamente este jueves e incluso hay dudas sobre si lo concretará en algún momento en julio, lo que marcaría un cambio en su política de tasas de los últimos meses. 

La última vez que se elevó el tipo de interés fue el pasado 16 de junio, cuando lo llevó del 48% al 53% y fue la mayor alza que aplicó a este momento: nada menos que de 500 puntos básicos en respuesta a los altos niveles de inflación actuales y a las proyecciones de los analistas para los próximos meses. 

Y el alto porcentaje en el que mejoró el rendimiento del plazo fijo tradicional no es la única particularidad del alza de junio. Otro elemento que llamó la atención es que, mientras hasta el mes pasado venía subiendo en la misma medida casi todas las tasas pasivas (las de los depósitos), que incluyen las de las Leliqs y pases y las de plazo fijo, esa vez no fue así. Sino que aplicó lo que se puede definir como "subas diferenciadas". De modo tal que los rendimientos de los distintos instrumentos quedaron fijados así:

Suba de tasas: la expectativa del mercado 

Tal como menciona el economista de Econviews Alejandro Giacoia, desde que empezó el año, la tasa de política monetaria ya subió 14 puntos, pero advierte que esto no es suficiente porque sigue corriendo al aumento de precios desde atrás. En igual sentido, el economista y director de EcoGo, Sebastián Menescaldi, opina que "se debería incrementar la tasa en el marco de la corrida contra los bonos en pesos que estamos viendo y con expectativas de inflación que treparon muy fuerte en el último mes". De hecho, el dato de junio no reflejó una baja respecto del de mayo, cuando fue del 5,1%, sino que incluso tremo unas pocas décimas. 

Ambos coinciden con la mirada general que hay en la City, donde la mayoría de los analistas espera que esta semana haya un nuevo ajuste al alza, pero este jueves no sucedería y es poco probable que lo haga el viernes incluso. En consecuencia, hay grandes posibilidades de que el BCRA cambie la estrategia que viene teniendo a lo largo de 2022 y demore lo máximo que pueda esta medida.

Igualmente, lo que espera el mercado parece bastante lógico teniendo en cuenta que hay dos variables esenciales que presionarían las tasas al alza en julio: el rumbo inflacionario y lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero este mes, como si esas razones no fueran suficientes, se suma un tercer motivo: que subió el tipo de cambio, no solo a raíz de la caída de los precios de los bonos, que marcó una primera crisis del dólar, sino que también se vio agravado el cuadro tras el cambio abrupto de ministro de Economía.

En consecuencia, tal como postula el economista y director de Epyca Consultores, Martin Kalos, "todo indicaría que aún hay espacio para una suba en lo inmediato" y es que, teniendo en cuenta que la inflación anual sería superior al 70% para 2022, explica que eso "pone un punto de referencia para las tasas de interés de mediano plazo".

En el mismo sentido, con esos datos sobre la mesa, el economista Pablo Ferrari evalúa que "hay indicios de que el IPC no se estabiliza e, incluso, algunos esperan que el de julio será más alto que el pasado por aumentos de tarifas", por lo que considera esperable que el BCRA suba las tasas en breve.

De concretarse esta posibilidad, ¿de cuánto podría ser el ajuste? El economista Federico Glustein pronostica que la actualización "podría ser superior a los 300 puntos, incluso cerca de los 400"; o sea, alrededor de 4 puntos porcentuales. Otros analistas, en tanto, no descartan un alza cercana a 5 p.p. nuevamente. Y, tal como se dijo, esto respondería no solo al alto nivel de suba de precios, sino también a que, como recuerda Ferrari, "el programa firmado con el FMI obliga a subir la tasa bajo el criterio de que tiene que acompañar la inflación". O sea que, si lo hace, el BCRA iría en línea con lo acordado. 

La inflación es una variable determinante de la política de tasas.
La inflación es una variable determinante de la política de tasas.

El BCRA podría no mejorar la tasa por estas razones

Desde el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, el economista Martín Carro señala, tal como se explicó al comienzo de la nota, que los últimos aumentos de tasa han sido más altos para los ahorristas minoristas que para los demás, bajo el concepto mencionado de "tasas diferenciadas". Y ante la pregunta de si esta política se mantendrá en julio, observa que tal vez sea así, pero considera que "no puede hacer mucha diferencia esta vez el BCRA porque, si el aumento del rendimiento de los plazos fijos es mucho mayor que la tasa que se le paga a los bancos por las Leliqs y otros instrumentos, estos últimos no van a poder pagar los plazos fijos a los ahorristas".

Lo que pasa es que, como apunta Giacoia, el efecto negativo del alza de tasas, además del encarecimiento del crédito, es "el tema de los intereses de los pasivos remunerados del Central, compuesto por Pases + Leliqs". Eso pone al Central ante la disyuntiva de qué priorizar, si la necesidad de hacer más atractivos los instrumentos en pesos o encarecer los rendimientos que paga a los bancos por esos instrumentos. 

Y esa no es la única problemática. Además, en palabras de Carro, "el BCRA tiene que equilibrar dos de sus misiones: incrementar la productividad y controlar la inflación". Explica al respecto que la autoridad monetaria tiene que cuidarse de no ir en detrimento de ninguna de las variables anteriores, ya que un aumento de tasa excesivo puede aumentar el costo del capital de trabajo, poniendo un freno a la actividad económica, y puede significar enviar un mensaje erróneo al mercado de perspectiva inflacionaria.

Queda a las claras que, tal como postula Kalos, el Central "debe ser cauteloso porque enfrenta el desafío de administrar un delicado equilibrio en la política anti inflacionaria".

Se refiere a que, con una inflación en niveles altos como los actuales, "no puede dejar que la tasa se escape demasiado, pero tampoco puede acelerarla tanto que dé el mensaje de que el actual nivel de indexación de la economía consolidará a futuro".

Pesce y Batakis tratan de derivar capitales hacia las licitaciones del Tesoro.
Pesce y Batakis tratan de derivar capitales hacia las licitaciones del Tesoro.

El objetivo del BCRA: dar aire al Tesoro

Todos los elementos listados (déficit cuasifiscal, riesgo de alentar expectativa inflacionaria y encarecimiento del crédito) hacen que, haya grandes posibilidades de que el Banco Central no suba las tasas de política monetaria (incluida la del plazo fijo) tras conocerse el dato de inflación de junio, al menos, no, inmediatamente. En principio, podría tratarse de una postergación de la medida, pero incluso es probable que no vuelva a ajustar por un tiempo esa variable de política monetaria. 

Sin dudas, el principal motivo de esta decisión del BCRA sería que busca apoyar al Tesoro en la colocación de deuda y lo haría dándole aire o espacio a Batakis y no saliendo a competirle por tasa. Sucede que, según enuncia el economista y director de Analytica, Claudio Caprarulo, "a los bancos les resultan más atractivos tradicionalmente los instrumentos de BCRA que los del Tesoro, porque estos últimos tienen más riesgo".   

De este modo, a las variables mencionadas se les agrega la necesidad de disminuir la necesidad de emisión, que responde, en gran parte, a la presión de asistir financieramente al Tesoro. En ese rumbo, el objetivo sería darle algo más de lugar al Tesoro antes de avanzar con una nueva suba de tasas para canalizar la mayor cantidad posible de capitales hacia los instrumentos que ofrece Finanzas y no hacia los del BCRA. 

Así, todo indicaría que lo que hará será ver qué nivel de suba de tasa aplica el Tesoro hacia adelante y, quizás, quedarse un escalón abajo para que sea más atractivo el ajuste que aplica Batakis. La ministra resultó exitosa en su primera colocación de deuda en la que pagó tasas de hasta 63,5%, aunque hay que reconocer que el desafío era pequeño (juntó cerca de $122.607 millones) comparado con los próximos vencimientos. En total, la necesidad de colocación suma casi $500.000 en el mes.

Es esperable que, en las próximas licitaciones, Economía siga aumentando las tasas de interés que ofrece para tener más posibilidades de lograr hacer roll-over de todos sus vencimientos. Pero, en ese camino, Caprarulo considera que "se requiere una mejor coordinación entre BCRA y Economía en materia de tasas y también en la creación de instrumentos que ayuden a captar más fondos para el Tesoro, tal como lo hicieron con la implementación de una "put option" para los bancos que compren bonos del Tesoro en los últimos días.

El ahorrista minorista verá afectado su interés en el plazo fijo tradicional.
El ahorrista minorista verá afectado su interés en el plazo fijo tradicional.

Qué pasa con el plazo fijo tradicional

Queda claro que una posibilidad muy fuerte es que no lo haga, pero, si el BCRA elige volver a subir la tasa en julio, la gran pregunta es si mantendrá su política de tasas diferenciadas iniciada en junio o no. 

Uno de los pálpitos de la City es que el BCRA alzará la tasa con foco más centrado en los plazos fijos de los ahorristas minoristas y, nuevamente, en algunos instrumentos de absorción de liquidez particulares. Con eso, buscaría que los grandes inversores, con más de $10 millones y empresas, busquen otras herramientas que les den mejor rentabilidad como las del Tesoro.

El fin sería tratar de impulsar el desarrollo del mercado de capitales, fomentando un mayor atractivo de los títulos públicos, donde el Banco Central viene dando pruebas de que está decidido a mantenerse firme en la curva de rendimientos, impidiendo que pierdan valor.

Pero, si el Central decide no dar el paso de ajustar las tasas, los plazos fijos no rendirán más y, en ese caso, ¿qué pasará con los pequeños ahorristas? Lo más probable es que, a medida que pierdan atractivo los plazos fijos tradicionales, se vuelquen más hacia los UVA+1, que le ganan a la inflación de manera constante. Esa sería una de las opciones que el BCRA vería como más viable para no desalentar del todo el ahorro minorista en pesos. De hecho, esos instrumentos vienen siendo de los más elegidos por los ahorristas minoristas este año.

En definitiva, la expectativa indicaría que, de ahora en más, el BCRA y Economía trabajarán la política de tasas en conjunto y se hará con una especial atención a la sintonía fina entre encarecimiento del crédito, la colocación de deuda y el mejoramiento del rendimiento del ahorro en pesos.

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