El BCRA acelera la emisión de pesos: ¿más combustible para la inflación y el dólar?
En medio de un escenario de estrés financiero, corrida contra la deuda en pesos y ante un creciente déficit fiscal, el Banco Central le dio mayor velocidad en junio a la máquina de emitir para asistir al Tesoro. Se trata de una señal que algunos analistas consideran indeseable porque aumenta la desconfianza y mete más presión a una inflación elevada, que este mes se ubicaría en torno a 5%, y que, además, puede recalentar a los dólares paralelos. De hecho, el dólar blue cotiza este jueves 30 de junio con un valor de $238, apenas por debajo del récord histórico de $239 que marcó esta misma semana.
La meta monetaria acordada con el FMI lucía, en principio, como viable. Pero el panorama empezó a cambiar a finales de abril, cuando el BCRA volvió a encender "la maquinita" -luego de tres meses de inactividad- tras el primer traspié que sufrió el Tesoro Nacional en sus licitaciones, al no lograr renovar el 100% de los vencimientos del mes.
Por un lado, la mayor emisión de pesos fue para financiar el aumento del gasto que implicaron distintas medidas del Gobierno destinadas a reforzar los ingresos de los sectores más vulnerables ante la aceleración inflacionaria (como el bono de $12.000 a jubilados o el llamado IFE 4).
No obstante, a eso se sumó luego un menor ratio de renovación ("rolleo") de la deuda del Tesoro y en las últimas semanas sobrevino la ola de rescates de bonos CER de Fondos Comunes de Inversión, que se produjo por varios factores, entre ellos el temor a un reperfilamiento de la deuda en pesos.
Así, el BCRA salió a comprar esos títulos (lo que implica emisión, aunque el acuerdo con el FMI no pone un límite a esa intervención) para sostener los precios.
Fuentes oficiales confirmaron que el viernes pasado el BCRA también compró bonos del Tesoro "para defender la curva de rendimiento en pesos" ante el derrumbe generalizado que registraron los títulos argentinos en la jornada, y un riesgo país que trepó a 2.400 puntos.
Meta monetaria ¿es cumplible?
El acuerdo con el FMI fijó la meta de reducir la asistencia monetaria del BCRA al Tesoro del 3,7% del PBI en 2021 a 1% del PBI este año, lo que equivale a una pauta nominal de $705.200 millones. Pero con giros que había realizado entre fines de abril y mayo la entidad en concepto de Adelantos Transitorios (AT), ya se había consumido el 54% de ese cupo.
Ante esa situación y el riesgo de incumplir con la meta del segundo trimestre ($438.500 millones acumulativa a fin de junio), el Tesoro le vendió el 31 de mayo al BCRA parte de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) que recibió del FMI para cancelar más $322.000 millones de AT. Con ese artilugio, el Tesoro ganó mayor margen para financiarse con emisión en junio.
Y la maquinita del BCRA tomó velocidad:
- El 3 de junio le giró al Tesoro $124.000 millones en concepto de AT.
- El 10 de junio le transfirió $108.000 millones.
- El 16 de junio le realizó un envío por otros $50.000 millones.
- El viernes 24, la transferencia fue de $95.000 millones.
Así, la asistencia monetaria al Tesoro acumuló en la primera mitad de junio $282.000 millones -el mes de mayor emisión en lo que va de 2022- y en el año sumó $340.051 millones, con lo cual queda un margen de $98.449 millones para cumplir la meta del segundo trimestre. Natalia Motyl, economista jefa de La Crypta destacó que "números como los de junio no se observaban desde octubre del año pasado".
En este marco, un informe del grupo SBS remarcó: "El mayor espacio para realizar AT se dio debido a la cancelación de estos con DEGs que el Tesoro vendió al BCRA contra pesos; sin este movimiento contable, la asistencia monetaria habría alcanzado $662.500 millones (0,9 puntos del PBI)".
Por su parte, los analistas de PPI hicieron otro cálculo: "Si a los $282.000 millones se añaden los $420.000 millones estimados emitidos para comprar deuda en pesos, se llega a un total de $700.000 millones para contribuir con el Tesoro de alguna u otra manera. Nada menos que lo equivalente a la meta con el FMI ($705.000 millones para el año) o 0,9% del PBI (PBI nominal de $80 billones) con una semana del mes por delante". Según su visión, "la meta monetaria con el FMI (que no limita las compras de bonos del BCRA) de $438.500 millones a fin de junio, puede ser cumplida si se recurre nuevamente al ‘truco contable’ (venta de DEG del Tesoro al BCRA) pero luce de altísima probabilidad de incumplimiento en el año".
Más emisión: ¿combustible para el dólar?
Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, planteó a iProfesional que "aunque asistir al Tesoro como prestamista de última instancia es una de las funciones del BCRA, su mandato también lo lleva a preservar la estabilidad financiera, e incrementar bruscamente la cantidad de dinero atenta contra este objetivo".
En ese marco, el economista advirtió que "el aumento de la oferta de dinero no es inocuo: los pesos excedentes presionan en el mercado cambiario y en los precios, agregándole nafta a una inflación con fuerte inercia".
"No colaborará en un descenso sostenido sino que alimentará la inercia inflacionaria", aseguró.
Además, el economista sostuvo que "si la emisión no es inocua, la esterilización tampoco lo es: el stock de deuda en pasivos no remunerados del BCRA ya alcanza 150% de la base monetaria, llevando a que los intereses que paga BCRA por estos sean la principal fuente de emisión en el año".
En igual línea, Agustín Berasategui, economista de ACM, sostuvo que "la mayor emisión genera desconfianza sobre la posibilidad de controlar la inflación en el corto plazo, la cual ya de por sí es bastante alta". Y previno: "El riesgo que implica es que se acelere aún más de lo esperado, o que queden algunas secuelas para el año que viene", previno.
En PPI auguraron que "en el segundo semestre habrá muchos más pesos dando vueltas y menos disponibilidad de dólares oficiales" ya que la liquidación del agro decae. Por eso creen que "es inminente un nuevo torniquete al cepo cambiario" por la dificultad de que tuvo de acumular reservas el BCRA en el primer semestre acumular reservas. A su vez, prevén que "esos pesos brotarán de la maquinita del BCRA para hacer frente a un déficit fiscal que típicamente se duplica en la segunda mitad del año".
Ante esa ecuación de más pesos y menos dólares oficiales, "el Contado con Liquidación (CCL) podría soportar fuertes presiones en el segundo semestre y la brecha cambiaria tendería a ensancharse".
Más emisión, mayor desconfianza
Motyl afirmó que esta aceleración de la emisión monetaria en el actual clima financiero "no genera previsibilidad en los mercados, todo lo contrario, impacta negativamente sobre las expectativas de los agentes microeconómicos".
"Este tipo de maniobras puede afectar los mecanismos de ajustes de los desequilibrios macroeconómicos hacia dinámicas explosivas. Cada vez que se acelera la inflación, los agentes económicos reducen el plazo de los contratos, se acorta el horizonte, se dejan de demandar ciertos activos financieros, el gobierno no puede financiarse en el mercado local de deuda y nuevamente debe financiar el déficit fiscal con más emisión monetaria y eso conduce a una mayor aceleración de la inflación", describió.
Asimismo, el grupo SBS subrayó que "a esta expansión por asistencia directa del BCRA debe sumársele lo que la autoridad monetaria habría comprado en títulos del Tesoro con el objetivo de detener la caída en los precios" de esos bonos. Y evaluó: "La expansión de liquidez es más que importante por lo que es vital recuperar el acceso al mercado voluntario de pesos para reducir las presiones nominales en un contexto de fuertes presiones inflacionarias y cambiarias".
Al respecto, Tobías Pejkovich, analista de Facimex Valores dijo que "si hubo cierta sensación que el mercado de pesos estuvo retornando a la normalidad, la situación se volvió a tornar más desafiante y se confirmó que estamos ante un escenario de mucha emisión monetaria".
Un informe de GMA Capital estimó que la autoridad monetaria habría intervenido con una fuerte emisión en lo que va de junio, con una cifra que no es no trivial porque supera al 11% de la base monetaria.
Para la consultora LCG, "la avalancha de los bonos CER es el espejo de la incertidumbre que esgrime el mercado respecto a la sostenibilidad y rolleo de la deuda pública en pesos", Y enfatizó: "Los vencimientos en pesos son elevados e imponen presión a Finanzas para hacer cada vez más atractivo el menú de títulos ofrecidos y poder cerrar el programa financiero en pesos cumpliendo con el compromiso de no recurrir a la emisión más allá del 1% del PBI".