"Es posible que en algún momento tengamos una mega devaluación": advertencia de economista sobre el dólar
La puesta en marcha del acuerdo entre el Gobierno y el FMI tranquilizó las aguas de la economía y del precio del dólar, pero, por ahora, no ofrece un rumbo de salida claro para empezar a crecer.
Bajo esta premisa, iProfesional conversó con el economista Agustín Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso, para conocer su opinión sobre la gestión del Gobierno y qué ocurrirá con el dólar, la inflación y otras variables sensibles.
-El acuerdo con el FMI ya está aprobado entre las partes, ¿ahora qué puede pasar con la economía?
-Con la aprobación del acuerdo con el FMI, el Gobierno completó los únicos "logros" de su mandato. Esto es, patear los vencimientos de deuda para que los pague la próxima gestión. Lo mismo ocurrió con la deuda con el sector privado a principios de su mandato.
Pero esto deja al desnudo la cruda realidad: el Gobierno no tiene un plan económico, festejó que no harán reformas estructurales y que sólo aumentarán impuestos y tarifas. Es decir, el sector político no hace ningún ajuste, sólo lo hace el sector privado una vez más.
Como todos los años, se lanzó una nueva "guerra contra la inflación", que ya está perdida antes de empezar, porque se siguen partiendo de ideas equivocadas, como los controles de precios, que no contienen la inflación ya que es la consecuencia de la permanente falsificación de la moneda.
-¿Cómo puede impactar en la economía argentina la invasión rusa en Ucrania?
-La trágica guerra de Ucrania debiera ser naturalmente una excelente oportunidad para los países productores de alimentos y de energía. Los altos precios de los granos implican más ingresos al sector privado y al sector público. Pero, nuevamente, el Gobierno argentino hace lo contrario de lo que debería.
Es decir, en lugar de dar señales para que el sector agropecuario aproveche y siembre hasta en las macetas, se queja de que ganan dinero y planifica nuevos impuestos y regulaciones para impedir que suba el precio del pan, por ejemplo.
Además, con las políticas de Menem, nuestro país se transformó en exportador de energía en los ´90, que hoy sería otro sector con gran rentabilidad. Pero las políticas kirchneristas, de tarifas retrasadas, nos transformaron en importadores de gas licuado.
Con lo cual pagaremos el gas en el invierno a precios de 30 o 40 dólares por millón de BTU, en lugar de pagar el costo local de unos 5 dólares. Un disparate!
En conjunto, lo que ganamos por los precios del sector agropecuario lo perderemos por la sequía y por el aumento del gas.
-¿Cuáles son sus estimaciones para el precio del dólar en los próximos meses?
-El Gobierno va acelerando las devaluaciones diarias del dólar oficial, debido a que pasó del 2% a un 3% mensual, pero siempre se sigue retrasando contra la inflación.
La brecha con el dólar libre, como el blue, el contado con liquidación o el MEP, se redujo con la aprobación del acuerdo con el FMI. Pero, a la larga, se va a volver a ensanchar hasta que al final, probablemente, tengamos una mega devaluación, una vez más.
En Argentina, el dólar no cae, se agacha para saltar. Es decir, recordemos que lo que en realidad ocurre es que, sistemáticamente, se imprimen demasiados pesos y su valor se va derritiendo.
-En el marco del acuerdo con el FMI y con poco ingreso genuino de divisas, ¿Qué puede pasar con las reservas?
-Inicialmente, las reservas pueden recuperarse un poco con el acuerdo con el Fondo Monetario y con algún crédito del Banco Mundial y el BID, pero no serán suficientes para terminar el mandato, porque la fuga de divisas en un país que combate al capital es permanente.
Lo único que puede cambiar el panorama es que el año próximo ingresen capitales especulando con una mejoría, porque el peronismo perderá drásticamente las elecciones y le ocurrirá por quinta vez en seis elecciones.
-La inflación tiene niveles muy elevados, ¿qué opina al respecto?
-Desde que Martín Guzmán está a cargo de la Economía y Miguel Pesce del Banco Central, el programa de la Argentina es un plan inflacionario. Por eso, marcamos que los pronósticos del presupuesto no podían cumplirse.
Para el año pasado, dijeron que iba a haber 29% de inflación y nosotros pronosticamos más de 50%, y así fue. En tanto, en el presupuesto para este año planificaron de 33% y nosotros dijimos que terminará en 60% o más. Y me temo que nuevamente tendremos razón. El problema es ideológico y político, el Gobierno no quiere achicar el gasto.
-¿Qué salidas le quedan al Gobierno en este contexto tan complejo?
-La gente cree que el peronismo asegura gobernabilidad. Eso es falso. El peronismo sólo sabe gobernar repartiendo dinero acumulado por otros gobiernos. Entonces, cuando se le acaba esta plata, tiende a generar peleas internas que terminan en auto-golpes.
Esto lo escribí desde el inicio de este Gobierno, y escuché en estos días una confirmación de esta tesis de la boca de Guillermo Moreno, debido a que está pidiendo la renuncia de todo el Gobierno. No me sorprende.
Entonces, van a ser dos años duros, pero faltan sólo 17 meses para las elecciones. Paradójicamente, el hecho de que va a venir un gobierno de otro signo ideológico, puede facilitarle llegar al final del mandato, así como le complicó a Macri perder las PASO en 2019. Por eso, en 2023 los mercados pueden anticipar un nuevo cambio de tendencia.
-¿Qué considera usted que se debería cambiar del rumbo económico actual?
-En Libertad y Progreso tenemos un plan de reformas estructurales, para cambiar completamente la estructura económica argentina y escalar 140 posiciones en el índice de libertades económicas. El objetivo es crear 4 millones de empleos privados en el sector formal, que es el de mayor productividad.
De modo que, paulatinamente, vaya absorbiendo el sobrante de empleo del sector público, de los planes sociales, de la economía informal y de los jóvenes que ingresan al mercado laboral.
Pero esto requiere, una reforma monetaria, laboral, impositiva, una mega desregulación, la apertura de la economía y una reforma del Estado. Además de la reforma previsional y del sistema de salud, de la educación y la justicia. Es decir, todo un programa completo de gobierno.
-En definitiva, ¿cómo ve la economía para los próximos meses?
-La economía seguirá con grandes tensiones por el deterioro del salario real generado por la alta inflación, y el rebote por la salida de las restricciones por la salud se habrán agotado. Por lo que el crecimiento será sólo por arrastre estadístico.
Así, la inflación seguirá subiendo más rápido que los salarios, las jubilaciones o los subsidios sociales. La "guerra contra la inflación" ya se perdió. Pero, lo más grave, es que seguirá creciendo la pelota de nieve de la deuda pública del Tesoro y también la del Banco Central, que hoy es del 128% de la base monetaria y paga un 50% de tasa de interés, lo que genera un fuerte déficit cuasifiscal.
En suma, no sólo sigue creciendo la pobreza, que superará el 50%, sino que le dejará una bomba de tiempo al próximo gobierno. La única buena noticia es que se va a ir la gestión actual, porque la gente ya descubrió que el rey está desnudo.