¿Por qué sigue el derrumbe de Facebook en la Bolsa?: ya perdió 40% en lo que va del año
Las acciones de Meta (propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp) volvieron a cerrar esta semana con pérdidas fuertes y acumulan una desastrosa caída de casi 40% este año, lo que hace peligrar muy seriamente el estatus de la compañía como una de las diez mayores del mundo en términos de capitalización bursátil.
Meta acumuló esta semana un retroceso de 6%, tras perder este viernes un 0.75%, sin dar señales de una posible remontada tras el desplome de más del 20% que sufrió el pasado 2 de febrero al presentar unas decepcionantes cuentas trimestrales.
La compañía experimentó un claro parate en su crecimiento en los últimos meses y tiene malos pronósticos para el 2022, lo que ha alejado a los inversores.
Desde su máximo histórico, que alcanzó en setiembre pasado, sus acciones acumulan ya una caída de más del 46%.
Google hace temblar a Facebook
Esta semana, las malas noticias para Meta continuaron con el anuncio de que Google prepara cambios en la herramienta de identificación de los usuarios de su sistema operativo para móviles Android, un movimiento que se cree que puede dañar el negocio publicitario de la empresa que dirige Mark Zuckerberg.
El cambio anunciado por Google recuerda a uno implementado el año pasado por Apple, que golpeó con dureza a muchas compañías que viven fundamentalmente de la publicidad en internet, como es el caso de Meta -el nuevo nombre de la firma conocida antes como Facebook-.
Desplome: ¿cuánto vale Facebook hoy?
La empresa, que en junio pasado superó por primera vez u$s1 billón en capitalización bursátil, tiene ahora un valor claramente por debajo de los u$s600.000 millones.
Ese desplome, sin precedentes en los últimos años entre las grandes tecnológicas, ha hecho que Meta haya llegado a perder su puesto como una de las diez empresas del mundo con mayor valoración, una lista que encabezan Apple y Microsoft.
En los últimos días, la tecnológica estadounidense se ha visto superada en distintos momentos -en función de las oscilaciones del mercado- por Nvidia, la china Tencent y la taiwanesa TSMC, cayendo fuera del selectivo "top ten".
Una empresa que no hace tanto Meta tenía por detrás, como Tesla, vale ahora unos u$s300.000 millones más, mientras que otros gigantes de internet como Alphabet o Amazon están aún mucho más lejos, con valoraciones más de tres veces por encima.
Numerosos expertos, de hecho, han comenzado a recomendar hacerse con acciones de Meta al considerar que su cotización actual es muy baja y prácticamente garantiza buenos retornos dado el tamaño del negocio de la firma y su trayectoria.
Facebook: ¿ante el principio del fin?
Facebook acaba de cumplir 18 años, un momento al que llega en plena crisis de identidad y reputación. Poco antes del aniversario, Mark Zuckerberg mantuvo una videollamada grupal con muchos de sus empleados. El dueño de Facebook habría aparecido con los ojos vidriosos y visiblemente enrojecidos. En su entorno desmintieron rápidamente que el joven millonario hubiera estado realmente llorando. De hecho, el propio Mark Zuckerberg hizo bromas con el asunto.
Pero la cifra 31.000 millones seguramente estaba dando vuelvas en su cabeza. Esa es la cifra en la que se redujo su patrimonio en un solo día. Esta pérdida se produjo porque la compañía que fundó y dirige había protagonizado el mayor batacazo bursátil que jamás una empresa estadounidense se haya dado en la historia: un retroceso de 230.000 millones en una única sesión. La compañía, ahora conocida como Meta, perdió una cuarta parte de su valor y por el camino, además de la cuenta corriente de su dueño, arrastró la cotización de otras tecnológicas y al Nasdaq, que se tiñó completamente de rojo.
¿Quién sigue usando Facebook?
La razón que explica esta situación se descubre al contestar la pregunta de quién sigue utilizando Facebook. En los últimos tres meses han sido 1.929.000.000 usuarios los que se han conectado a la red social en algún momento cada día. La cifra parece astronómica y realmente lo es. El problema es que es menor a la del trimestre anterior, cuando el número de usuarios activos diariamente fue de 1.930.000.000, es decir, un millón menos. Esto jamás había sucedido en las casi dos décadas de existencia de la compañía.
Esta estadística siempre se había pintado de verde y que el porcentaje, aunque pequeño, sea negativo ha dado pie a pensar que la curva ha llegado a su punto más alto y que a partir de ahora se va a ir cuesta abajo y sin frenos. Si se miran las estadísticas oficiales que ofrece la propia empresa de las diferentes regiones del mundo, se puede observar que en lugares como Estados Unidos, Canadá o Europa el crecimiento ya se había estancado hace varios trimestres. Ahora, el problema es que el mercado "Asia-Pacífico" y esa caja llamada "Resto del mundo" que eran los que tiraban del carro han bajado revoluciones, en el primer caso; o directamente han retrocedido, en el segundo. Es decir, a Facebook se le está acabando el combustible para seguir andando.
En un diagnóstico rápido, se podría suponer que se está pagando la factura de las escandalosas filtraciones de Frances Haugen, exingeniera de la compañía, que hizo de garganta profunda para poner de relieve lo que más de uno y una sospechaba: que la compañía en realidad estaba intoxicada por una cultura en la que la dirección miraba para otro lado en la lucha contra las 'fake news', la desinformación o los discursos del odio para no perjudicar el crecimiento y la buena marcha del negocio.
Si bien es cierto que en parte puede ser así, también es una realidad que hay otras causas que influyen y mucho en esta crisis que Facebook atraviesa en la actualidad. De la misma manera que le ha ocurrido a países como España, Finlandia, Portugal o Japón, la población de Facebook está envejeciendo. La plataforma no consigue atraer a los jóvenes. Precisamente es la franja de edad que menos presencia tiene entre sus fieles. Son porcentajes irrisorios, similares o incluso inferiores a los que tiene en la franja de usuarios mayores de 65 años.
Zuckerberg ya señaló a un culpable: Tik Tok
Entonces, si Facebook logra captar a las nuevas generaciones, la plataforma se irá convirtiendo en un Frankenstein repleto de perfiles fantasma hasta languidecer. Zuckerberg, que suele evitar hablar de rivales, no dudó ni un segundo en señalar al culpable de esta situación: TikTok. La plataforma de vídeos cortos, propiedad de la compañía china ByteDance, se ha convertido en un fenómeno de masas, especialmente entre los adolescentes. En 2021, esa aplicación fue la más descargada las tiendas de iOS y Android, al sumar 656 millones. De esta manera superó a Instagram, Facebook y WhatsApp, segunda, tercera y cuarta, respectivamente, en dicha clasificación.
El mercado del vídeo vertical parece que va a ser uno de los próximos grandes terrenos de batalla entre las compañías de internet. Tales son las expectativas, que hasta un gigante como YouTube ha creado Shorts, una app especifica para no quedarse descolgado en la materia. Para frenar el rodillo TikTok, Mark Zuckerberg, según afirmaron diferentes fuentes a Bloomberg, aseguró en el encuentro con sus empleados que había que fortalecer la oferta de este tipo de contenidos. Destacó la buena marcha de 'Reels', la solución de videos cortos que Instagram ha implementado. Incluso crearon unas gafas de sol junto a la marca Ray Ban, que cuentan con cámaras para grabar contenidos de este tipo.
Detrás de esta declaración de intenciones, se esconde otra bengala de alerta. La solución para la crisis que experimenta su producto estrella, Facebook, no pasa por su producto estrella sino por otros. La compañía ha concentrado sus mayores esfuerzos en negocios como WhatsApp o Instagram. La marca Facebook cotiza a la baja desde hace tiempo. La compañía llevaba meses trabajando en un cambio de identidad de su matriz a sabiendas de este extremo. Un encargo cuyo desenlace se aceleró para intentar calmar la tormenta que se despertó por los papeles de Haugen. Facebook INC, como ya sabe medio planeta, ahora se llama Meta. Solo conserva su viejo nombre en el Nasdaq y eso es probable que cambie más pronto que tarde.
La red social sigue también conservando ese nombre, pero ahora, al menos públicamente, está mucho más escondida que antes. Esta metamorfosis le ha generado un importante desdoblamiento de la personalidad. La elección del nombre de Meta no es en absoluto casual. Lo eligieron porque quieren conquistar el metaverso, que no es otra cosa que la próxima evolución de internet. Un espacio virtual al que los usuario accederán con avatares para trabajar, jugar y otras tantas cosas. La diferencia es que para acceder a este mundo no se utilizarán pantallas sino cascos de realidad virtual y aumentada. ¿Cuál es el problema? Que es una tecnología que aún es más teórica que práctica. Hay muchas preguntas por solucionar y, por tanto, muchas cosas por desarrollar. Eso significa que hay que invertir y quemar mucho dinero.