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Mercado en alerta: ahorristas comprarán más dólares que los que Guzmán pedirá para las reservas

El dato implícito en la recaudación del impuesto PAIS refleja que se afirma una tendencia de compra de divisas superior a los u$s500 por mes
11/02/2022 - 07:00hs
Mercado en alerta: ahorristas comprarán más dólares que los que Guzmán pedirá para las reservas

Escondido entre las cifras de la recaudación impositiva, hay un dato que confirma los peores temores de los funcionarios del equipo económico: pese a todos los cepos vigentes, la demanda de dólares por parte del público sigue firme, y marca una tendencia para todo el año.

La clave está en el impuesto PAIS -el 30% que pagan los ahorristas cada vez que compran su cuota de u$s200 al precio oficial, usan la tarjeta de crédito en otro país o que realizan una compra de e-commerce con un proveedor extranjero-, cuya recaudación crece en la medida en que la dolarización aumenta.

En enero, la AFIP recaudó por este impuesto $16.897 millones, lo que permite adelantar que el público adquirió dólares por un monto de u$s516 millones. Se trata de cifras que duplican el promedio mensual registrado durante el año pasado.

El detalle más llamativo es que esto ocurrió incluso cuando el Banco Central restringió la posibilidad de dolarizarse, al prohibir la financiación al turismo mediante planes de cuotas con las tarjetas de crédito.

De hecho, la cifra de compra de divisas de enero resulta mayor que la de noviembre y casi igual a la de diciembre. En otras palabras, se está confirmando que esta demanda, lejos de reflejar un momento excepcional por motivos estacionales, se está transformando en la norma.

A primera vista, el hecho de que el público esté comprando dólares a un promedio de u$s500 millones por mes podría parecer como algo modesto, para un país que llegó a tener momentos con demanda superior a los u$s3.000 millones mensuales. Pero si se toma en cuenta la vigencia de un cepo reforzado, entonces queda en claro que la vocación dolarizadora del público es firme y siempre encuentra nuevos resquicios regulatorios para manifestarse.

Esto se refuerza más todavía por el hecho de que el turismo emisivo todavía no ha normalizado sus cifras. Si se volviera a los niveles pre-pandemia, eso significaría que la demanda de dólares por parte de los viajeros podría ascender a una cifra superior a u$s650 por mes.

Es decir, un ritmo que el Banco Central no se puede permitir, justo en una coyuntura en la cual los analistas afirman que las reservas netas ya están en terreno negativo y hay un duro cronograma de pagos por delante, que totaliza u$s19.000 millones en el año.

En una columna para iProfesional, el economista Gabriel Rubinstein afirmó que "las reservas netas menos el oro, registran un valor negativo de casi u$s4.000 millones".

A pesar de las últimas restricciones que se agregaron para los gastos en dólares, la demanda por divisas se ubica por encima de u$s500 mensuales
A pesar de las últimas restricciones que se agregaron para los gastos en dólares, la demanda por divisas se ubica por encima de u$s500 mensuales

Avidez por el dólar

Lo más preocupante de esta demanda de dólares que se refleja en la recaudación del impuesto PAIS es que, de mantenerse los niveles actuales, entonces habrá, a lo largo del 2022, compras de divisas por u$s6.000 millones. Para tener una dimensión de la cifra, supera a la meta que el ministro de economía, Martín Guzmán, se fijó como objetivo de refuerzo de las reservas.

Este hecho deja en claro por qué, en contra de su postura tradicional favorable a la libre flotación, el Fondo Monetario Internacional convalidó la continuidad del cepo cambiario: si aun con las restricciones vigentes se siente con fuerza la presión del mercado sobre el Banco Central, un alivio implicaría una turbulencia cambiaria inevitable.

Lo cierto es que hay margen para empeorar, dado que el actual nivel de demanda de dólares es la mitad que el récord registrado en agosto del 2020, cuando un récord de cuatro millones de ahorristas que se llevaron por la ventanilla del Banco Central u$s920 millones y obligó al Gobierno a hacer más restrictivo el régimen de cuotas de u$s200 dólares por persona al tipo de cambio oficial.

En aquel momento la recaudación del impuesto PAIS llegó a su máximo mensual, con $21.888 millones, lo cual, actualizado según la evolución del tipo de cambio oficial, superaría hoy el monto de $30.000 millones.

Se evidenció así la contradicción de este impuesto: por un lado, fue una ayuda para las arcas fiscales en momentos en que flaqueó la recaudación de otros tributos ligados a la actividad comercial. Pero, por otra parte, cuando crece el protagonismo de este impuesto no hay motivos de festejo, porque es un indicador de una mayor propensión de los ahorristas a la dolarización.

El propio Guzmán había dado un indicio de ese fenómeno en el proyecto de presupuesto anual que finalmente fue rechazado en el Congreso. Allí había detallado que se esperaba que la recaudación del impuesto PAIS incrementará su aporte en un 79% respecto de lo registrado en 2021.

Aun suponiendo una inflación de 55% -como la que prevén los economistas en la encuesta REM del Banco Central- eso supone un aumento real de 15% en la compra de dólares por parte del público. Y ni qué hablar si se toma como referencia el optimista cálculo de inflación de 33% que sostiene el ministro: en ese caso, las compras de dólares a cotización oficial crecerían el año próximo un 35%.

Traducido a plata, la previsión de Guzmán es que este año la recaudación por impuesto PAIS superará los $200.000 millones, lo que lleva la previsión oficial de demanda de dólares por parte de los ahorristas por encima de u$s5.600 millones.

La proyección de la compra de dólares por parte del público supera el objetivo que se fijó Guzmán de incremento de las reservas del Banco Central para este año
La proyección de la compra de dólares por parte del público supera el objetivo que se fijó Guzmán de incremento de las reservas del Banco Central para este año

El Banco Central, en un difícil equilibrio

Mientras tanto, en los bancos los ahorristas mantienen un nivel superior a u$s15.000 millones, una cifra que luce pequeña si se considera que en diciembre de 2019, al momento de la asunción de Alberto Fernández era de u$s20.000. La situación de los depósitos volvió a la calma tras los retiros de fin de año, típicos de los años electorales.

En términos de liquidez, el sistema se mantiene con ratios históricamente altos, en torno de 86% para las colocaciones en dólares y de 65% para los depósitos en pesos.

Presionado por el aumento de los dólares paralelos y por la ola inflacionaria, el Banco Central está dando muestras de su voluntad por acelerar el deslizamiento del tipo de cambio oficial. Luego de dejar subir al dólar 57 centavos la semana pasada -con lo cual cerró el mes de enero con un "crawling" de 2,2%, está mostrando una mayor disposición a la suba, con jornadas en que dejó que el billete se apreciara en 27 centavos.

Así, logró momentáneamente revertir la tendencia compradora del mercado y pudo volver a comprar, luego de haber tenido que vender unos u$s165 millones en enero.

La expectativa del mercado está puesta, además, en la suba de las tasas de interés, algo que el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, ya adelantó como parte de la estrategia para volver a hacer atractivas las colocaciones en pesos a los ojos de los inversores.

De todas formas, todavía se está lejos de que las tasas se ubiquen en un terreno positivo en términos reales -es decir, que superen a la inflación-, que es el compromiso que formalmente tomó Guzmán con sus interlocutores del Fondo Monetario Internacional.

De momento, los economistas creen que el apetito de los inversores por las opciones dolarizadas se mantendrán firmes -algo de lo que da cuenta, por ejemplo, la demanda por títulos dólar-linked.

A diferencia de lo que ocurría hace un año, cuando el Gobierno aceleró el tipo de cambio y dio muestras de una actitud fiscalista -lo cual llevó a un freno en la suba del dólar blue-, ahora no se ven señales en ese sentido. De hecho, la volatilidad se acentuó incluso cuando el ingreso de divisas por exportaciones agrícolas alcanzó en enero el nivel récord de u$s2.400 millones, algo absolutamente atípico, pero que no se podrá repetir en febrero y marzo.

La erosión de las reservas ha llegado al nivel de que hay economistas que advierten que incluso los niveles modestos de vencimientos externos de febrero -u$s730 millones- se tornarán un objetivo difícil de cumplir si el Banco Central no recibe un refuerzo por parte de un organismo internacional de crédito.

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